El gobierno prometió la salida de la inflación galopante, la recesión y los despidos “para el segundo semestre”.
La realidad es otra: los tarifazos, la devaluación y el gigantesco
reendeudamiento han agravado la bancarrota nacional que dejó el
kirchnerismo.
Las contradicciones económicas se suman, y el gabinete nacional prepara
nuevos zarpazos contra el bolsillo y el derecho al trabajo.
Después de ser premiada con el blanqueo, la clase capitalista reclama
un rescate integral a costa de los trabajadores: por eso, La Nación pide
mayor precarización y pérdidas de conquistas obreras.
Ese es el reclamo de los de arriba para los meses que vienen.
Para los trabajadores, el mandato también es claro: impulsemos un
segundo semestre de lucha, para derrotar la escalada ajustadora de Macri
y sus socios -pejotistas, massistas o kirchneristas- en los gobiernos
provinciales.
La burocracia sindical acentúa su parálisis, en medio de sus fracasadas
tentativas de unidad. Pero el clasismo, el movimiento obrero combativo y
la izquierda salen a la lucha.
El 2 de agosto, una gran movilización piquetera reclamará por puestos
de trabajo y por el aumento salarial a los miembros del Argentina
Trabaja.
El 9, el clasismo y la izquierda marcharán a Plaza de Mayo contra el
tarifazo, los despidos, el impuesto al salario y por la reapertura de
las paritarias.
En todos los sindicatos, en todas las ciudades, unamos esta agenda de
lucha al desarrollo de una alternativa política de los trabajadores.
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