A escala de todo el país, los trabajadores estamos dando firmes lecciones de lucha.
Después del paro nacional del pasado 24, la docencia de las provincias más importantes ha vuelto a parar por la reapertura de las paritarias.
Empujaron esta lucha los Suteba combativos, que resolvieron ahora un paro de 48 horas por este objetivo.
En Salta, los obreros del ingenio Tabacal han libraron una durísima lucha, y frenaron los intentos flexibilizadores de su patronal.
En la otra punta del país, la lucha de los petroleros da cuenta de otra de las grandes cuestiones de la agenda obrera: el flagelo de los despidos.
Estas acciones no sólo enfrentan la completa pasividad de la burocracia sindical “unida”.
Además de los agravios del macrismo, los trabajadores deben vérselas con una oposición política que defiende los planes de ajuste allí donde gobierna. En primer lugar, el Frente para la Victoria.
El kirchnerismo, sin embargo, no renuncia a servirse de esas luchas y reivindicaciones para ensayar un recauchutaje político.
Los trabajadores necesitamos una lucha en serio, y recuperar a nuestras organizaciones obreras para ese objetivo. Pero también, erigirnos en alternativa política, en oposición a quienes gobiernan o gobernaron el país a favor de nuestros verdugos.
A esta tarea, el Frente de Izquierda debe contribuir con una enérgica acción política.
Después del paro nacional del pasado 24, la docencia de las provincias más importantes ha vuelto a parar por la reapertura de las paritarias.
Empujaron esta lucha los Suteba combativos, que resolvieron ahora un paro de 48 horas por este objetivo.
En Salta, los obreros del ingenio Tabacal han libraron una durísima lucha, y frenaron los intentos flexibilizadores de su patronal.
En la otra punta del país, la lucha de los petroleros da cuenta de otra de las grandes cuestiones de la agenda obrera: el flagelo de los despidos.
Estas acciones no sólo enfrentan la completa pasividad de la burocracia sindical “unida”.
Además de los agravios del macrismo, los trabajadores deben vérselas con una oposición política que defiende los planes de ajuste allí donde gobierna. En primer lugar, el Frente para la Victoria.
El kirchnerismo, sin embargo, no renuncia a servirse de esas luchas y reivindicaciones para ensayar un recauchutaje político.
Los trabajadores necesitamos una lucha en serio, y recuperar a nuestras organizaciones obreras para ese objetivo. Pero también, erigirnos en alternativa política, en oposición a quienes gobiernan o gobernaron el país a favor de nuestros verdugos.
A esta tarea, el Frente de Izquierda debe contribuir con una enérgica acción política.
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