Con una importante movilización en Caracas, la oposición venezolana dio inicio a un cronograma de actividades para reclamar al gobierno que acelere la convocatoria al referéndum revocatorio del presidente Maduro.
Luego de varias tentativas frustradas, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha logrado retomar las calles como no ocurría desde las barricadas y movilizaciones de 2014. Habría superado holgadamente, por otra parte, la movilización paralela del oficialismo.
Si bien parece encolumnada detrás del planteo común del revocatorio, la derecha carece de un comando único. Como formulación de compromiso entre sus distintas fracciones, sólo habló en el acto Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD.
Desintegración
La administración Maduro sufre una acelerada desintegración que ha puesto en debate la cuestión del cambio de gobierno y de régimen. En la base de esta disgregación se encuentra la agudización de la crisis económica y de las penurias de las masas, que padecen una inflación astronómica y el desabastecimiento de productos de primera necesidad. Esto es explotado demagógicamente por la derecha, que en un breve lapso recolectó 2 millones de firmas a favor del referéndum revocatorio del Presidente.
El gobierno apunta, mientras tanto, a pisar aún más las importaciones para garantizar los próximos vencimientos de deuda, que superarían las reservas líquidas del Banco Central. Algunos sectores alientan directamente una reestructuración de la deuda.
En este marco de crisis, una parte del propio chavismo se ha pasado en las últimas semanas a las filas del revocatorio. Es el caso de ex ministros como Jorge Giordani e integrantes del grupo Marea Socialista. “Maduro es endeble y el recambio se producirá pronto”, dijo a La Nación (29/8) César Romero, uno de los dirigentes de dicha corriente.
Pero el agrietamiento es aún más profundo. Maduro convocó a cinco ministros para emplazarlos a despedir a aquellos funcionarios públicos que apoyen el revocatorio. Diosdado Cabello, uno de los pesos pesado del oficialista PSUV, reclamó el despido de 4 mil funcionarios que habrían firmado a favor de que el referéndum se habilite.
Transición
Ante las repercusiones que podría tener un estallido del régimen venezolano en la región, la Unasur, el Vaticano y los yanquis alientan una transición ordenada.
Las Fuerzas Armadas, a la vez, acentúan su intervención en la situación política para tratar de mantener el orden -no es casual que Maduro haya entregado al jefe de las fuerzas castrenses el control del aparato estatal de reparto de alimentos. Algunos claman que se trata del pasaje a una dictadura castrense, otros de una transición pactada con la oposición de derecha. En cualquiera de estas variantes, la presidencia de Maduro estaría concluida.
Maduro advirtió en el acto paralelo que podría avanzar en un decreto que ponga fin a la inmunidad de los parlamentarios. En las actuales circunstancias, sin embargo, la tentativa de un autogolpe aceleraría el aislamiento del régimen bolivariano y su relevo. La amenaza de profundizar el gobierno por decreto y el ataque sobre la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, no debe hacer perder de vista que se mantiene abierto un canal de negociaciones con la oposición que tiene entre sus mediadores internacionales al ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero.
El cambio de gobierno y de régimen quedó colocado en el orden del día. Es necesario concentrar el interés de las masas en una salida política propia.
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