El Papa le concedió a Macri la conferencia de prensa para informar lo
tratado en la reunión entre ambos. Según informó el presidente, el
núcleo de la reunión fue “la coincidencia en la lucha contra la pobreza y
en que debemos unir a los argentinos en una concertación social”.
Macri, por decreto, reunió el 19 a la “Mesa de Encuentro entre la
Producción y el Trabajo”. Se trató de una tentativa de concertación
social destinada, según las palabras que Clarín le atribuye a Bergoglio,
a evitar un “estallido social” y a que “Macri termine su mandato”. En
la previa, el Papa, operando en la CGT y en todo el arco político del
peronismo, fue clave para evitar el primer paro nacional contra el
gobierno. Una operación a la que se plegó Massa.
Hay que decirlo con claridad: el Papa ha bendecido a los ajustadores.
Actúa sobre las consecuencias del ajuste capitalista contra las masas,
sin cuestionarlo. Propone la concertación para evitar una irrupción de
las masas que ponga en cuestión las iniciativas del gobierno de la banca
acreedora y el gran capital.
La esencia de la propuesta de los “Laudatos”, los nuevos socios
políticos criollos del Papa, es el asistencialismo. Por eso, Francisco
elogió a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y la
gobernadora Vidal por su tarea de contención -y cooptación- en los
escenarios más críticos del ajuste, donde pega directamente el hambre.
Tres días después del encuentro en el Vaticano, la Iglesia participó con
sus propios representantes en la reunión entre el gobierno y los
movimientos sociales que en su momento marcharon a San Cayetano.
El gobierno de Macri recelaba de la concertación, para evitar
condicionamientos a su política de ajuste. Pero de cara a las
consecuencias sociales del tarifazo, los despidos, la caída del salario y
el crecimiento de la pobreza, le ha concedido al Papa esta iniciativa
política de arbitraje.
El “Minidavos”, el pasaje de todo el gabinete por el Coloquio de IDEA y
la visita del FMI no pueden disimular que la crisis industrial llega al
tercer trimestre -supuesto momento del despegue- en su punto más grave.
La concertación papal apunta a pilotear una crisis social que ya
produjo 13 millones de pobres y que se agravará por los despidos que
crecen y las suspensiones que son despidos futuros. A ello se suman la
aplicación del tarifazo dolarizado que arranca en octubre, la no
reapertura de paritarias, el hundimiento de las jubilaciones y la
continuidad del impuesto al salario.
En la conferencia de prensa posterior al encuentro con el Papa, Macri
prefirió no contestar a la pregunta de un periodista sobre los
ejercicios británicos con misiles en Malvinas, retratando a un gobierno
subordinado al capital financiero y a las potencias imperialistas.
Reagrupemos sindical y políticamente a los trabajadores contra esta concertación destinada a hacer pasar el ajuste.
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