Una jornada "para bajar la cortina".
Sindicales
3 de noviembre de 2016 | #Prensa Obrera 1435 | Por Romina Del Plá - Daniel Sierra
La política de la burocracia sindical yaskista ha llevado a la docencia y al conjunto de los trabajadores estatales a un retroceso salarial.
Cerraron paritarias que están 12 puntos por debajo de la inflación; hubo miles de despidos de trabajadores estatales y se avecina una ofensiva aún mayor hacia fin de año; con el “Operativo Aprender 2016”, el ministro Bullrich declaró la guerra a la docencia; con los 8.500 pesos de salario inicial acordado en la paritaria nacional o con el aumento insignificante pactado por Roberto Baradel en Buenos Aires, un maestro de grado con 17 años de antigüedad esté por debajo de la línea de pobreza (11.719,53 pesos).
Esta fue la ofrenda de la burocracia “que resiste” a la gobernabilidad macrista, además de garantizarle al Presidente y a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal el inicio del ciclo lectivo sin conflicto. Ni la CTA ni la Ctera desenvolvieron plan de lucha alguno, una tregua apenas maquillada con paros o marchas aisladas. Luego de festejar a la Marcha Federal, se llamaron a silencio.
Integrados a la tregua de la CGT y de la Iglesia
En este cuadro, la “Jornada Nacional “convocada por el yaskismo para el 4 de noviembre levanta la consigna vacía de “la dignidad”. Es sin paro ni plan de lucha, no dice una palabra del levantamiento del paro de la CGT que tanto esperaban, ni reclama un salario que cubra la canasta familiar. La jornada se realizará junto al Movimiento Evita y la CTEP kirchnerista, los movimientos sociales que, junto a la CCC y Barrios de Pie, se han sumado a la concertación armada por Macri, la CGT y el Papa. Yasky y Micheli se han unido al blindaje del macrismo impulsado por los empresarios y la Iglesia.
Basta de tregua, por el paro activo y el plan de lucha
Los convocantes presentan a esta marcha inocua como la contrapartida al bono de “humo”, como caracterizó Yasky al acuerdo de la CGT. Pero los que no van a conseguir ni “humo” son Yasky y Micheli. Desde Tierra del Fuego (Bertone-FpV) hasta la Quiaca (Morales, UCR-Cambemos), pasando por Vidal y por el socialista Lifschitz, la mayoría de los gobernadores les han dicho que no hay ni bono ni reapertura de paritarias, ni nada, y que el año próximo deberán contentarse con una ajuste salarial máximo del 17 por ciento.
Por una intervención independiente del sindicalismo combativo
Como se ve, la burocracia sindical kirchnerista no ha necesitado de una mesa de diálogo para sumarse como un pilar del sostenimiento del ajuste macrista. La marcha “por la dignidad” es una mala caricatura de la Marcha Federal, que ofició de canal de contención a la bronca popular, como lo demostró la nula continuidad que Yasky dio a aquella iniciativa.
Mientras esto ocurre, esta burocracia sí ha colocado sus energías en una lucha de aparato dentro de ATE y la CTA, enfrentada con la fracción de “Cachorro” Godoy, una acción patoteril vergonzosa por la pelea de los fondos que terminó con la destrucción parcial del Hotel Bauen, recuperado por sus trabajadores.
La profundización de la tregua de parte de las burocracias sindicales de la CTA y el bochorno del Bauen deberían dar por tierra definitivamente con los planteos de un sector de la izquierda que sostiene que la unidad que “suma” es la que se hace con Baradel y con “Cachorro” Godoy.
Frente a esta situación, es necesario que el clasismo intervenga en la jornada con una política y un programa. El 4 de noviembre convocamos al conjunto de los sectores antiburocráticos de la docencia y de los estatales a conformar una columna común en la marcha, que esté presidida por la consigna de “Basta de tregua. Paro activo nacional y plan de lucha”.
3 de noviembre de 2016 | #Prensa Obrera 1435 | Por Romina Del Plá - Daniel Sierra
La política de la burocracia sindical yaskista ha llevado a la docencia y al conjunto de los trabajadores estatales a un retroceso salarial.
Cerraron paritarias que están 12 puntos por debajo de la inflación; hubo miles de despidos de trabajadores estatales y se avecina una ofensiva aún mayor hacia fin de año; con el “Operativo Aprender 2016”, el ministro Bullrich declaró la guerra a la docencia; con los 8.500 pesos de salario inicial acordado en la paritaria nacional o con el aumento insignificante pactado por Roberto Baradel en Buenos Aires, un maestro de grado con 17 años de antigüedad esté por debajo de la línea de pobreza (11.719,53 pesos).
Esta fue la ofrenda de la burocracia “que resiste” a la gobernabilidad macrista, además de garantizarle al Presidente y a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal el inicio del ciclo lectivo sin conflicto. Ni la CTA ni la Ctera desenvolvieron plan de lucha alguno, una tregua apenas maquillada con paros o marchas aisladas. Luego de festejar a la Marcha Federal, se llamaron a silencio.
Integrados a la tregua de la CGT y de la Iglesia
En este cuadro, la “Jornada Nacional “convocada por el yaskismo para el 4 de noviembre levanta la consigna vacía de “la dignidad”. Es sin paro ni plan de lucha, no dice una palabra del levantamiento del paro de la CGT que tanto esperaban, ni reclama un salario que cubra la canasta familiar. La jornada se realizará junto al Movimiento Evita y la CTEP kirchnerista, los movimientos sociales que, junto a la CCC y Barrios de Pie, se han sumado a la concertación armada por Macri, la CGT y el Papa. Yasky y Micheli se han unido al blindaje del macrismo impulsado por los empresarios y la Iglesia.
Basta de tregua, por el paro activo y el plan de lucha
Los convocantes presentan a esta marcha inocua como la contrapartida al bono de “humo”, como caracterizó Yasky al acuerdo de la CGT. Pero los que no van a conseguir ni “humo” son Yasky y Micheli. Desde Tierra del Fuego (Bertone-FpV) hasta la Quiaca (Morales, UCR-Cambemos), pasando por Vidal y por el socialista Lifschitz, la mayoría de los gobernadores les han dicho que no hay ni bono ni reapertura de paritarias, ni nada, y que el año próximo deberán contentarse con una ajuste salarial máximo del 17 por ciento.
Por una intervención independiente del sindicalismo combativo
Como se ve, la burocracia sindical kirchnerista no ha necesitado de una mesa de diálogo para sumarse como un pilar del sostenimiento del ajuste macrista. La marcha “por la dignidad” es una mala caricatura de la Marcha Federal, que ofició de canal de contención a la bronca popular, como lo demostró la nula continuidad que Yasky dio a aquella iniciativa.
Mientras esto ocurre, esta burocracia sí ha colocado sus energías en una lucha de aparato dentro de ATE y la CTA, enfrentada con la fracción de “Cachorro” Godoy, una acción patoteril vergonzosa por la pelea de los fondos que terminó con la destrucción parcial del Hotel Bauen, recuperado por sus trabajadores.
La profundización de la tregua de parte de las burocracias sindicales de la CTA y el bochorno del Bauen deberían dar por tierra definitivamente con los planteos de un sector de la izquierda que sostiene que la unidad que “suma” es la que se hace con Baradel y con “Cachorro” Godoy.
Frente a esta situación, es necesario que el clasismo intervenga en la jornada con una política y un programa. El 4 de noviembre convocamos al conjunto de los sectores antiburocráticos de la docencia y de los estatales a conformar una columna común en la marcha, que esté presidida por la consigna de “Basta de tregua. Paro activo nacional y plan de lucha”.
Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/1435/sindicales/las-cta-y-el-proximo-4-de-noviembre
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