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domingo, 7 de mayo de 2017

Un acto, dos perspectivas políticas

4 de mayo de 2017 | Prensa Obrera  #1456 | Por Marcelo Ramal

El acto del 1º en la Plaza de Mayo exhibió, aún más acentuadamente que antes, las perspectivas contradictorias que recorren al Frente de Izquierda como referencia política independiente para los trabajadores. El telón de fondo de esta deliberación es el de las tareas y la estrategia que plantean el ajuste de Macri y los gobernadores, que ha conducido, principalmente desde comienzos de este año, a una vibrante reacción de la clase obrera.

Los oradores del Partido Obrero representaron -y se expresaron- en directa sintonía con esa agenda de lucha. Romina del Plá trazó un balance de la huelga docente y su conclusión política de hierro
-la necesidad de recuperar los sindicatos docentes de la fracasada burocracia kirchnerista que ha demostrado su impotencia para enfrentar victoriosamente a Macri-Vidal. Miguel del Plá relató, con enorme rigor, la historia y el presente de una lucha que desenmascara la demagogia de los nacionales y populares, los cuales atacan al “ajuste macrista” mientras, en el sur, le endosan a los trabajadores el saqueo que consumaron durante 25 años en favor de los Lázaro Báez, los Ezquenazi y el propio clan presidencial.


Y finalmente, Néstor Pitrola, el principal vocero de la izquierda en la escalada de huelgas y movilizaciones que sacude al país, en el Congreso, en la calle y en los medios. Néstor presentó los dos polos del escenario político: de un lado, este panorama de luchas obreras; del otro, toda la burguesía y sus partidos apuntalando, más allá de sus diferencias, el ajuste oficial. A partir de allí, ubicó el lugar que le cabe al Frente de Izquierda: hacer de la campaña electoral que se viene un instrumento de agitación y organización para la clase obrera que lucha, desarrollando un programa ante millones de trabajadores. Esto es lo que llamamos, en las campañas de 2011 y 2013, “el rescate de la política electoral -tantas veces bastardeada por el oportunismo- para una estrategia revolucionaria”. Ese camino implica, al mismo tiempo, involucrar a los luchadores obreros en la política electoral. Por eso, volvimos a proponer la convocatoria a un congreso del movimiento obrero y la izquierda, que no es más que la fusión de una campaña electoral de izquierda con la lucha de clases. Es al servicio de esta orientación que propusimos -como en Atlanta- la presentación de listas comunes, lo que permitiría concentrar todos los esfuerzos de nuestros partidos en una batalla integral contra los ajustadores, sus partidos y sus agentes en los sindicatos.


Reivindicaciones obreras y poder

La intervención de los oradores del PTS también reconoció, hasta cierto punto, un hilo conductor común, pero en una perspectiva claramente diferente a la que acabamos de presentar. Del Caño denunció los planes flexibilizadores del gobierno de Macri. No los relacionó, sin embargo, con las enormes luchas obreras que tuvieron lugar contra ellos -por caso, la de los petroleros neuquinos o la ocupación de AGR. En cambio, se sirvió de esa denuncia para fundamentar su campaña por la jornada laboral de seis horas “por un salario que cubra la canasta familiar”. Lorena Gentile, oradora de la ex Kraft, siguió el mismo rumbo, cuando denunció la condición laboral de la mujer obrera y abogó por “una sociedad de libertad para todos y todas las trabajadoras del mundo”, sin detenerse en todos los instrumentos políticos que hacen posible la explotación del capital sobre el obrero -la acción del Estado capitalista, sus partidos y la burocracia sindical, entre otros. Desprovisto del llamado a una lucha de clases integral, la reivindicación de las seis horas asume un carácter electoral-parlamentario -o sea, es un planteo de reforma social del Estado. Pitrola señaló, acertadamente, que el capitalismo en declinación no tolera conquistas duraderas de los trabajadores. Las reivindicaciones obreras, por lo tanto, deben enlazarse con un planteo de lucha contra el Estado y por un gobierno propio de trabajadores -éste es el sentido del programa de transición de la IV Internacional.

Este mismo debate se proyectó hacia la cuestión internacional. Del Caño calificó como reformista a la izquierda europea que emergió después de la bancarrota de 2008 y las grandes crisis políticas que le sucedieron. Pero nada hay de 'reformista' en Syriza, que gerencia en Grecia el ajuste brutal que imponen la Unión Europea y el FMI. Detrás de esta concesión a los ´anticapitalistas´, existe una unidad estratégica con ellos: la negación de la catástrofe capitalista y de sus consecuencias políticas. Una expresión muy clara de este común denominador entre el PTS y los 'radicales de izquierda' es la crítica -común- a la “casta política”, que disimula a la crisis capitalista detrás de una crisis de representación. En oposición a ello, Pitrola señaló que “los Massa, Stolbizer o Macri no son una casta, representan a una clase social”.


Dos caminos para el FIT


Esta adaptación política explica, finalmente, la oposición de perspectivas en relación al Frente de Izquierda y la actual situación política. Del Caño limitó su amplitud de miras a las conquistas parlamentarias. En cambio, Miguel del Plá, en el cierre de su discurso, dejó un mensaje muy diferente: “Santa Cruz no es el pasado, es el futuro”, dijo. La masacre social que Macri exige a Alicia Kirchner es la misma que el capital financiero le reclama a Macri, y que conducirá, más temprano que tarde, a que el escenario de Santa Cruz se reproduzca a escala nacional -esto es, el de un choque de fondo entre el gobierno y la clase obrera. ,“El FIT no puede limitarse a la chapa electoral, debe prepararse para ese choque”, concluyó Miguel. De este horizonte surge una política: listas comunes, congreso del movimiento obrero y la izquierda. Del escenario trazado por Del Caño, emerge el electoralismo estrecho, y la concentración de las energías políticas en una disputa al interior del FIT. Izquierda Socialista, a su turno, llamó a evitar las Paso y a construir listas comunes en base a los resultados de 2015. Pero sólo atribuyó las posibles Paso a una disputa de nombres y cargos que se debería soslayar. Es claro, sin embargo, que el rechazo del PTS a las listas unitarias reconoce raíces políticas profundas, que deben ponerse a la luz.

“Si somos obligados a ir a las Paso, lo haremos en clave de lucha política”, dijo Pitrola. Nuestro reclamo por listas comunes y por un congreso obrero y de la izquierda continuará dirigiéndose a activistas y luchadores de la izquierda y del movimiento popular. Pero, a la vez, será parte de la plataforma de acción con la cual el Partido Obrero inicia su campaña electoral a la escala de todo el país. En oposición a la coalición del ajuste, convocamos a desarrollar a los trabajadores y a la izquierda como alternativa política. 




Foto: Paula Acero

Fuente:http://www.po.org.ar/prensaObrera/1456/politicas/un-acto-dos-perspectivas-politicas





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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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