El gobierno se ha servido de su victoria electoral para anunciar un
verdadero plan de guerra contra la clase obrera, los jubilados y el
pueblo en general.
Entre otros atropellos, Mauricio Macri y sus ministros han anunciado
–una REFORMA LABORAL que
• reduce e incluso habilita la eliminación de las indemnizaciones por
despido, a cambio de un “fondo” bancado por el propio trabajador.
• habilita a los acuerdos por empresa o individuales, desconociendo al convenio colectivo.
• amplía las posibilidades de la tercerización, eliminando la responsabilidad del empleador principal
• incorpora a las pasantías para jóvenes como un rubro permanente –y
degradado- de los convenios colectivos. Más que nunca, la enseñanza
media pasa a convertirse en una fuente de mano de obra gratuita para las
empresas
• establece la categoría del “monotributista en relación de
dependencia”, legalizando el trabajo en negro o precario que dice querer
combatir.
–una REDUCCIÓN DE IMPUESTOS A LOS CAPITALISTAS –comenzando por los
aportes patronales-, que será compensada con impuestazos a la vivienda
única y a varios productos de consumo.
–una REFORMA JUBILATORIA que sólo en 2018 le robará a los jubilados
100.000 millones de pesos, al cambiar el cálculo de ajuste de los
haberes. Además, el gobierno prepara un aumento de la edad para
jubilarse.
El paquete oficial contempla también un ajuste en las obras sociales y
la privatización del hospital público, al terminar con su gratuidad.
Y tarifazos en el transporte, la luz, el gas y todos los servicios.
Cuando Macri anunció este paquetazo, los gobernadores y diputados de la
supuesta oposición –de Massa, el PJ y también del FPV- aplaudían.
Por su parte, los capos de la CGT han pactado este ataque a los
trabajadores, a cambio de seguir perpetuándose al frente de los
sindicatos.
La lucha contra este plan de guerra exige que nos reunamos y actuemos
en los lugares de trabajo, en los sindicatos, en los lugares de estudio,
en las organizaciones de jubilados.
La burocracia no tiene mandato para entregar nuestras conquistas:
impulsemos asambleas y plenarios de delegados; convoquemos a plenarios
zonales para organizar la denuncia y la lucha contra el paquete
antiobrero.
Frente a la parálisis de los cómplices del gobierno, la izquierda y el clasismo deben tomar la delantera.
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