-42% de carestía en 2019
-15 millones de pobres
-u$s 275 de salario mínimo
-u$s 225 de jubilación mínima
La corrida hacia el dólar, por parte de quienes venían acumulando ganancias con las letras o títulos argentinos, ha terminado reduciendo a la mitad el valor de la moneda nacional.
Pero esa brutal devaluación tiene consecuencias muy claras para los que viven de su trabajo: en cuestión de semanas, los salarios o jubilaciones han perdido la tercera parte de su valor.
De la mano del derrumbe económico, la desocupación se acerca al 10 por ciento y la pobreza se arrima al 40 por ciento de los argentinos.
Que esto es intolerable para la sobrevivencia de las familias trabajadoras, no caben dudas.
Pero como no se puede tolerar, la respuesta de abajo empieza a sonar con fuerza.
En los paros y marchas regionales de Santa Fe y Córdoba. En las marchas estatales, en los paros docentes de todos los niveles. En la rebelión educativa que se apodera de colegios y facultades.
Mientras sube esa marea, los gobernadores que responden al Pejota, al kirchnerismo o a Massa cierran sus acuerdos con el gobierno para el Presupuesto 2019 de ajuste que exige el FMI.
En consonancia con ellos, la burocracia sindical fragmenta las luchas y sólo adopta medidas aisladas.
El paro del próximo 25 no escapa a esa condición. Pero nosotros, el clasismo y la izquierda nos serviremos del paro para impulsar asambleas, plenarios y pronunciamientos por una lucha en serio.
Por la preparación de la huelga general, hasta derrotar a Macri y a los gobernadores del ajuste.
En ese camino, vamos forjando una salida política propia. O ellos, o nosotros. Asamblea Constituyente libre, soberana y con poder.
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