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domingo, 28 de abril de 2019

El origen del 1º de Mayo

 
Aniversarios
21 de abril de 2016 | #1407

La primera Internacional (la Asociación Internacional de Trabajadores, la AIT), en su congreso de Ginebra (1866) hizo votar, a instancia de Eugene Dupont, representante de Carlos Marx, la siguiente resolución: “1º) El Congreso considera la reducción de las horas de trabajo como el primer paso en vista de la emancipación obrera; 2º) En principio el trabajo de ocho horas debe considerarse suficiente…”. Por primera vez este principio quedaba consagrado en un congreso obrero internacionalista.
 
El III Congreso de la I Internacional (1868) fue más lejos: consideró la disminución de las horas de trabajo como “condición preliminar indispensable para todas las mejoras sociales ulteriores y en especial el desarrollo de la instrucción de la clase obrera”. En las pancartas de la época: “8 hours labour; 8 hours recreation; 8 hours rest” (“8 horas de trabajo, 8 horas de recreación, 8 horas de descanso”).
 
Fue el Congreso fundante de la II Internacional (la Internacional Socialista), convocado en París en 1889, con preeminencia de delegados considerados marxistas, el que tomó la decisión política de convocar a “una gran manifestación internacional” por las ocho horas el 1º de Mayo.
 
El restablecimiento del 1º de Mayo como jornada internacional se insertó en el período de mayor organización sindical y política de la clase obrera hasta ese momento. La constitución de los sindicatos -en la década del ’90 se producen en Gran Bretaña los primeros conflictos a escala nacional- la conquista del voto para la clase obrera -el porcentaje de votos del Partido Socialista Alemán pasó del 10,1 al 23,3% entre 1887 y 1893-; la reconstitución de “la Segunda” y hasta el fútbol como identificación de un deporte con el proletariado, son fenómenos de este período.
 
Los años negros
 
La lucha por la jornada de ocho horas es inescindible de la gran crisis capitalista de 1873/1890, que originó una larga depresión que algunos extienden hasta 1895, “una divisoria de aguas entre dos estadios del capitalismo: aquel inicial y vigoroso, próspero y lleno de optimismo aventurero y el posterior, avergonzado, indeciso y, dirían algunos, mostrando ya las marcas de la senilidad y decadencia”¹. La crisis evidenció una gran sobreproducción de mercancías y capitales en las economías capitalistas, en relación con el mercado mundial de la época, precedida por el avance gigantesco de las economías industriales de Estados Unidos y Alemania, en desmedro del monopolio inglés. Financiera en su inicio, continuó con la quiebra bancaria e industrial. La lucha por la reducción de la jornada laboral y la preservación del empleo y del salario adquirieron entonces características más enconadas y la lucha de clases del periodo se convirtió en la gran moldeadora de la organización de la clase obrera en el fin de siglo.
 
En la convocatoria del Partido Obrero Francés -impulsor de la jornada internacionalista- al 1º de Mayo se lee: “La jornada de ocho horas significa lugar en el taller para los desocupados, a quienes multiplica el fatal desarrollo del maquinismo… es la supresión de las desocupaciones periódicas, que nos condenan cada vez más a la humillación de las oficinas de beneficencia”.
 
Despertar político
 
La llamada Gran Depresión provocó una ruptura en el proletariado inglés. La capa privilegiada -una creciente aristocracia obrera- fue golpeada por un ascenso espectacular de los trabajadores no especializados, peones y obreros de las industrias. “La potente revuelta de este sector de trabajadores bajo la dirección de los militantes socialistas y la formación de ‘nuevos’ sindicatos después de 1885 señalan el comienzo de una nueva era en la historia del movimiento obrero”². Quince días antes del estruendoso día internacional de mayo de 1890 en Londres, Engels escribe a Sorge: “en un país de movimiento político y obrero tan antiguo hay siempre un enorme montón de basura tradicionalmente heredada que es preciso limpiar gradualmente. Están los prejuicios de los sindicatos de obreros calificados -mecánicos, albañiles, carpinteros y ebanistas, tipógrafos- todos los cuales deben ser destruidos… el movimiento avanza bajo la superficie, abarca sectores cada vez más amplios, en su mayoría pertenecientes a la hasta ahora inactiva capa inferior”³. La propia movilización de mayo es una victoria del nuevo “unionismo”, pues se oponen a ella las viejas tradeunions y la Federación Socialdemócrata. En todo Gran Bretaña se produjo un despertar político de la clase obrera: las nuevas fuerzas constituyeron una poderosa oposición en la central obrera (TUC) y en 1893 se formó el Partido Obrero Independiente, que Engels saludó como una posible vía para derrotar a los elementos colaboracionistas.
 
Negros y blancos
 
En 1877 una serie de huelgas generales dirigidas por los ferroviarios conmovieron las principales ciudades de Estados Unidos en respuesta a una rebaja de salarios. El movimiento buscó rápidamente una cabeza política, el joven Working Men’s Party (WMP). El levantamiento tuvo características históricas. En un escenario dominado por las “fraternidades” de oficio, escindidas unas de otras -maquinistas, guardas, foguistas- la rebelión alumbró el primer intento de organización colectiva de los trabajadores del riel. Más importante aún, por primera vez hicieron irrupción los obreros no calificados (un fenómeno que no puede escindirse de la victoria del Norte contra el Sur esclavista en la Guerra de Secesión). Los explotados de la gran industria, totalmente desorganizados, hicieron causa común con los ferroviarios, los negros junto a los blancos. Los Knights of Labor (Caballeros del Trabajo) se convirtieron en un movimiento de masas, años más tarde, sobre la base de plantearse esta misma tarea en una doble perspectiva: la unión de los trabajadores de todas las calificaciones -el desarrollo de la gran industria mecanizada reducía al mecánico al nivel de un peón jornalero- y de todas las razas. Plantearon un atisbo de definición clasista: “Si tocan a uno tocan a todos”, pero jamás pudieron superar su límite político, al declararse abiertamente anti anarquistas y antisocialistas.
 
La crisis capitalista fue forjando un cambio en la conciencia del movimiento de lucha de la época. En 1881 la flamante Federación de Sindicatos, luego Federación Americana del Trabajo (AFL), pidió una ley nacional de ocho horas para los empleados del gobierno, pero en 1884, cuando la crisis se descargó con fuerza se produjo un cambio de frente. El IV Congreso de la AFL se pronunció por una acción propia de los sindicatos, llamando a imponer las ocho horas en los lugares de trabajo a través de la acción directa frente al fracaso de los reclamos ante el Estado y el logro de la reducción de la jornada de trabajo en una serie de gremios y ciudades por esta vía. La agudización de la crisis en 1883/85 fue determinante en esta radicalización. El Congreso de 1884 votó una resolución que llamó a las organizaciones obreras a imponer la jornada de ocho horas a partir del 1º de mayo de 1886. Los Caballeros del Trabajo fueron convocados a esta campaña luego de ser protagonistas de la huelga ferroviaria de 1884, que derrotó un nuevo intento de reducción de salarios y antes de las prolongadas huelgas de 1885 contra cierres y por aumentos de salarios que incluían a la mano de obra no calificada.
 
¿Por qué los delegados a la convención obrera de Chicago adoptaron el 1º de Mayo como punto de partida del régimen de ocho horas o de la suspensión del trabajo allí donde éstos no se sometieran? En ese tiempo existía en Nueva York y otros Estados la tradición del “moving-day”, el día en que formalmente concluían -y debían renovarse- los arrendamientos, alquileres y contratos.
 
¡A partir de hoy,  no más de ocho horas!
 
El día esperado hubo no menos de 5.000 huelgas y alrededor de 340.000 huelguistas. Miles y miles de obreros conquistaron una nueva jornada, una conquista que alcanzó a una minoría de la clase obrera pero marcó el primer movimiento nacional de lucha en función de este reclamo esencial. En Chicago, el centro de la agitación obrera en esa época, hubo una provocación: una bomba cayó sobre las fuerzas policiales y mató a ocho de los efectivos. Seis dirigentes del movimiento de lucha fueron condenados a la horca y su actitud frente a la muerte es, hasta el día de hoy, un acto que enaltece a la clase obrera mundial.
 
Siete años después el flamante gobernador de Illinois realizó una exhaustiva investigación y probó que el veredicto había sido dictado “cumpliendo órdenes”. Uno de los jurados del tribunal lo había adelantado: “los colgaremos lo mismo. Son hombres demasiado sacrificados, demasiado inteligentes y demasiado peligrosos para nuestros privilegios”4.
 
En 1887, el presidente Cleveland estableció el Día del Trabajo en septiembre, para evitar que el 1º de Mayo sirviera como homenaje a los Mártires de Chicago.
 
1. Dobb, Maurice: La evolución del capitalismo, Río de Janeiro, Zahar, 1976.
2. Morton y Tate: Historia del movimiento obrero inglés, Fundamentos, 1971.
3. Marx-Engels: Obras escogidas, Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1973.
4. Guérin, Daniel. Estados Unidos 1880-1950… Movimiento Obrero…, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1972.
 

jueves, 25 de abril de 2019

Propuesta de Manifiesto Político al FIT del XXVI Congreso del PO

Propuesta de Manifiesto Político al FIT del XXVI Congreso del PO

Foto: Fede Imas
El XXVI Congreso del Partido Obrero aprueba el siguiente Manifiesto para proponérselo a los partidos integrantes del Frente de Izquierda. Junto a esta  propuesta, el XXVI Congreso del PO ratifica el planteo ya realizado en la mesa nacional del Frente, de proceder al cierre inmediato de listas únicas del FIT y la realización de un congreso del Frente de Izquierda, para debatir  programas, consignas y  métodos a emplear en la próxima etapa y de esa manera potenciar nuestra intervención, interesando y convocando al movimiento obrero combativo, a las mujeres protagonistas de la ola verde, a la juventud que enfrenta la precarización laboral y el derrumbe educativo, a sumarse a la campaña por  una alternativa política propia, desarrollando al Frente de Izquierda y de los Trabajadores.   

MANIFIESTO POLÍTICO Y PROGRAMÁTICO DEL FRENTE DE IZQUIERDA Y DE LOS TRABAJADORES 2019


Las elecciones presidenciales de 2019 tendrán lugar en el marco de una crisis general, signada por el fracaso del gobierno macrista. Otra vez nuestro país carga con el peso de una impagable deuda externa y de un sometimiento colonial a los dictados del Fondo Monetario Internacional. Otra vez, fruto de una inflación galopante combinada con una profunda recesión, se pulverizan los salarios, se acrecienta la pobreza y crece la desocupación. De conjunto, se desarrolla un proceso económico y social catastrófico para los trabajadores y el pueblo argentino.
Esta catástrofe, es el resultado de las medidas requeridas por la clase capitalista, orientadas a que la Argentina retorne al mercado de créditos internacional y a apuntalar la tasa de beneficio empresarial. El macrismo, que estructuró su plan de gobierno sobre la base de esa agenda patronal, no hizo más que completar el paquete de medidas iniciadas bajo el gobierno anterior. Mientras el kirchnerismo indemnizó a Repsol, le abrió paso a Chevron, y pagó las deudas usurarias al Club de París y al CIADI; Macri procedió a levantar el cepo cambiario y a cerrar el litigio con los fondos buitre. Esa estrategia económica, derivó en un nuevo mega-endeudamiento del país, que se ha revelado impagable y que ha empujado al gobierno a buscar el auxilio del Fondo Monetario Internacional, el que, a su turno, agravó la recesión y el sometimiento del país al capital financiero.
En un escenario internacional signado por la crisis capitalista y la guerra comercial, la prometida “lluvia de inversiones” nunca llegó. Por el contrario, asistimos a una fuga masiva de capitales, lo que junto a la incapacidad del Estado para hacer frente al pago de su deuda, provocó la devaluación del peso y el espiral inflacionario. La tentativa del gobierno de poner un freno a la desvalorización de la moneda nacional, elevando las tasas de interés a niveles exorbitantes,  ha llevado la deuda del Banco Central a un monto impagable. En manos de los bancos, esta deuda plantea la posibilidad cierta de que las entidades procedan a la confiscación de los ahorristas a través de un “corralito” bancario. La alternativa no menos catastrófica de que el BCRA responda a esta situación con una emisión desenfrenada, plantea la liquidación de la moneda nacional y la hiperinflación.
La pretensión de desarmar la montaña de subsidios estatales a las empresas energéticas y de servicios y dolarizar las tarifas se ha evidenciado como un esquema inviable. La carga insoportable de los tarifazos, tanto para los consumidores como para un sector de la propia clase capitalista, obligó al gobierno a sostener parte de los subsidios que se buscaban recortar. Es lo que se evidenció en Vaca Muerta, donde sólo se logró una tibia reactivación combinando tarifas dolarizadas, subsidios estatales y una criminal flexibilización laboral.
Bajo esta crisis, los trabajadores son castigados con despidos y suspensiones o directamente con cierres de empresas y fábricas; crece la desocupación en masa; los tarifazos echan leña a una carestía cada vez mayor que afecta el poder de compra del salario y ha hundido a los jubilados en la miseria. Se impone, en cada vez más gremios, la destrucción de los convenios colectivos y el trabajo precario; se agudiza la crisis habitacional y se profundiza el derrumbe de la salud y la educación públicas.
De conjunto, se ciernen sobre el pueblo argentino todos los elementos de las crisis de 1989 y de 2001: la hiperinflación y la consecuente destrucción salarial, la desocupación masiva y la confiscación de los ahorros. Advertimos que quienes incubaron la presente crisis, la clase capitalista y los sucesivos gobiernos, son los mismos que llevaron a la Argentina a la bancarrota en 2001 y a todas las grandes crisis de las últimas décadas. Se vuelve a poner de manifiesto la incapacidad de la burguesía nativa para asegurar un desarrollo nacional independiente del imperialismo y para resolver los problemas elementales de las masas.
La crisis vuelve a colocar a la Argentina frente a una disyuntiva histórica: los grandes capitales, de un lado, y los trabajadores, del otro, deberán enfrentarse para definir quién liderará una salida a la crisis.

Los bloques políticos 

El macrismo ingresa al proceso electoral golpeado por el agravamiento de la crisis económica y social, como lo han confirmado los resultados de las elecciones provinciales adelantadas. De la mano del creciente rechazo popular al gobierno se acentúa la interna de la coalición oficial, recrudeciéndose los enfrentamientos entre la UCR y el PRO e incluso al interior del núcleo duro de la camarilla oficial. El macrismo, que desde su debut ha sostenido un planteo negacionista de los crímenes de la última dictadura y de impunidad para los genocidas, ha optado por profundizar sus planteos represivos y reaccionarios en el año electoral. Su cruzada xenófoba contra los migrantes y de criminalización de la juventud, representa un acto de demagogia que busca cautivar a una parte de la ‘clase media’ golpeada y desmoralizada por la crisis.
La bancarrota económica y la crisis política configuran una crisis de régimen, que envuelve a todas las instituciones del Estado. La podredumbre estatal ha tenido un escenario predilecto en el Poder Judicial, donde se desarrolla una guerra entre servicios de inteligencia ligados a jueces y fiscales federales. La disputa judicial incluye el juzgamiento de los principales grupos económicos de la burguesía nacional, que se han enriquecido a costa del presupuesto público y cuyas posiciones son amenazadas por el gran capital internacional.

Como consecuencia del desgaste político del macrismo y la bancarrota económica, algunos de los grupos económicos que oportunamente promovieron su ascenso se van volcando progresivamente a un recambio político capitalista. Sin embargo, la burguesía nacional rechaza proceder a una ruptura con el FMI, dado el enorme peso de la deuda externa que ella misma ha contraído y su dependencia del crédito internacional. Es esto lo que explica el programa continuista de toda la “oposición” política patronal, desde Lavagna y el peronismo federal, pasando por el kirchnerismo y llegando al centroizquierda. La “oposición”  sólo aspira a renegociar el pacto con el FMI, a otorgarle mayores beneficios impositivos a la clase capitalista y a reunir los recursos políticos para viabilizar una desvalorización histórica de la fuerza de trabajo, es decir, dar curso a una nueva reforma jubilatoria y a la reforma laboral.

En este cuadro de derrumbe económico y agravamiento de la crisis social, la sobrevida del gobierno macrista sólo puede ser explicada por la colaboración estratégica brindada por los gobernadores de todos los colores, por el conjunto de la oposición peronista y kirchnerista en el Congreso Nacional y por las burocracias sindicales.  La ofensiva ajustadora en las provincias no ha encontrado distinciones, ni siquiera matices, entre los gobernadores del macrismo y los del peronismo, incluida Alicia Kirchner. El colaboracionismo de la “oposición” ha tenido una de sus facetas más explícitas en el Congreso Nacional, donde se han aprobado más de 100 leyes ajustadoras a pesar de la posición minoritaria de la coalición oficial. El peronismo aportó los votos necesarios para que se materialice el pacto con los fondos buitres, la reforma anti-jubilatoria y el presupuesto 2019 digitado por el FMI.

En esta tarea de colaboración política han jugado un rol clave las Iglesias, ofreciendo sus servicios de contención a cambio del rechazo al derecho al aborto en el Congreso Nacional. A contrapelo del enorme movimiento de mujeres, el conjunto de los bloques políticos acentuó su subordinación al clero. Esto vale especialmente para el kirchnerismo, con el llamado de Cristina a unificar los pañuelos verdes y celestes.

Desde el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, en oposición a las “salidas” capitalistas en danza, luchamos para que la crisis la paguen los capitalistas y para abrir paso a una salida de los trabajadores y la izquierda. Esto significa, proceder a una reorganización integral del país bajo la dirección de la clase obrera, partiendo de la ruptura del pacto con el FMI y cesando con  pago de la deuda externa, por su carácter usurario y fraudulento. Planteamos la nacionalización sin pago de todos los recursos energéticos y estratégicos, bajo el control de sus trabajadores, y la nacionalización de la banca y el comercio exterior, para cesar con la fuga de capitales y el despilfarro del ahorro nacional y para reorientarlo a un plan de reindustrialización del país. Planteamos la prohibición de despidos y suspensiones, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario y el establecimiento de salarios mínimo igual al costo de la canasta familiar, actualizado por inflación. El 82% móvil y la devolución del Anses al control de trabajadores y jubilados, y la reposición de aportes patronales. Luchamos por la cárcel común y perpetua a todos los genocidas y el fin de la cárcel y el procesamiento a los luchadores. El desmantelamiento de los aparatos represivos y la elección por voto popular de jueces y fiscales, para terminar con la represión y la impunidad. La materialización de este programa plantea echar a Macri y a los gobernadores, mediante una acción histórica de la clase obrera, y que una Asamblea Constituyente libre y soberana se haga de la suma del poder político del país, sentando las bases para luchar por un gobierno de los trabajadores.

Una política para derrotar el plan de ajuste

Las burocracias sindicales de todos los pelajes, desde los gordos de la CGT, pasando por las CTAs y demás dirigentes sindicales K, han sido un sostén fundamental de la gobernabilidad  macrista. Los cuatro paros nacionales decretados por la CGT a lo largo del mandato Macri han sido el resultado de una enorme presión obrera. Para la burocracia sindical, esos paros fueron la  oportunidad para descomprimir el creciente malestar de los trabajadores. Otro tanto vale para el triunvirato piquetero, que actuó como pilar del Ministerio de Desarrollo Social para evitar un estallido de las barriadas más empobrecidas. Las burocracias sindical y piquetera actuaron bajo la batuta del Vaticano, para “contener” la movilización popular y trazando un camino de derrotas para los trabajadores.
Contra esta política de la burocracia de entrega de las conquistas obreras, se han puesto en pie luchas tenaces. Ocupaciones de lugares de trabajo, como en las minas de Rio Turbio, el INTI o Interpack. Importantes huelgas salariales, como la de los docentes de Salta y Chaco, que han recurrido a las auto-convocatorias, y han realizado asambleas y marchas masivas. Grandes movilizaciones piqueteras, con el Frente de Lucha y las organizaciones independientes del triunvirato a la cabeza. El Sutna, el sindicato de trabajadores del neumático recuperado, con la asamblea general y la movilización enfrentó los despidos en Fate y el preventivo de crisis, mostrando un camino a toda la clase obrera de cómo se debe resistir a los embates patronales. Las jornadas del 14 y 18 de diciembre de 2017 contra la reforma previsional, que tuvieron lugar contra la voluntad manifiesta de la burocracia sindical, fueron el punto más alto de una lucha general del movimiento obrero organizado contra la política del gobierno.

En contraste con la política de la burocracia, los sectores clasistas y de la izquierda del movimiento sindical han hecho flamear las banderas independientes del “paro activo nacional de 36hs para derrotar a Macri, el FMI y los gobernadores” en todos los escenarios de las grandes movilizaciones, incluido el 8M, el 24M y el 4A. El movimiento piquetero, de la mano de las organizaciones combativas y clasistas que defienden su independencia política respecto al Estado capitalista, se encuentra jugando un papel de vanguardia en la lucha popular contra el ajuste.

En oposición al aislamiento y sabotaje de la burocracia sindical, desde el Frente de Izquierda apoyamos todas las luchas que se desenvuelven contra el ajuste desde Ushuaia a la Quiaca, y nos jugamos a fondo por su victoria. Contra la atomización de la clase obrera que fomentan las patronales, sus representantes políticos y los burócratas sindicales, desde el Frente de Izquierda planteamos el frente único de la clase obrera, entre los trabajadores de todos los gremios y entre ocupados y desocupados. En esa perspectiva, es que inscribimos la lucha por un congreso nacional de delegados electos y mandatados por asambleas de base de todos los gremios, para impulsar un paro activo de 36 horas y la huelga general, y elaborar un plan económico y político alternativo de la clase obrera. Como nunca, está planteada la necesidad de recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical, agente del Estado y las patronales en el movimiento obrero, para ponerlos al servicio de una lucha por todos los reclamos de la clase obrera y para pelear por un gobierno de los trabajadores.

El movimiento de mujeres ha sido un factor fundamental de movilización popular en todo este período. La lucha por el aborto legal nos encontrará en la calle nuevamente este 2019. Los reclamos del movimiento de mujeres no se subordinan a una agenda electoral: el método es ganar las calles. En contraste con el reforzamiento de la injerencia clerical en todos los bloques políticos patronales, el Frente de Izquierda destaca la necesidad de luchar por la separación de la Iglesia del Estado. Destacamos la ligazón indisoluble entre los reclamos más sentidos de las mujeres y la agenda del movimiento obrero: el peso de la clandestinidad del aborto, de la violencia contra las mujeres, de la precarización laboral que sufren especialmente la mujer trabajadora, se agrava enormemente bajo el peso del ajuste de los gobiernos del FMI. La lucha por la emancipación de la mujer es inseparable de la lucha por terminar con el sometimiento del trabajo por el capital.

En oposición al sometimiento de las burocracias sindicales y piqueteras al Vaticano, que ha redundado en un sabotaje a la extraordinaria pelea librada por el aborto legal, planteamos la intervención activa de toda la clase obrera y de sus organizaciones en las grandes luchas que libra el movimiento de mujeres. Solo así, mediante una lucha mancomunada de las mujeres y los hombres de la clase trabajadora, se podrán concretar verdaderos avances en la lucha por erradicar la ideología machista y patriarcal que se reproduce al interior de nuestra clase.

Argentina y América Latina en la crisis mundial

La marcha del proceso político argentino tiene como telón de fondo a la crisis capitalista mundial, que amenaza con arrastrar al mundo a una nueva recesión generalizada. Como consecuencia de esta enorme crisis de sobreproducción capitalista, se ha acentuado en los últimos años una guerra comercial a escala internacional, que encuentra en Trump a su principal impulsor. La tentativa del imperialismo norteamericano de mantener su hegemonía político-militar a escala internacional, ha tenido su expresión en Medio Oriente, en los países árabes y, también, en América Latina.
El pleno involucramiento de los yanquis en los golpes que azotaron al subcontinente en el último lustro, como el que hoy se cierne sobre Venezuela, y las sanciones económicas adoptadas contra Cuba y Nicaragua, reclaman el repudio de todas las fuerzas de izquierda y revolucionarias del mundo, y la más enérgica movilización de las masas trabajadoras y campesinas de América Latina para derrotar la ofensiva imperialista, con completa independencia de los gobiernos de esos países. La ofensiva de Trump contra las inversiones extranjeras en Cuba representa un ataque por partida doble. Por un lado, se inscribe como parte de la guerra comercial contra la Unión Europea, que tiene intereses en la Isla. Por otro lado, representa un ataque al pueblo cubano, que sufre las consecuencias del bloqueo económico. Nuestra lucha contra el golpe imperialista en Venezuela no implica ningún apoyo al gobierno de Maduro, que acentúa sus características antiobreras y de camarilla militar en la crisis. La crisis de Venezuela es inseparable de los límites históricos del chavismo, que nunca se planteó una ruptura total con el imperialismo ni una transformación de la dependencia petrolera de Venezuela, y que subordinó al movimiento obrero y sus organizaciones al Estado.
El gobierno de Macri ha reforzado su dependencia del imperialismo norteamericano, de la mano de los pactos con el FMI y de los convenios de cooperación militar. Colocó a la Argentina como un peón del imperialismo norteamericano en el marco de la crisis mundial para integrarla a  un eje reaccionario continental con el fascista Bolsonaro, el derechista Duque de Colombia y todos los integrantes del Grupo de Lima. Los choques entre los propios estados capitalistas latinoamericanos, en tanto representantes de sus burguesías vernáculas, han tenido lugar con los gobiernos ‘nacionales y populares’ en el poder y se agudizaron con el estallido de la crisis mundial y la caída de los precios de las materias primas. Ahora, con el ascenso de los gobiernos derechistas, se ha profundizado la disolución de la Unasur, en donde sólo se mantienen cinco de sus doce países fundadores, y el impasse mortal por el que atraviesa el Mercosur. Culmina en un fracaso una renovada tentativa de las fuerzas nacionalistas latinoamericanas de forjar la unidad del subcontinente sobre bases capitalistas.  
Las fuerzas nacionalistas o centroizquierdistas, que en el pasado reciente fueron gobierno y hoy se encuentran en la “oposición”, se demostraron incapaces de enfrentar la ofensiva imperialista y el acenso derechista. Contra Bolsonaro y Macri, destacamos la importancia de la movilización popular con los métodos de la clase obrera y los límites insalvables de los planteos que buscan subordinar esta lucha a un desarrollo electoral. En Brasil, con la estrategia electorera, el PT fue derrotado por Bolsonaro asestando a un duro golpe a la clase trabajadora.
En la Argentina, el peronismo ha jugado un papel decisivo en la contención del movimiento de masas. Tanto el apoyo de todo el arco peronista al golpe imperialista en Venezuela, como el silencio cómplice de Cristina Kirchner, representa una sentencia definitiva sobre el carácter proimperialista de esta falsa “oposición”.
La expulsión del imperialismo y la unidad de los pueblos latinoamericanos es una tarea que ha quedado enteramente reservada a la intervención histórica de los trabajadores y campesinos del continente, con los métodos de la lucha de clases, bajo la estrategia de gobiernos de trabajadores en cada una de nuestras naciones y de la Unidad Socialista de América Latina.

Por una salida de los trabajadores y la izquierda

En un momento histórico donde la profundidad de la crisis capitalista pone en evidencia todos los días y en cada rincón del mundo que transitamos una época de “guerras y revoluciones”, la llamada ‘izquierda radical’ o los llamados ‘partidos de tendencias’, han renunciado a la lucha revolucionaria, a la construcción de partidos obreros, a reivindicar la acción directa de la clase obrera y a la lucha por gobiernos de trabajadores. Contra esta tendencia a la adaptación política, el Frente de Izquierda destaca un planteamiento socialista: explotar la bancarrota del capital, las crisis políticas y las movilizaciones populares que se abren, para preparar las condiciones para la instauración de gobiernos de trabajadores y el socialismo. Desde esta posición principista, el Frente de Izquierda convoca al resto de los partidos de la izquierda de nuestro país a conformar listas comunes de cara al próximo proceso electoral, para reforzar la lucha por la separación de la clase obrera y los explotados de los partidos patronales y ofrecer un polo político de independencia de clase.    

El Frente de Izquierda apoya la lucha de toda la clase obrera mundial contra el capitalismo imperialista y sus gobiernos. Saluda la rebelión popular en Argelia y la lucha de los chalecos amarillos en Francia. Se compromete a fondo en la lucha por derrotar la ofensiva golpista y la asonada militar del imperialismo yanqui en Venezuela. Destaca y apoya la rebelión popular de Haití, la gran lucha de la juventud de Chile y convoca a los trabajadores de Brasil y de América Latina a dar una lucha mancomunada contra el gobierno del fascista Bolsonaro y todos los gobiernos capitalistas. En la Argentina, más allá de las traiciones de las direcciones sindicales burocráticas, reivindicamos las grandes jornadas obreras del 14 y 18 de diciembre de 2017, las movilizaciones de masas en defensa de las libertades democráticas, o las grandes movilizaciones de las mujeres y la juventud por el derecho al aborto legal, que ha adquirido un carácter internacional y ha puesto en la agenda la lucha por la separación de la Iglesia del Estado.

Llamamos a votar al Frente de Izquierda y de los Trabajadores con la conciencia de que se trata del desarrollo de una alternativa política de los trabajadores y de una respuesta política del pueblo laborioso a la nueva crisis capitalista. La tribuna parlamentaria del Frente de Izquierda ha servido a la educación y al desarrollo de una conciencia de clase de los trabajadores; a la denuncia de las conspiraciones del imperialismo y las patronales nativas contra el pueblo, a través del aparato estatal; al reforzamiento de la pelea que libran los trabajadores, las mujeres  y la juventud, y para impulsar las movilizaciones de carácter político.

Utilizamos la tribuna electoral para fortalecer las luchas, al servicio de las huelgas y la movilización extraparlamentaria en las calles y como un medio más para el objetivo estratégico de derrotar a los capitalistas y su Estado mediante la transformación revolucionaria de la sociedad bajo la dirección de los trabajadores.

Nuestro programa
Fuera el FMI, abajo el pago de la deuda externa

La suma de la vieja deuda heredada de todos los gobiernos desde la dictadura, y la nueva deuda contraída por el macrismo, ya equivale a un PBI entero. Los dólares de esta nueva deuda ya fueron fugados por los bancos y las financieras: la fuga de capitales alcanza en el gobierno de Macri  64.300 millones de dólares, que huyeron de la desvalorización de la moneda nacional. El tendal de deudas restantes en dólares recae en el estado, retratando una operación de rescate al capital.
Esta situación pone a la Argentina en una situación inviable como resultado de un vaciamiento en favor de los especuladores con la bicicleta financiera. Sólo en 2019, los vencimientos de deuda serán de 58.720 millones de dólares. En cinco años, el país deberá pagar 197.000 millones de dólares, incluida la deuda con el FMI.

La perspectiva de una “renegociación”, que levanta el PJ, deja en pie esta deuda monumental, y dejaría intacto el monitoreo de la economía Argentina por el FMI. El pago de la deuda es incompatible con el desarrollo nacional más básico, o la satisfacción elemental de los reclamos populares. El Frente de Izquierda plantea la investigación y el no pago de la totalidad de la deuda, usuraria y fraudulenta, y la ruptura del pacto colonial con el FMI y los acreedores internacionales.

El ahorro nacional debe destinarse a resolver los grandes problemas nacionales. La nacionalización de la banca y el comercio exterior son medidas elementales para terminar con la fuga de capitales y colocar los recursos que producen los trabajadores del país al servicio de un plan de desarrollo industrial y de infraestructura para resolver los problemas más urgentes de la población trabajadora.

Abajo los despidos, salario igual a la canasta familiar, abajo la precarización laboral

Frenar los despidos es el punto de partida para garantizar las condiciones mínimas de vida para los trabajadores argentinos. Contra la política de derrota de la burocracia sindical, el Frente de Izquierda propone la ocupación y puesta en funcionamiento de cada establecimiento laboral que cierre o despida, y plantea el reparto general de las horas de trabajo sin afectar el salario. Proponemos además un seguro al desocupado igual al salario mínimo, vital y móvil, y la apertura irrestricta de todos los programas sociales.

Frente a la escalada inflacionaria, es necesario ajustar en forma inmediata los salarios por inflación, estableciendo un salario mínimo inicial igual al costo de la canasta familiar (42.000 pesos). Planteamos la eliminación de todos los impuestos al salario, a la vivienda única y al consumo (IVA, etc.), y su suplantación por impuestos a las grandes fortunas. 

Las patronales explotan la crisis en función de sus propios objetivos: introducir la reforma laboral de hecho, con precarización, trabajo en negro y destrucción de los convenios colectivos. Denunciamos el rol de la burocracia cómplice de toda esta ofensiva anti obrera y llamamos a defender los convenios colectivos, y el blanqueo y pase a planta de todos los precarizados.

Por el 82% móvil, abajo el ataque a las jubilaciones

El pueblo argentino enfrentó en las calles la última reforma jubilatoria de Macri. El FMI y los candidatos patronales no están conformes todavía: vienen por la destrucción de los regímenes jubilatorios especiales, por la vuelta de la jubilación privada, por nuevos golpes a las ya miserables  jubilaciones y por el remate masivo de los activos de la Anses. Mientras, vacían la Anses eximiendo a las patronales del pago de aportes. Contra esta agenda destructiva, el Frente de Izquierda plantea la elevación inmediata de la jubilación mínima al costo de la canasta de la tercera edad, hoy en los $31.000, en el camino de recuperar el 82% móvil, financiado con la restitución de los aportes patronales y el blanqueo de todos los trabajadores en negro, arrancando la Anses y todas las cajas previsionales de las garras de los gobiernos del ajuste y poniéndolas bajo control de representantes electos de los trabajadores y los jubilados. Equiparación de la “renta vitalicia”, hoy por debajo de los $1.700, con la jubilación mínima. Restitución de remedios sin cargo y de las prestaciones de las obras sociales, las que deben pasar a manos de jubilados y trabajadores electos. 

¡Fuera la burocracia sindical! Por una nueva dirección en el movimiento obrero

La entregada de la burocracia sindical a Macri coloca más que nunca la vigencia de la necesidad de recuperar las organizaciones obreras y expulsar a la burocracia, agente del Estado y las patronales en el movimiento obrero. La contracara es la lucha del Sutna contra el preventivo de crisis, el método de las asambleas generales y la movilización de los trabajadores. La recuperación de las organizaciones obreras para la lucha por todos los reclamos, con plena democracia sindical y con independencia del movimiento obrero respecto a las patronales y el Estado es un pilar fundamental para quebrar la regimentación estatal y patronal sobre la clase obrera y abrir paso a la lucha por un gobierno de los trabajadores. Por un congreso de bases de la CGT, la CTA y todos los sindicatos. Abajo la Ley de Asociaciones Profesionales, fuera la injerencia estatal de las organizaciones obreras.

Anulación de los tarifazos

Las viejas privatizadas menemistas y las petroleras fueron rescatadas de la crisis del 2001 mediante masivos subsidios, que vaciaron durante años la caja del Estado nacional. Cuando esta política amenazaba con llevar a la quiebra al Estado, el macrismo le trasladó la factura del rescate a los usuarios, con tarifazos impagables que golpean día a día los magros ingresos de los trabajadores. Con los tarifazos (y subsidios) se ha pretendido dolarizar los precios de la nafta y la energía, en un cuadro de devaluación de la moneda. Aseguran ganancias extraordinarias a las petroleras, gasíferas y eléctricas, a los empresarios del transporte, a costa de todos los trabajadores. Planteamos la apertura de cuentas de las empresas energéticas y del transporte para poner de manifiesto los negociados contra el pueblo. Planteamos su nacionalización integral sin resarcimiento de estos recursos, bajo control obrero y de las organizaciones ambientalistas,  para recuperarlos como una palanca de desarrollo nacional en favor de los trabajadores.

Por el aborto legal, seguro y gratuito, por todos los reclamos de la mujer trabajadora

Contra la postración del conjunto de los partidos patronales al clero, planteamos el aborto legal, seguro y gratuito para terminar con todas las muertes por abortos clandestinos. La lucha por el aborto legal se ha transformado en la gran bandera del movimiento de mujeres, defendemos una gran movilización popular por el triunfo de esta lucha. Planteamos la educación sexual integral, laica, científica y respetuosa de la diversidad sexual y de género en cada establecimiento escolar, con programas debatidos y resueltos por las organizaciones de mujeres, centros de estudiantes y organizaciones populares, para tener herramientas para decidir. Defendemos la separación de la Iglesia del Estado, confiscando todos los bienes que han sido otorgados históricamente por el Estado en todos los niveles al clero y terminando con todos los beneficios económicos a la Iglesia, y con su influencia en el Estado, especialmente en la salud, la educación y la asistencia social.

Contra la violencia contra la mujer, planteamos la asistencia en materia de vivienda, trabajo y asistencia médica y psicológica para las mujeres violentadas, a cargo de representantes electas de las propias mujeres: ¡Ni una menos! ¡El Estado ese responsable!
Planteamos unir al movimiento de mujeres en lucha con el movimiento obrero, en un contexto de despidos donde de cada tres desocupados dos son mujeres.

Contra el régimen corrupto de macristas, radicales kirchneristas y pejotistas

Las denuncias de corrupción han puesto de manifiesto enormes desfalcos contra el pueblo, sea de parte del kirchnerismo, en la obra pública, como del macrismo, con el correo y los negociados de la patria contratista. El Frente de Izquierda plantea el control obrero de la obra pública para terminar con estos negociados, y señala la naturaleza de clase de la corrupción que parte del entramado del poder político con el empresarial.

Las causas de corrupción han puesto de manifiesto también una guerra judicial que involucra a los servicios de inteligencia oficiales y clandestinos, nacionales y extranjeros. Denunciamos las pretensiones del imperialismo de utilizar las causas para morder una tajada mayor en el reparto de la obra pública al servicio de sus intereses. Denunciamos la infiltración de la justicia por servicios de inteligencia extranjeros, y marcamos la necesidad de terminar con este entramado mafioso mediante la elección de jueces y fiscales por el voto popular.

Por el derecho a la tierra y la vivienda

El proceso de enajenación de la tierra y del suelo urbano por parte de los capitalistas ha potenciado el proceso de especulación inmobiliaria, llevando el precio de la tierra y de la vivienda a niveles exorbitantes, que se tornan inaccesibles para amplísimas capas de la población. La situación de los 150 mil tomadores de los préstamos hipotecarios UVA se ha vuelto desesperante, por la indexación de las cuotas y de la deuda total a la inflación. Crecen así las amenazas de desalojo y ejecuciones. Planteamos la anulación del sistema de créditos UVA y la defensa del derecho a la vivienda de los trabajadores, en contraposición al beneficio de los bancos. Planteamos que el valor de las cuotas mensuales para los que ya se encuentran pagando créditos hipotecarios no puede ser indexado más allá del 50% del Índice de Variación Salarial y no puede superar el 25% del ingreso familiar.
Por la asignación del suelo urbano ocioso a la vivienda popular, y un plan masivo de construcción de viviendas y urbanización de los barrios populares bajo control de los vecinos, financiado con un impuesto extraordinario a los especuladores financieros, a los bancos y grandes capitalistas.

Abajo la represión, la criminalización de la protesta y el gatillo fácil

La agudización de la crisis lleva a acentuar las tendencias represivas. Un aspecto de esta orientación es la criminalización de las protestas, como es el caso de los petroleros de Las Heras, AGR Clarín y muchos otros. Otro aspecto es la reforma del código penal, la aplicación de códigos de convivencias y la baja de la edad de imputabilidad.

Con la “doctrina Chocobar” la ministra Bullrich pretende legalizar el gatillo fácil de manos de las fuerzas de seguridad. Para “blanquear” esta política represiva contra la juventud y las organizaciones populares, le lavan la cara a la dictadura militar, negando el genocidio de los 30.000 desaparecidos y llamando a la “reconciliación” con los genocidas. Este avance represivo va de la mano de la ofensiva contra los migrantes, con persecución policial y una campaña para que no puedan utilizar la salud y educación pública. Esta política está lejos de ser exclusiva del macrismo, fue avalada por los Berni, los gobernadores del PJ o los Pichetto.

Bajo el macrismo, han avanzado los convenios de cooperación internacional con el imperialismo en materia de seguridad, la injerencia de los servicios extranjeros en la vida nacional, la autonomía de la AFI (ex Side) como caja negra y aparato conspirativo contra el pueblo, y la autonomía de las Fuerzas Armadas. El Frente de Izquierda plantea el desmantelamiento de los aparatos represivos y llama a la juventud a organizarse para combatir el gatillo fácil y el abuso policial.

Por un sistema educativo único nacional, por la educación laica y gratuita

La privatización educativa se desarrolla de la mano del avance de la injerencia oscurantista de la iglesia sobre el sistema educativo. La crisis de la educación pública producto de las políticas de ajuste y de privatización, del avance sobre el estatuto y las conquistas de la docencia, del desguace de la escuela media, del avance sobre los institutos de formación docente, plantea la vigencia de la lucha por la educación pública, laica y gratuita, contra las leyes anti educativas (Ley Federal, LEN, LES) y por la nacionalización del sistema educativo triplicando su presupuesto, bajo control de docentes y estudiantes. La eliminación de los subsidios a la educación privada.
Por la educación sexual integral laica y científica en todos los niveles y modalidades, con programas debatidos y elaborados por las organizaciones de mujeres, estudiantiles y sindicatos docentes.

Abajo el ajuste contra la universidad, por la democratización de las universidades, abajo las camarillas universitarias que han sido cómplices de las políticas del gobierno. Abajo el ajuste en ciencia y tecnología.

Por la defensa de la salud pública

Bajo el peso del ajuste de los gobiernos provinciales, la salud pública agoniza sin recursos, con salarios de miseria y precarización laboral. Planteamos la triplicación del presupuesto, el pase a planta de todos sus trabajadores y las 6 hs e insalubridad para los enfermeros. El control del sistema de salud por representantes electos de los trabajadores.
Reivindicamos el acceso universal a la salud, contra la campaña fascista de persecución a los migrantes por utilizar el sistema de salud. Rechazamos la CUS, que viene a recortar la posibilidad de acceder al hospital público. Por una cobertura de salud gratuita e integral a cargo del Estado. Nacionalización sin pago de los laboratorios que lucran con la salud del pueblo. Por la provisión de medicamentos gratuitos a quienes lo necesitan.

La burocracia sindical utiliza los fondos de las obras sociales que el gobierno adeuda como una moneda de cambio para entregar derechos laborales, despidos y salarios. Pacta con Macri la ley de agencia nacional para recortar las prestaciones. Contra esta orientación planteamos el pago integral de la deuda del Estado con las obras sociales, la expulsión de la burocracia sindical del directorio de las mismas para que sean dirigidas, electas y revocables por los trabajadores.

Contra la depredación ambiental

La crisis capitalista tiene su expresión también en una crisis ambiental sin precedentes en la historia de la humanidad. El intento de las grandes corporaciones de sostener su tasa de ganancia lleva a la aceleración del ciclo de reproducción del capital, lo que redunda en una creciente contaminación y destrucción del medio en el que habitamos y al agotamiento de los bienes comunes (recursos naturales). La mega-minería, el fracking, la desforestación, los monocultivos transgénicos, etc., son la expresión clara de este proceso.

En los últimos meses, un movimiento mundial de jóvenes ha puesto en evidencia el fracaso de los acuerdos interimperialistas para detener el calentamiento global y sus consecuencias. El protocolo de Kyoto ha sido sepultado de forma contundente. En nuestro país, la devastación ambiental por el uso de agrotóxicos, asociado principalmente a la soja transgénica de los grandes pooles de siembra, generó un verdadero genocidio silencioso con la complicidad de todos los gobiernos de turno. 

El Frente de Izquierda advierte que la destrucción ambiental es una característica intrínseca de un sistema capitalista que sólo busca aumentar las ganancias de los grandes grupos económicos. Tendencia que sólo será revertida con la instauración de gobiernos de trabajadores.
Reivindicamos y apoyamos el derecho de las comunidades a vetar emprendimientos contaminantes  como ocurrió en Famatina y en Esquel. Reclamamos la prohibición inmediata de fumigación con agrotóxicos en zonas rurales pobladas. Planteamos el saneamiento de los ríos y suelos contaminados bajo supervisión de organizaciones ambientales y de vecinos. Cese inmediato de los desmontes, recuperación de las áreas devastadas financiado por las empresas responsables. Impulso a las energías renovables y limpias. Evaluación independiente  del impacto ambiental de emprendimientos económicos controlado por  trabajadores, vecinos y  organizaciones ambientales.

Por una asamblea constituyente libre y soberana, por un Gobierno de los Trabajadores, por la unidad socialista de América Latina

Este programa es incompatible con el régimen del FMI, y con los gobiernos capitalistas en general. Planteamos la movilización política de las masas con una perspectiva de poder: por una asamblea constituyente libre y con poder, para debatir y tomar las medidas de emergencia para que la crisis la paguen los capitalistas. Defendemos la constituyente como un planteo transicional que implica la revocatoria de todos los poderes estatales vigentes, y abre paso a la lucha por un gobierno de los trabajadores. Contra los gobiernos pro imperialistas y frente al fracaso del nacionalismo en América Latina, planteamos la lucha por la unidad socialista de América Latina.


Fuente: https://prensaobrera.com/politicas/63557-propuesta-de-manifiesto-politico-al-fit-del-xxvi-congreso-del-po

lunes, 8 de abril de 2019

Karl Marx y el Futuro

Por Savas Michael-Matsas
El respetable periódico burgués New York Times, el 30 de abril de 2018, ha publicado un artículo de Jason Barker, un profesor de filosofía asociado, con el alegre título de: ¡Felíz cumpleaños, Karl Marx, estabas en lo cierto!

Muy pronto, el 4 de mayo de 2018, la voz de la City de Londres, el igualmente respetable y burgués Financial Times acogió una reseña de un libro del historiador económico Adam Tooze bajo el impresionante título “Por qué Karl Marx es más relevante que nunca”.
En 3 de mayo de 2018, otra voz británica del gran capital, el bien conocido jornal Economist publicó también un artículo sobre el bicentenario de Marx, esta vez muy venenoso, ignorante y de mal gusto pero no obstante con una advertencia valiosa en su título: “segundo tiempo, una farsa- 

¡Gobernantes del mundo, lean a Karl Marx! En su bicentenario el diagnostico de Marx de las fallas del capitalismo es sorprendentemente relevante “.

Una pregunta es inevitable: ¿por qué estos órganos de prensa de poderosas secciones de la clase capitalista influyentes internacionalmente publican tales artículos dedicados al peor enemigo revolucionario de la historia de la misma clase capitalista?

Se hace claro de ver para todos, y sorprendente para sus enemigos declarados y ex simpatizantes decepcionados, que el legado de Marx está aún vivo y coleando, relevante inclusive para el campo del enemigo de clase.


El mantra de su muerte, dominando en todos lados en las décadas luego del colapso de la Unión Soviética, no se puede mantener más. Marx se consideró enterrado hace largo tiempo, junto con el comunismo, la revolución, aún la misma historia. Ahora, aparentemente el “Caballero Rojo regresa”.

Ya no como un “espectro” o como múltiples “espectros”, como en el famoso, en un sentido incluso profético, libro de Jackes Derrida en 1993; Marx vuelve reivindicado en sus análisis y pronósticos (“¡Estabas en lo cierto!). Es considerado incluso “sorprendente”, “más relevante que nunca” como podemos leer en la prensa, la más hostil a sus ideas revolucionarias y de la praxis revolucionaria inspirada en su teoría.


El New York Times, el Financial Times o el extremadamente hostil Economist, obviamente no se han hecho marxistas o “marx-friendly”. La razón de la publicación de tales artículos, puede encontrarse en un pasaje en artículo mencionado arriba de NYT. Se refiere a Nouriel Roubini, el economista y financiero en boga quien se hizo famoso post festum, como uno de los muy pocos de sus colegas que estaba advirtiendo la catástrofe en camino: la erupción de la crisis capitalista mundial, después del colapso del mercado de las hipotecas sub-prime de los EEUU en 2007, la debacle de Lehman Brothers en 2008 seguida por el derrumbe financiero mundial y la Gran Recesión (o “Tercera Gran Depresión”).

incluso economistas liberales”, escribe Baker en el NYT,tales como Nouriel Roubini acuerdan que la convicción de Marx que el capitalismo tiene una tendencia inherente a destruirse a sí mismo permanece tan presciente como siempre”. Una declaración así es frecuentemente desestimada como “catastrofista” por auto-proclamados “marxistas” escépticos o ex marxistas que prueban ser más optimistas por el futuro del capitalismo que los mismos capitalistas que tienen de hecho “algo” que perder, ¡la riqueza social usurpada producida por otros!

El artículo viciosamente anti-marxista, anti-comunista   en el Economist advierte: “la reacción contra el capitalismo se alza –si más frecuente en la forma de odio populista que de solidaridad proletaria. Hasta ahora los reformistas liberales se prueban tristemente inferiores a sus predecesores en términos de tanto su comprensión de la crisis como en su habilidad para generar soluciones. Deberían usar el 200º aniversario del nacimiento de Marx para reencontrarse con el gran hombre – no solo para entender las serias fallas que el brillantemente identificó en el sistema, sino para recordarse del desastre que espera si fallan en confrontarlas.”

Este tardío, luego del evento,  reconocimiento forzado de la relevancia de Marx por sus oponentes tiene más que ver con el mismo fracaso histórico de los economistas burgueses para prever la crisis capitalista global que con real entendimiento del mismo Marx, de sus descubrimientos de las contradicciones internas del capital, de los límites inmanentes del capitalismo como un modo social de producción, llevándolo a crisis y a su condena histórica.

De la manera más espectacular, el fracaso fue demostrado en el legendario encuentro de economistas  burgueses líderes convocado por la reina Isabel como resultado de la estallido global de 2008, y donde todo el mundo permaneció en silencio, incapaz de responder a la pregunta de la reina: ¿por qué todos ellos –economistas, “think tanks”, bancos y banqueros, instituciones tales como el FMI- fracasaron completamente en ver, predecir o advertir de la catástrofe financiera global venidera?

Diez años después, más de una década después, el mundo es aún sacudido por una continua, aún sin resolver, crisis capitalista mundial, amenazando ahora, en 2018, con nuevas, más devastadoras explosiones económicas, políticas, y geopolíticas. La pregunta de la reina sigue sin respuesta. No sólo la economía burguesa no puede explicar el pasado- la falta de pronóstico de la crisis global del 2007 y la falta de entendimiento de sus causas más profundas;  a su vez no puede comprender el presente – porque la crisis sigue irresuelta a pesar de las medidas extraordinarias, heterodoxas de paquetes de estimulo gigantescos, flexibilización cuantitativa, y tasas de interés de casi cero, tomadas por los bancos centrales y gobiernos; y, por último pero no menos importante, no puede prever el futuro aunque ya aparezcan señales siniestras en el horizonte.
 
“Mientras apenas reunimos los paliativos para sobrevivir el desplome previo, no hay confianza que tengamos suficiente en la alacena para la próxima vez” dice Tom Clark contestando SI a la pregunta del Financial Times (24/4/2018) ¿Ha fracasado la economía?
Contestando NO a la misma pregunta el economista Chris Giles, no obstante comenta: “el futuro es incierto. El presente es incierto. El pasado es incierto” (op.cit.)
 
¿Minsky o Marx?

Vale la pena volver a ver una interesante presentación de Janet Yellen, ex Presidenta de la Reserva Federal de los EEUU, el 16 de abril de 2009, a la 18ª Conferencia Anual Hyman P. Minsky sobre el Estado de los EEUU y las Economías Mundiales bajo el título de Una fusión Minsky: Lecciones para Banqueros Centrales.

Ella enfatiza que el estallido representa  una más seria “ruptura sistémica”.  Desafía aproximaciones superficiales que culpan a “la complacencia por los inversores”. También rechaza como estrecho, basado en una perspectiva nacional limitada, la hipótesis del “exceso de ahorro” adelantada por su predecesor Presidente de la Fed, Ben Bernanke.  De acuerdo a este admirador de Milton Friedman, la fuente de la crisis fue “un exceso de ahorro extranjero mayormente generado en los países en desarrollo tales como China e India [que] alimentó la demanda por acciones denominadas en dólares” […] combinado con una baja tasa de ahorro personal de EEUU, grandes déficits del gobierno de EEUU, y ganancias de  alta  productividad para producir un enorme déficit de cuenta corriente”.

Yellen basa su aproximación a la “hipótesis de inestabilidad financiera” de Hyman Minsky –bastante popular luego de 2008. Pone acento en que en 2008 “la fusión Minsky es global en su naturaleza reflejando la interconectividad siempre creciente de los mercados financieros e instituciones alrededor del mundo. La recesión es la primera durante el período de posguerra en ver contracciones simultáneas en salida en Europa, Japón, y Norteamérica”.

Siempre basada en la aproximación minskyiana, Yellen, desde el primer momento, y en su discurso de 2009, apoyó todas las medidas heterodoxas tomadas, luego de la debacle de Lehman Brothers, por la Fed ( y mucho más tarde por el BCE) para restringir la caída al abismo al introducir enormes “paquetes de estimulo”, tasas de interés cercanas a cero, y esquemas relajamiento cuantitativo (QE en Inglés) que proveyeron billones de dólares de liquidez. Para Yellen todas estas eran “prescripciones de la política de Minsky”. Cita aprobatoriamente a Paul Mc Culley quien enfatiza la importancia del QE refiriéndose a este como “el camino  inverso de Minsky”, revirtiendo la producción de burbujas Ponzi y alto riego financiero (Paul Mc Culley, Salvando a la Banca Capitalista de Sí Misma, Global Central Bank Focus, PIMCO febrero de 2009).

El problema es que, diez años después, todas estas prescripciones de la política Minsky, alabadas por Yellen y todos los Minskianos, liberales o de izquierda, fracasaron. Aún peor: produjeron burbujas financieras especulativas más gigantescas que aquellas que estallaron en 2007-2008 amenazando con nuevas explosiones devastadoras.

Los debates actuales sobre una política monetaria y de incremento de tasas de interés  más “activista” o una más “prudente”  para el manejo de “burbujas” da una sensación de un deja vu desesperanzador. Los mismos argumentos fueron intercambiados infructuosamente hace diez años también, y fueron mencionados en el discurso de 2009 de Janet Yellen.

No es solamente que un agraciado e introspectivo post keynesiano –institucionalista como Minsky o sus admiradores como Yellen quienes son refutados por la realidad. Durante la década pasada, tanto las políticas opuestas al enfoque neoliberal  sobre la circulación monetaria son medidas fiscales versus los post keynesianos apoyando la combinación de intervenciones centrales fiscales y monetarias, demostrativamente fracasaron. Ambas estrategias económicas elaboradas por competentes escuelas de economía burguesas luego del crack de 1929 y la gran depresión, keynesianismo y neoliberalismo, en todos sus matices y combinaciones, probaron durante la crisis capitalista global en marcha, totalmente incapaces de tratar con ésta y con las contradicciones globales que las impulsan. Como señalamos en otra ocasión, el fracaso de la economía burguesa representa un impasse estratégico para el capitalismo, lo que hemos descripto, en un ensayo previo, como la agonía de muerte del homo economicus.

La superioridad del método de Marx es reflejada en el colapso de su opuesto, el individualismo metodológico, común en las diferentes o conflictuadas hebras de la economía política burguesa comenzando de un agente individual haciendo elecciones racionales luego de estimar riesgos y ganancias.

Para ponerlo en pocas, simples palabras: la clase capitalista se está quedando sin opciones económicas estratégicas.  Una situación tal donde las agudas contradicciones polarizadoras no pueden ser resueltas impulsa a los mandantes del sistema hacia intentos de una “solución” extra-económica, brutal, militar significa: agresión imperialista y guerra.
 
Una nueva etapa de la crisis    

Los resultados de este impasse están aquí para que todos los vean. El reverso ahora de las medidas desesperadas tomadas luego del colapso de Lehman Brothers prueba ser un remedio peor que la enfermedad. Comenzando por la reserva de EEUU y pronto seguido por el BCE,  un reverso del “camino inverso de Minsky” está sucediendo ahora, al terminar con los programas QE y elevar las tasas de interés. Pero esta vuelta en “u” evoluciona en un ambiente cambiado dramáticamente: proteccionismo en ascenso, unilateralismo Trumpiano, guerras comerciales, antagonismos internacionales agudizándose, explosiones geopolíticas incrementándose peligrosamente, guerras internacionales expandiéndose de Asia Central a Medio Oriente, el Mediterráneo y las fronteras de Europa (los Balcanes, Ucrania). En un contexto así ésta aparentemente  “reversa del reverso del camino Minsky” ya crea estragos.

La nueva etapa dramática de la crisis en Argentina y Turquía son síntomas de la crisis global en deterioro, marcada por el colapso de las monedas, sobre endeudamiento, déficits y o el giro desesperado una vez más hacia el chaleco de fuerza draconiano del FMI, acertadamente maldecido por sus víctimas.

No solo desastres económico-sociales y guerras barbáricas están en la agenda sino levantamientos populares y revoluciones también.

La marea revolucionaria de movilizaciones populares tremendas en Europa del Sur y el Norte de África en 2011-2013, desde la Puerta del Sol a la Plaza Syntagma a Tahrir al Parque Gezi, salieron del impacto del shock de la primera ola del terremoto económico global de 2008. Aunque siguió un retroceso, ligado a las agresiones imperialistas y el fomento de guerras civiles reaccionarias, como en el caso de Siria, y el Medio Oriente, estas luchas de masas de la primera etapa de la crisis mundial  representan el preludio del verdadero drama que llega en el próximo período.

Es éste último prospecto que asusta a las clases dominantes y hace que los economistas liberales, viendo también el peligro, reconozcan reluctantemente a través de la crisis mundial presente, la superioridad del análisis del capitalismo de Karl Marx. Están temerosos por el hecho que su pronóstico de la tendencia del capitalismo a su auto destrucción sea empíricamente confirmada. NO significa que tomen su método de dialéctica materialista histórica, u, obviamente, que compartan sus conclusiones revolucionarias.
 
Declive y Transición

Muchos analistas liberales, conservadores, incluso algunos de izquierda pueden ver hoy, en condiciones de crisis mundial sin resolver,  que es bastante posible un final histórico del declinante sistema capitalista plagado en crisis. Lo que impensable para ellos, incluso imposible de considerar, particularmente luego de 1989-91, no es el final de un sistema mundial, viejo, agotado históricamente sino el comienzo de uno nuevo.

Hegel, aunque en términos idealistas, pudo tomar y teorizar la contradicción, en su Filosofía del Derecho: declive histórico, decadencia de los viejo es la forma negativa de aparición de la emergencia de lo nuevo, una transición a través de las agudizaciones de las contradicciones inmanentes en la vieja formación. Sí no están las condiciones de la resolución de las contradicciones, sí una Abrogación (Aufhebung en el original, nota del Tr.) dialéctica es imposible, entonces el resultado es la ruina mutua de los polos opuestos.

Una real, Abrogación dialéctica, de acuerdo a Marx no es una reconciliación de los opuestos, una pseudo-negación de la negación Hegeliana (K. Marx, Manuscritos de 1844) sino un quiebre en continuidad- una Cesura (Cäsur  en el original, nota del Tr.) para usar el término de Hörderlin – un salto cualitativo, una transformación revolucionaria de ambos polos de la contradicción.
Ésta senda dialéctica de conocimiento es considerada como “metafísica” por el pensamiento positivista dominante, particularmente entre economistas y sociólogos. En su Crítica de la economía política burguesa, Marx mostró que su principal falla metodológica fue su incapacidad para ir más profundo que las apariencias, para distinguirlas de la esencia, las contradicciones motrices internas específicas.

En la crisis mundial post 2007, los economistas neoliberales o  post-keynesianos (incluyendo a Minsky o teóricos de la “financiarización”, liberales o de izquierda) ven principal o únicamente una crisis del sector financiero  dominante, desregulado, sobre-expandido de la economía capitalista separándola de la esfera de la producción, de la producción de valor excedente como la forma específica de expropiación de plusvalía de los productores directos por aquellos que dominan los medios y los procesos de producción.  Lógicamente las teorías de “financiarización” están ligadas o llevan a las teorías de “desaparición” del proletariado o su sustitución por una nueva clase, el “precariado” (la cual, en realidad es una parte estructural-constitutiva del proletariado, como ha demostrado en el Manuscrito de 1861-63 así como en su análisis de la sobre-población relativa en el Capital).

La fetichización de las finanzas, (el capital ficticio es considerado por Marx como el “fetiche absoluto”) separándolas, o confundiéndolas con, o sustituyéndola de la producción propiamente, oculta su dependencia mediada del proceso de acumulación del capital como un todo chocando con sus límites inmanentes; en última instancia, los economistas de hoy del mainstream, heterodoxos, o auto proclamados marxistas separan el dinero del capital de la relación de valor dominante basada en la doble naturaleza interna, abstracta y concreta, del trabajo social.
 
Declive de la forma del valor y la Vida
 
Sin una crítica de la teoría del valor trabajo de la economía política clásica, como Marx alcanzó en su obra máxima, Das Kapital, es imposible tener una concepción científica de las mediaciones entre valor, dinero, capital dinero, crédito y finanzas. Por esta razón, Marx es más actual que nunca antes como la brújula teórica y guía metodológica indispensable en la crisis de hoy, histórica, estructural y sistémica del capital globalizado.
La causa primaria de la crisis presente no es la “desregulación irresponsable de las finanzas sobre-expandidas globalmente” en todas sus exóticas ramificaciones a ser resueltas por una suerte de re-regulación Minskyana. “Die wahre  Schranke  der kapitalistischen Production ist das Kapital selbst(Das Kapital, III, ME Werke vol. 25 p. 260)- “La verdadera barrera de la producción capitalista es el mismo capital” Marx enfatiza “Es que el capital y su auto-expansión aparecen como el punto de partida, el motivo y el propósito de la producción; esa producción es sólo producción para el capital y no viceversa, los medios de producción no son simples medios para una constante expansión  del proceso vital [Lebenprozesses] de la sociedad de productores […] Los medios – desarrollo incondicional de las fuerzas productivas de la sociedad- están continuamente en conflicto con el propósito limitado, la auto-expansión del capital existente” (Capital 3, Progress in English, p. 250).

Es el declive histórico de la relación de valor misma como principio regulador de la vida socio-económica bajo el capitalismo que se manifiesta a sí mismo en el impasse financiero-económico presente con todas sus implicaciones catastróficas.
La globalización capitalista de las últimas tres décadas que llevó a la implosión de 2007 ha impulsado a sus extremos este conflicto en marcha en la relación invertida entre medio y propósito. La sobre acumulación de capital exacerbada por la liberalización y la globalización de las finanzas alcanzaron un punto crucial de incompatibilidad irreconciliable con las demandas acuciantes, ilimitadas de lo que Marx llama el proceso vivo –Lebensprozess-  de la sociedad, incluyendo la naturaleza viva.
Contra toda forma de distorsiones economicistas del pseudo-marxismo mecánico de la Segunda Internacional y el estalinismo, tenemos que comprender de nuevo que La vida es la categoría central de la teoría revolucionaria de Marx.

Está desafortunadamente olvidado o enterrado bajo el peso de los viejos texto soviéticos estalinistas
que Marx mismo definió, en Ideología Alemana, el “modo de producción”, la categoría clave del materialismo histórico, como Lebenweise, forma o modo de existencia o modalidad de vida social. Modos específicos del “metabolismo” social evolucionando históricamente (Stoffwechsel) entre el ser humano y la naturaleza.

La vida es el hilo rojo a través de la afiebrada búsqueda teórica de Marx, desde los Manuscritos de 1844 y la Ideología Alemana a los Grundrisse y Das Kapital. El omnipresente, recurrente leitmotiv es la vida, el proceso vivo, trabajo vivo (dominado por el trabajo muerto, el capital) de cuerpos vivos, la vida determinando la conciencia.
 
Crisis de Deuda como Transición

Marx ha analizado profundamente y previsto el tremendo papel del crédito tanto para una “monstruosa” [Ungeheure, en alemán. Kapital III, p. 452], expansión de la escala de la producción [capitalista] y de las empresas” (p. 436 en la edición en inglés), así como a la explosión de las crisis: “el crédito acelera las violentas erupciones de ésta contradicción –crisis- y de allí los elementos de desintegración del viejo modo de producción” (op.cit. p. 441).

Aquí se puede ver claramente la naturaleza de la actual crisis mundial. No solo una crisis de sobre-producción de capital como salida  de ésta sino “elementos de desintegración del viejo modo de producción” – y, aún más importantes momentos de transición más allá del viejo mundo capitalista en desintegración hacía un nuevo modo de producción: Las dos características inmanentes en sistema de crédito son, de un lado desarrollar el incentivo de la producción capitalista, el enriquecimiento a través de la explotación del trabajo ajeno, a la más pura y colosal forma de juego y estafa y reducir más y más el número de los pocos que explotan la riqueza social; del otro, constituir la forma de transición a un nuevo modo de producción” (op.cit.).

Todos, no solo los economistas profesionales, pueden ver el mundo de hoy tomando la forma de un colosal casino de timba y estafa financiera;  todos pueden ver, también, la siempre creciente monstruosa inequidad, cuando, en 2017, de acuerdo a Oxfam, el 82 por ciento de la riqueza generada el año pasado fue a una oligarquía parásita del 1por ciento del mundo más rico. Lo que no se puede ver es la transición más allá de este infierno, a un nuevo mundo, realmente humano, es decir  comunismo mundial, una nueva comunidad sin explotación, opresión, humillación de seres humanos por seres humanos. El mito falaz tardío de Tatcher TINA (sigla en inglés para There Is No Alternative, nota del tr.),  no hay alternativa, desafortunadamente aún domina, a pesar de la bancarrota irreversible del neoliberalismo tatcherista en 2007. La importancia actual, la mayor contribución de Marx hoy es precisamente proveer un método guía para comprender las fuerzas impulsoras de nuestra época de transición en el momento histórico presente de los más grandes peligros para la humanidad.
 
Presente Pasado Futuro

Los representantes del viejo mundo moribundo repiten hasta la nausea la afirmación del ya arriba mencionado analista del británico FT: “El futuro es incierto. El presente es incierto. El pasado es incierto”. Sólidamente basados en el legado de Marx aquellos luchando por un nuevo mundo liberado pueden proclamar lo opuesto.

El presente de una crisis sistémica de todos lados y todas las formas de conflicto social, es el presente a ser comprendido en la teoría y peleado en práctica revolucionaria como una viva, no predeterminada, ni lineal historia de la lucha social. “la Historia” advirtió Marx en La Sagrada Familia “no es, como fue, una persona aparte, usando al hombre como medio para alcanzar sus propios objetivos; la historia no es más que la actividad del hombre persiguiendo sus objetivos”. Y la meta objetiva de los oprimidos y explotados sigue siendo la emancipación humana universal –el final de todas las formas de alienación, lo que quiere decir comunismo mundial.
El pasado no es una carga de decepciones y derrotas a ser olvidadas. La amnesia no es una virtud.

Marx es crucial para entender las distorsiones de su propia teoría hecha por epígonos y burócratas,  usándola tanto para la colaboración de clase y para acomodamiento reformista al capitalismo o como una ideología de Estado de auto-justificación estalinista burocrática. Sin Marx, no podemos descubrir las preciosas lecciones del pasado revolucionario con todas sus demandas inconclusas aún vivas. No podemos salvar la “Tradición de los Oprimidos”, como la llamo Walter Benjamin, el legado de todas las victorias épicas y derrotas trágicas de la revolución socialista mundial que siguieron a su comienzo en Octubre de 1917 en Rusia.

El legado y el método de Marx, el nuevo horizonte que el expresó teóricamente y abrió a la vista y acto para la humanidad, es crucial no solo para comprender el pasado como un depositario de lecciones sino como una guía al presente por un salto al futuro –incluyendo pelear contra la confusión y la pérdida de orientación histórica luego de 1991.

A través de Marx, es posible comprender que pasó realmente en la Unión Soviética, por qué pasó, por qué está quiebra en la continuidad de la historia mundial inició una transición, que fue bloqueada llevando a desastres y luego a la desintegración, el deceso de la URSS.

De hecho dos líneas incompatibles estuvieron en conflicto ya desde los años 20 del siglo pasado, como Stalin mismo admitió: la teoría de la revolución permanente de Trotsky y la teoría del “socialismo en un solo país”. La última era la opuesta de lo que Marx insistió a través de su vida y lucha. La teoría marxiana post 1848 de la revolución permanente que Trotsky  desarrollo más tarde luego de 1905, bajo las condiciones de una nueva época, es esencialmente una teoría materialista dialéctica de una transición histórica mundial más allá de la sociedad de clase por medio de la revolución socialista mundial –una transición inaugurada en 1917. La “teoría” (¿?) bujarinista-estalinista de “socialismo” completado “en un solo país” es la negación burocrática de esa transición mundial – y de cualquier transición. Es la ideología de la parálisis burocrática y un dogma de la inmovilidad.

La restauración capitalista en el espacio post-soviético, luego del trágico caos bajo Yeltsin, entró en conflicto y, particularmente ahora, colisiona con la explosión de las contradicciones globalizadas del mundo capitalista en decadencia y su impulso de guerra imperialista. ¡No hay salida, no hay futuro bajo el capitalismo senil, moribundo!    

Marx no era un adivino o un astrologo; el odia, como el dijo, preparar recetas para las cocinas del futuro. Pero esta afirmación fue un ataque polémico contra el utopianismo abstracto, como explicó Ernst Bloch, no un rechazo de una Utopía concreta, tomándose a sí misma en la tierra y en el universo. El comunismo, no como una suma total de nacionalizaciones manejadas burocráticamente bajo un Estado-Leviathan, sino como la superación del trabajo alienado, de las clases y de la forma estatal, el fin de la vida alienada, es la demanda, expectativa y sueño más profundo de liberación de todos los procesos de la vida.

Lenin, tal vez el más realista de todos los revolucionarios bolcheviques, citando, en  el ¿Qué Hacer? el poema de Nekrásov, insistió: Necesitamos soñar. Soñar el futuro, pensar el futuro, actuar por el futuro. Karl Marx, primero y principal, pertenece al futuro.
15 de Mayo de 2018




viernes, 5 de abril de 2019

Fate: un triunfo de la organización obrera

4 de abril de 2019 | #1543

El rechazo abierto del Sutna al preventivo de crisis fue una clave del proceso. 

Foto Bernardo Ojo Obrero Fotografía
Una multitudinaria asamblea general de fábrica votó favorablemente el acta que surgió de la última audiencia en la Secretaría de Trabajo. En la misma se sostiene que la patronal se abstendrá por el lapso de los próximos tres meses, de llevar adelante el plan de despidos masivos y flexibilidad laboral inicial, con el cual sostenía el pedido del recurso preventivo de crisis. El acta, al mismo tiempo, abre un curso de discusiones entre la patronal y los trabajadores sobre el actual esquema productivo, ya por fuera de cualquier condicionamiento que podría implicar el recurso de crisis presentado por Madanes. El acta fue arrancada luego de doce horas de audiencia, donde la avenida Callao (donde se encuentra el ex Ministerio de Trabajo) estuvo colmada por una movilización de miles de compañeros del Sutna con presencia del Polo Obrero, junto a decenas de delegaciones sindicales de la Coordinadora Sindical Clasista-PO y el Plenario Sindical Combativo.

El rechazo abierto por parte del Sutna y la primera asamblea general al recurso colocado por la patronal de Fate fue una clave de todo el proceso. Esta maniobra legal inventada por el menemismo para que la burocracia sindical entregara las conquistas de la clase obrera frente a la crisis capitalista quedó en el empantanamiento frente al rechazo del gremio. Esta oposición obrera colocó el problema de un conflicto generalizado, donde los trabajadores fueron organizando sus fuerzas, preparando las mejores condiciones colectivas para ese posible desenlace.

La lucha política librada por la dirección de la seccional y el gremio nacional demostró que la parte correspondiente al “costo” que representan los trabajadores era ínfima respecto del costo patronal y del Estado. Partiendo de la base de los datos que la propia patronal había puesto sobre la mesa, todos los trabajadores contaron con los datos para sacar sus conclusiones sobre este punto. Los trabajadores se organizaron masivamente para luchar en contra de ser quienes paguen el costo de la crisis del Estado capitalista y las patronales. Al mismo tiempo, la sucesión de actividades, asambleas, movilizaciones y todo tipo de iniciativas rindieron sus frutos. El festival masivo realizado en las puertas de Fate mostró también la enorme solidaridad de todos los vecinos con los trabajadores. En conclusión, el gobierno y la patronal tuvieron que desistir de avanzar sobre los trabajadores frente a las consecuencias de un conflicto que podía canalizar la bronca de miles de trabajadores que están siendo atacados en la zona norte y en todo el país.

Inmediatamente después de la aprobación del acta, la patronal de Fate montó una provocación, cambiando el método de trabajo, sin pre-establecer la cantidad de unidades e intentando violentar los estándares en los sectores de materiales de toda la planta. Inmediatamente, los trabajadores comenzaron un paro en los sectores, señalando que la patronal debía cumplir con el acta firmada en la Secretaría de Trabajo. Alejandro Crespo, secretario general del gremio, señaló en la última asamblea general que este triunfo no constituía el final de la lucha en defensa de los intereses y conquistas de los trabajadores, sino un enorme paso en el fortalecimiento de los trabajadores, que enfrentarán nuevas luchas. El salto en la organización de los trabajadores se expresa también en la conformación de la comisión de mujeres y familiares de la seccional de San Fernando, que jugó un papel de principal importancia en el desarrollo de esta lucha. La defensa de esta organización es un punto decisivo para el desenvolvimiento de un reagrupamiento de fuerzas contra la patronal y el Estado.

Que la crisis la paguen los capitalistas


Las patronales se toparon con la decisión de los trabajadores de frenar centenares de despidos y una agudización de la flexibilidad y la explotación en la planta. Los compañeros de Fate impidieron que los trabajadores sean arrastrados por la crisis de la clase capitalista y su gobierno de turno. La finalización de esta etapa de lucha coloca la necesidad para todos los activistas y luchadores del movimiento obrero de organizarse para pelear por la recuperación de las comisiones internas, seccionales y sindicatos en todo el país. En cada lucha que afrontan las direcciones clasistas y antiburocráticas se pone en juego esta perspectiva. La lucha por una nueva dirección en los sindicatos y la lucha por una salida de los trabajadores a la crisis se encuentran en el orden del día. Impulsemos en todo el país el reagrupamiento de fuerzas del clasismo y todos los trabajadores que estén dispuestos a organizarse, para terminar con la burocracia sindical de todos los pelajes y abrir el camino de la intervención independiente de la clase obrera en esta crisis.

jueves, 4 de abril de 2019

Rubén Schofrin, ¡hasta el socialismo, siempre!

Rubén Schofrin, ¡hasta el socialismo, siempre!

Despedida a un gran luchador
En la madrugada del jueves 28 falleció Rubén Schofrin, constructor del Partido Obrero y de la Naranja de Prensa, secretario adjunto del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y delegado gremial en Editorial Perfil.

Rubén se integró muy joven a las filas de la Unión de Juventudes por el Socialismo y a Política Obrera, en los tempranos setenta. Fue el dirigente de un importante núcleo de militantes en la Facultad de Medicina. Durante la dictadura de Videla y Massera, continuó militando en la juventud y en el comité Capital.

Un tipo excepcional

Durante buena parte de la década del '80 y parte de los '90 impulsó el desarrollo del Partido Obrero en las barriadas de la Ciudad de Buenos Aires. Fue el responsable de la actividad en Villa Oculta, en donde estructuró una fuerza militante al calor de las luchas por la vivienda y en defensa de las demandas sociales que eran ignoradas por los punteros peronistas del lugar.

Luego fue el responsable del local de Barracas, donde impulsó la formación de una camada de activistas socialistas en la Villa 21-24, base sobre la cual se desarrolló el partido allí.

En la segunda mitad de los '90, ya desempeñándose como diagramador, Rubén se integró a la Naranja de Prensa, empeñada en una batalla para expulsar a la burocracia sindical que se había enquistado en la Unión de Trabajadores de Prensa (UTPBA) y reconstruir el gremio.

Trabajaba en el área de arte de Editorial Perfil. El asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas fue un revulsivo que sacudió a los trabajadores de la empresa. La indignación crecía por el uso repulsivo que hacía la patronal de Perfil del crimen de Cabezas, mientras mantenía en paupérrimas condiciones laborales a sus empleados. Este sería el primero de los muchos enfrentamientos que Rubén mantendría con la empresa, al punto que ésta lo llevó, años después, a un juicio penal.

La organización de los trabajadores, la elección de delegados y la formación de una comisión gremial interna fueron las consecuencias de ese proceso.

A partir de ese momento -fines de los '90-, Rubén fue un protagonista de todos los intentos de los trabajadores de prensa por organizarse para enfrentar los ataques patronales y, al mismo tiempo, sacarse de encima el lastre que significaba la burocracia peronista-radical-centroizquierdista que dirigía la UTPBA.

Veinte años después, los trabajadores de prensa que pasaron por Perfil y sus actuales compañeros recordaban a Rubén como un luchador firme, decidido, siempre dispuesto a pelear por los derechos de los trabajadores de prensa, siempre claro y con un optimismo a prueba de todo. Recordaban las luchas que dieron juntos, contra el vaciamiento de la editorial, contra el ataque al estatuto y al convenio de prensa, por las mejoras salariales, contra los cierres y despidos. En sus mensajes, algunos lo llamaban maestro, otros lo describían como un tipo excepcional.

Rubén fue un referente para todo el activismo de prensa que se generó tras el Argentinazo y la posterior reconstrucción de la burguesía de la mano del kirchnerismo. Animó cuanto plenario autoconvocado de delegados se realizara siempre con la perspectiva de darle una nueva dirección al gremio de prensa. Incansable en la lucha, tenía la mente curtida como para comprender qué paso dar según la situación concreta. Su perseverancia también alcanzaba para la formulación de consignas y propuestas, como esa que decía que “la UTPBA firmó la peor paritaria de la Vía Láctea”.

Durante los gobiernos kirchneristas sostuvo -junto con La Naranja- fuertes debates con el sector del gremio que se referenciaba en las distintas corrientes sindicales que tributaban al nacionalismo burgués. La lucha apuntaba a fortalecer una posición de independencia de clase de los trabajadores de prensa, poniéndole límites a la cooptación estatal y patronal (desde Telefónica hasta Szpolski y Cristóbal López), que buscaba hacer de los trabajadores de prensa la carne de cañón de su lucha contra el monopolio Clarín.

El Sipreba

De su cabeza, durante un plenario de delegados de prensa escrita, surgió la idea de hacer un plebiscito entre los trabajadores de prensa para saber si querían organizarse en un nuevo sindicato. La elección fue aplastante: más de 2.000 compañeros y compañeras votaron por el Sí y menos de un centenar por el No. Ese fue el empujón final para la formación del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba).

Entre lucha y lucha se hacía de tiempo para ir a la cancha a ver al Atlanta de sus amores. Seguía las campañas del Bohemio y podía recitar a los equipos que mantuvieron al club de Villa Crespo en el Nacional B en la segunda mitad de los años '90.

Amante de los Rolling Stones, fue a ver a la gran banda de rock casi todas las veces que ésta pisó Buenos Aires. Mantenía debates con sus compañeros que decían que los Stones eran pasado: para él, ésa era la música de su presente, alegre, con ritmo, una piedra rodante nunca junta musgo.

Rubén fue electo secretario adjunto del Sipreba, en la primera elección del sindicato, en 2016
. En ese entonces ya tenía abierta una causa penal por una denuncia de Editorial Perfil, que lo acusaba a él y al resto de los integrantes de la Comisión Interna de obstruir la libertad de expresión. En realidad, era la apuesta de la empresa para eliminar de raíz al activismo que, encabezado por sus delegados, enfrentó todos los ajustes que intentó implementar.

El juicio se saldó con una victoria de los luchadores de Perfil, lo que dio lugar a una recuperación de la actividad gremial en la empresa.

La CSC

Su experiencia en el desarrollo del clasismo a través de La Naranja de Prensa fue muy valiosa a la hora de construir la Coordinadora Sindical Clasista, el agrupamiento de los sindicatos, seccionales, listas y activistas que defienden al clasismo en los sindicatos como herramienta de construcción del partido obrero revolucionario.

Rubén ocupó funciones relevantes en el Partido Obrero. Fue electo reiteradas veces como congresal y formó parte, en distintas oportunidades, de la dirección de la Capital Federal.

Los últimos tres meses luchó denodadamente, como a lo largo de sus últimos 50 años. Sólo cambió de oponente.

¡Rubén, hasta el socialismo siempre!

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera