A poco de que el clasismo haya conquistado la dirección del sindicato
del neumático, han comenzado las discusiones con las patronales en el
Ministerio de Trabajo. Las asambleas generales en los principales
establecimientos fabriles se pronunciaron masivamente por la propuesta
de la nueva dirección de exigir un aumento de del 45%. También, en cada
fábrica, se añadieron al reclamo salarial reivindicaciones centrales
relacionadas al convenio colectivo.
Las patronales, a lo largo de los años, han agudizado la explotación
obrera alrededor de los premios, los estándares de producción y la
división del trabajo en forma “celular”. Estos premios forman un
porcentaje desmesurado del salario conformado en el neumático. En el
caso de Firestone, se aplica un criterio de productividad (eficiencia),
por el cual la patronal realiza descuentos del salario básico cuando los
trabajdores no alcanzan los niveles de producción requeridos.
Las diferencias salariales entre las principales fábricas del neumático
es otro elemento que deberá ser abordado por la nueva dirección del
gremio. El último acuerdo de Wasiejko con las patronales dejó a Pirelli
relegada salarialmente respecto del resto de las plantas. Antes, los
francos trabajados se pagaban al 200%; hoy, se pagan como horas
normales.
La primera cuestión pasa por conquistar un importante aumento en el
salario básico. Esto permitirá reducir el impacto de los diferentes
premios sobre el salario de bolsillo. En las primeras reuniones, las
patronales rechazaron incluir cualquier punto de convenio en la
negociación, al tiempo que no dieron respuesta al aumento exigido por el
sindicato y las asambleas. La nueva dirección del Sutna rechazó la
extorsión y exigió que se den respuesta a los reclamos. En la última
reunión, las patronales respondieron con una propuesta de aumento del 32
% en dos cuotas.
El Sutna, junto con los paritarios electos en asamblea, rechazaron la
propuesta, ratificando el reclamo original. Las patronales argumentan
una caída de la producción por el retroceso de la exportación a Brasil, y
también por el ingreso de cubiertas del exterior en el mercado
nacional. Imperial Cord, de Gualeguaychú, ha señalado públicamente que
en la medida que continúe el ingreso de cubiertas al país, tiene en sus
planes “achicar los costos de producción”. La amenaza de la importación
es una extorsión de las patronales a la clase obrera del neumático:
busca colocar a los trabajadores argentinos en competencia con los de
otros países, para empujarlos a renunciar a conquistas salariales y
laborales. Los que invocan el “costo laboral” argentino, sin embargo,
nada dicen del “costo empresarial”, inflado entre otras cosas por los
tarifazos, los suberbeneficios monopólicos y la especulación financiera,
que las propias patronales industriales usufructúan. Incluso la
importación de cubiertas es manejada por las mismas empresas, que
sustituyeron la producción de sus plantas locales importando productos
de sus filiales del exterior. Está planteado defender cada uno de los
puestos de trabajo y rechazar la extorsión patronal, que intenta ajustar
a los trabajadores como respuesta a la crisis capitalista. Esta lucha
estará indisolublemente ligada al reclamo por el salario y las
condiciones de trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario