
1° De Mayo- Día de los trabajadores y las trabajadoras
¡Vamos al Luna Park!
Concentramos este domingo 1 de mayo
13:30 horas en Bouchard y Lavalle
¡Por más distribución de la riqueza!
Habla Hugo Yasky
Los burgueses en lucha contra los trabajadores para incrementar la renta del capital , basta de precarización laboral - No a la tercerización , Prohibición de despidos y suspensiones " Socialismo o Barbarie "
Un terrorífico cuento de hadas.
La historia era digna de un cuento infantil, pero nadie intentó comprobarla ni le preguntó nada. El 13 de mayo de 1976, Ernestina Herrera de Noble se presentó en el Juzgado de Menores Nº 1 de San Isidro y dijo que unos días antes, más precisamente el 2 de mayo, había tenido la sorpresa de encontrar en la puerta de su casa, en Laprida 2789 de esa localidad, una caja de cartón donde había una niña. Como testigos de lo que relataba, la directora de Clarín presentó a Yolanda Echagüe de Aragón, una presunta vecina, y a Roberto García, supuesto jardinero de una casa vecina. También dijo que quería adoptar a la niña. Para la jueza de familia Ofelia Hejt fue suficiente e inició los trámites correspondientes.
En esos trámites andaba Ernestina Herrera de Noble cuando el 7 de julio de ese mismo año visitó nuevamente el Juzgado y se encontró con otra sorpresa. Un rato antes de su llegada, se había presentado una señora con un bebé en brazos. Ante la jueza Hejt, la mujer se identificó como Carmen Luisa Delta y dijo que era madre de un varoncito nacido el 17 de abril y que quería entregarlo en adopción. Mientras estaba en una oficina, esperando que la jueza la recibiera, la directora de Clarín se cruzó con un secretario del Juzgado que le contó la triste historia. Conmovida, apenas estuvo frente a frente con la jueza, la señora de Noble pidió la guarda del niño. Ofelia Hejt –una jueza que entró a la magistratura de la mano de la dictadura y se fue junto con ella– se la concedió ese mismo día.
Poco después –en un plazo récord para un país como la Argentina, donde los trámites de ese tipo suelen ser tan lentos cuanto farragosos–, Ernestina Herrera de Noble pudo adoptar a los dos niños, a quienes inscribió como Marcela y Felipe Noble Herrera, otorgándoles el apellido de su marido a pesar de que éste había fallecido más de siete años antes, en enero de 1969. Tenía millonarias razones para hacerlo así. Las irregularidades cometidas en esas adopciones, como se verá más adelante, son groseras.
Durante años fue un secreto a voces –aunque sin repercusión en los medios de comunicación– que los hijos adoptados de esa manera por Ernestina Herrera de Noble en los primeros meses de la última dictadura podían ser hijos de desaparecidos, entregados por los jerarcas militares a la directora de Clarín en el marco de la red de complicidades –que también incluyó la apropiación de Papel Prensa– establecida entre los dueños del “gran diario argentino” y los genocidas con uniforme.
Las primeras denuncias, apenas recuperada la democracia, hicieron que las Abuelas comenzaran a investigar el tema. En 1993, ante la cantidad de denuncias y con fuertes indicios, pidieron una reunión con Ernestina Herrera de Noble. “Ella no las recibió jamás, pero sí lo hizo Héctor Magnetto, que al principio creyó que iban a pedirle una contribución. Cuando supo cuál era el asunto se molestó bastante y respondió que la señora de Noble no podía tener hijos de subversivos”, recuerda Alcira Ríos. En una segunda reunión, el CEO de Clarín intentó extraerles información. Les dijo que él sabía que los chicos adoptados por Ernestina no eran hijos de desaparecidos y que les revelaría sus orígenes si, a cambio, le informaban quiénes eran los autores de las denuncias. El diálogo se cortó.
Kelly por López Foresi (o viceversa).
No era la primera vez que Magnetto intentaba frenar el tema. Sabía que era su punto –política, judicial y éticamente– más vulnerable y tenía experiencia en defenderlo sin reparar en las armas. Desde hacía años.
El jueves 2 de mayo de 1991 en la quinta de Olivos el presidente Carlos Saúl Menem y el secretario general de la Presidencia, Eduardo Bauzá, recibieron a la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, y al CEO del Grupo, Héctor Magnetto, para compartir un almuerzo en el que ambas partes tenían algo importante que negociar.
El riojano estaba molesto. Se quejaba de una “campaña de desprestigio” del diario, centrada en denuncias de corrupción en el gobierno, pero más que nada le molestaban las encendidas críticas (fundamentalmente contra los indultos y la decisión de enviar tropas argentinas al Golfo Pérsico) que la periodista Liliana López Foresi le venía haciendo desde Revista 13, su programa en Canal 13, la tele emisora que desde el año anterior estaba en manos del Grupo Clarín. Menem quería que terminaran.
Del otro lado de la mesa, la viuda de Noble y su acompañante tampoco las tenían todas consigo. Los preocupaba un anuncio que Guillermo Patricio Kelly –ex miembro de la Alianza Libertadora Nacionalista, pseudoperiodista, operador a favor del mejor postor, pero también receptor de buena información– repetía sistemáticamente en Sin Concesiones, su programa de Canal 7. “Voy a contarles de dónde vienen los hijos de las ‘señoras nobles’”, venía diciendo. Un periodista del diario con fluidos contactos con el entorno más íntimo del presidente les había aportado, además, un dato: que las amenazas de Kelly eran una operación de Menem para forzar una negociación sobre la manera en que lo trataban algunos medios y periodistas del Grupo.
En otras palabras, era cuestión de entenderse.
A los postres, la viuda, madre adoptiva y directora fue al grano:
–Que se calle Kelly –le dijo a Menem.
El presidente sonrió e hizo una pausa antes de contestar:
–Que se calle Liliana.
Ese mismo día, apenas unas horas después, el radical César Jaroslavsky, casualmente invitado a Revista 13, le dijo fuera del aire a López Foresi: “Ese almuerzo te va a costar la cabeza”.
Guillermo Patricio Kelly no volvió a hablar de los hijos de la viuda de Noble en Canal 7. Liliana López Foresi fue restringida a la lectura de noticias (sin opinar sobre ellas) en la medianoche. Ocho meses después la dejaron sin aire en el 13.
El monopolio a la defensiva.
Mientras en Abuelas seguían investigando, otra denuncia llevó, por primera vez, el caso a la Justicia. En 1995, Ana Elisa Feldman de Jaján acusó a Ernestina Herrera de Noble por apropiación de menores. El sorteo judicial puso la causa en manos del juez Roberto Marquevich. Junto con su denuncia, Jaján aportó las actas de nacimiento con que se habrían iniciado los trámites de adopción. “En verdad, las pruebas que habían aportado los Jaján eran tan contundentes como para que se abriera, por primera vez, una pesquisa a fondo. Se trataba de las actas de nacimiento con las que se habían iniciado los expedientes de adopción de Marcela y Felipe que, a simple vista, contenían una cantidad de irregularidades tal que llamarían la atención de cualquier iniciado en el derecho”, dice Pablo Llonto, ex periodista de Clarín y abogado querellante en representación de dos familias de desaparecidos. Sin embargo, el juez Marquevich la rechazó por poco consistente.
A esa altura, la preocupación de Magnetto y Ernestina Herrera de Noble iba en aumento. No sólo por la posibilidad de que se abriera una nueva causa judicial, ahora con más elementos, sino también por el impacto que causaría en la imagen de Clarín la difusión de la historia – por entonces desconocida– del misterioso origen de los hijos adoptivos de la directora.
En abril de 1998 –cuando uno de los temas recurrentes entre los periodistas argentinos era la inminente salida del diario Perfil–, el director de una consultora especializada en la capacitación de ejecutivos de empresas para el contacto con el periodismo en situaciones críticas recibió una sorprendente llamada del gerente de Comunicaciones Externas de Clarín, Ramiro Costa.
–Necesito que prepares un curso para algunos directivos del Grupo –dijo el hombre después de los saludos de rigor.
–No entiendo. Ustedes son gente de medios, tienen medios propios –fue la respuesta del estupefacto consultor.
–No es para nuestros periodistas… mejor hablemos personalmente.
Días después el consultor participó de una reunión en el cuarto piso del edificio del diario, en la calle Tacuarí. Además de Costa lo esperaban su segundo, Martín Etchevers, y el gerente de noticias de Canal 13 y TN, Carlos De Elía. Después de explicar las características generales del curso, que incluía un training intensivo para enfrentar airosamente el asalto de los movileros, preguntas poco cómodas en conferencias de prensa, y duras entrevistas radiales y televisivas, el consultor agregó:
–Lo mejor es preparar un caso definido, así el entrenamiento se hace sobre una crisis posible para la empresa. Algo que pueda pasarles.
–De acuerdo. En unos días te contestamos –le respondió Costa.
Una semana más tarde, un periodista que solía colaborar con la consultora fue convocado a una breve reunión con el directivo de Clarín en el cuarto piso del edificio de la calle Tacuarí.
–Todavía no decidimos si vamos a tomar el curso –dijo el hombre del Grupo–, pero me gustaría que avanzáramos en la preparación del caso.
–¿De qué se trata? –preguntó el periodista, que por entonces trabajaba en el diario Crónica.
–Como primer paso tendrías que escribir una nota de tapa al estilo de Noticias, de esas bien fuertes, con toda la información que puedas encontrar. Una nota de tapa contra Clarín.
–Sí, pero dame un tema concreto… –insistió el periodista.
La respuesta lo dejó helado:
–Tenés que escribir sobre los hijos de la señora de Noble.
El periodista nunca escribió la nota en cuestión.
La elección de Noticias (de una “nota al estilo de Noticias”) no era caprichosa. El anuncio de la salida del diario Perfil había tensado al máximo las relaciones entre Clarín y la empresa periodística de la familia Fontevecchia, tradicionalmente dedicada a la publicación de revistas y que nunca antes había incursionado en el mercado con un diario. Por esos mismos días, el CEO de Clarín, Héctor Magnetto, había mantenido una reunión tan dura cuanto reservada con Jorge Fontevecchia en un hotel céntrico de Buenos Aires.
–Vengo a aconsejarle que no se meta en el mercado de los diarios –disparó el hombre de Clarín.
–Me tengo que meter en el mercado de los diarios porque ustedes se metieron en el de las revistas –le contestó el director de Perfil, refiriéndose a la remozada edición de Viva, la revista dominical que se vendía con el diario Clarín.
El diálogo era una virtual declaración de guerra y los estrategas de Clarín sabían muy bien cuál era el punto más débil de las defensas de su propio Grupo, aquel que Editorial Perfil podía llegar a atacar para causarles el peor daño: el origen de Felipe y Marcela.
La guerra fue corta. El diario Perfil, aparecido el 9 de mayo de 1998, duró menos de tres meses en la calle. La historia más temida por Magnetto no fue publicada en las páginas del efímero diario rival. Hoy, Fontevecchia es un aliado incondicional de Magnetto en su enfrentamiento con el Gobierno Nacional.
Ahora sí, las Abuelas.
Cuando, finalmente, el 30 de abril de 2001, la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo presentó su denuncia en el Juzgado Federal N°1 de San Isidro, el abogado de Ernestina Herrera de Noble, Eduardo Padilla Fox, fue a ver de qué se trataba. “Seguramente creía que se trataba de otra acusación de la señora de Jaján, pero allí le comunicaron que era una denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo, y entonces comenzó a preocuparse –recuerda Alcira Ríos–. Me vino a ver para decirme que el caso sería un escándalo y que ‘la Señora’ no podía ser culpable. Yo le respondí: ‘Es muy sencillo. Que los chicos se hagan el análisis correspondiente en el Banco Nacional de Datos Genéticos, y si se comprueba que no son hijos de padres desaparecidos la denuncia se cae, porque para nosotras no tiene ningún tipo de sustento’. Pero él me respondió con evasivas”.
Padilla Fox tenía razones para preocuparse. La denuncia de Abuelas era mucho más consistente que la de Jaján y, en casos similares –como el de Victoria Montenegro, apropiada por el coronel Herman Tetzlaff–, al juez Roberto Marquevich no le había temblado el pulso para firmar la orden judicial de toma compulsiva de muestras de ADN para que fueran comparadas en la Banco Nacional de Datos Genéticos
Marquevich trabajó rápido y con eficacia. En poco tiempo comprobó que las adopciones de Felipe y Marcela Noble Herrera estaban plagadas de irregularidades. Su enumeración es elocuente:
1) Ernestina Herrera de Noble declaró que dos personas habían visto que una beba (Marcela) había sido dejada en la puerta de su casa el 2 de mayo de 1976, pero esas dos personas la desmintieron.
2) También dijo que una de esas personas (Yolanda Echagüe de Aragón) era su vecina cuando en realidad no vivía en esa localidad, y que la otra (Roberto García) era el “cuidador de una finca vecina”, pero se comprobó que era su chofer personal.
3) La persona que se identificó como Carmen Luisa Delta y que supuestamente concurrió al Tribunal de Menores con la intención de “entregar a su hijo (Felipe) en adopción”, brindó un nombre y un número de documento (correspondiente a una persona de sexo masculino) que no eran los suyos. Además, nadie intentó corroborar que efectivamente fuera la madre de la criatura.
4) La viuda de Noble dijo que vivía en San Isidro, dando un domicilio distinto al que efectivamente tenía, en Avenida del Libertador 3752, en la Capital Federal. Esta cuestión invalida la competencia del tribunal que intervino en el trámite de adopción.
5) Se omitió el sistema de turnos para que la guarda del niño (Felipe) quedara radicada en el mismo tribunal que la de la niña (Marcela).
6) Se inscribió a ambos niños con el mismo apellido (Noble Herrera), de acuerdo con una legislación (los artículos 45 del Decreto Ley 8.204 y 76 de la Ley 5.725) que había sido derogada desde siete años antes.
Con esas pruebas en la mano, el 17 de diciembre de 2002, el juez Marquevich ordenó la detención de Ernestina Herrera de Noble por los delitos de “falsificación de documentos públicos, inserción de datos falsos y uso de documento público falso”, durante los trámites de adopción de sus dos hijos. La directora del Grupo Clarín pasó tres días detenida en la División de Delitos Complejos de la Policía Federal, en Cavia 1350, en Palermo, y luego beneficiada con la detención domiciliaria. Con llamativa celeridad, quince días después la Sala II de la Cámara Federal de San Martín ordenó su excarcelación, pero ya nada sería igual: el caso había tomado estado público.
( No debemos olvidar que el senador Eduardo Duhalde a cargo provisionalmente de la presidencia de la nación por elección del congreso de acuerdo con la ley de acefalía al no haber un presidente legitimamente electo para asumir , decía que el senador Duhalde , autor intelectual de los asesinatos de Maxi y Dario , defensor de los genocidas que estaban sueltos y un hombre siemper al servicio del grupo Clarin , salió rapidamente ante la detencion de Ernestina , a defender a su verdadera jefa y dijo que era una barbaridad la detención de la supuesta apropiadora de menores Erbestina y realmente acusada gravísimos crímenes como la sustracción de identodad , delito que contnua en plena ejecución mientras no se pueda determinar la identidad de esas personas )
La directora de Clarín se vio obligada a dar explicaciones a la opinión pública. El 12 de enero de 2003, en una carta abierta publicada en Clarín, se refirió al origen de Marcela y Felipe: “… muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal”, escribió. Fue su primera y única declaración pública sobre el tema en casi tres décadas de democracia.
Clarín contraataca.
Marquevich pagó cara la audacia de poner en evidencia a la dueña del monopolio mediático más grande de la Argentina. El Consejo de la Magistratura lo suspendió el 11 de diciembre de 2003 y dos años después fue procesado por el delito de “haber obrado en forma ilegítima” cuando detuvo a la viuda de Noble. “Fue una presión del Grupo Clarín sobre el Consejo de la Magistratura. El encargado de visitar a varios consejeros fue (el director de Relaciones Institucionales de Clarín), Jorge Rendo. De esta manera, la causa pasó a manos de otro juez que dilató las cosas”, dijo a Miradas al Sur Pablo Llonto.
Alcira Ríos sabía desde mucho antes que Clarín venía operando para desplazar a Marquevich. Poco después de la detención de Ernestina Herrera de Noble, recibió una insólita propuesta del abogado de la directora de Clarín.
–Doctora, ayúdenos a sacar a Marquevich de la causa, que si se la sacan se la van a dar al juez del Juzgado 2, el doctor Bergesio, que es un muy buen juez, nosotros ya hablamos con él y es muy serio –la encaró Padilla Fox.
–De ninguna manera, doctor.
–¿Por qué? Si es muy buen juez.
–Para nada, porque actuó en el Camarón.
Dicen quienes lo conocen, que Conrado Bergesio no suele exhibir entre sus credenciales su paso por el tristemente célebre Camarón, el fuero antisubversivo creado por la dictadura de Lanusse en mayo de 1971, también conocido como “ la cámara del terror”.
Los interesados en poner a Bergesio a cargo de la causa Noble tenían en sus archivos (los archivos de los grandes diarios argentinos suelen ser muy completos) otro dato que lo pintaba como el hombre ideal para ocuparse de un caso de apropiación indebida de hijos de desaparecidos. En 1998, el antiguo empleado del Camarón había pedido el juicio político de su colega Roberto Marquevich por no haberle concedido la prisión domiciliaria al genocida Jorge Rafael Videla, procesado por el robo de bebés. Marquevich había sostenido que el beneficio previsto para las personas mayores de 70 años sólo puede ser aplicado a los condenados y no a los procesados, como era Videla. Entonces Bergesio buscó un pelo en la sopa y mostró un caso similar en el que Marquevich, a su juicio, había dictaminado de manera opuesta al concederle arresto domiciliario a una señora llamada María del Carmen Eduartes. En el pedido de juicio político, Bergesio no dijo que el caso de la señora Eduartes tenía una diferencia abismal con el de Videla: la mujer era cuadripléjica, no iba a fugarse a ningún lado, ni tampoco podía actuar para encubrir su propio delito.
Con la causa que investigaba la filiación de los chicos adoptados irregularmente por Ernestina Herrera de Noble en sus manos, Bergesio hizo lo que Clarín esperaba de él: la puso a dormir. Durante casi siete años no avanzó siquiera un paso.
Recién el 30 de diciembre de 2009, obligado por la Sala II de la Cámara Federal de San Martín, convocó a Marcela y Felipe Herrera Noble para que se les extrajera sangre en el Cuerpo Médico Forense. Pero era una jugada con trampa.
Los jóvenes se presentaron voluntariamente, ya que se trataba de una medida conveniente a la estrategia de los abogados del Grupo Clarín: facilitar muestras de ADN para que fueran comparadas –fuera del Banco Nacional de Datos Genéticos– con las de las familias Gualdero-García y Miranda-Lanoscou, apenas dos de los más de veinte grupos de familiares de desaparecidos entre los que podrían encontrarse sus familias biológicas. Como la defensa de la viuda de Noble tiene la certeza de que ni Felipe ni Marcela tienen relaciones de filiación con ninguna de esas dos familias, la jugada apuntaba a que, una vez establecida la inexistencia del vínculo, Bergesio ordenara destruir las muestras y cerrara la causa.
Los rápidos reflejos de las Abuelas de Plaza de Mayo –que, igual que la fiscal Rita Molina, se opusieron a la medida y anunciaron que pedirían el juicio político del magistrado– impidieron que la maniobra se consumara. Puesto entre la espada y la pared por los querellantes y por el texto de la Ley de Recolección de ADN, al día siguiente Bergesio pegó un volantazo en la causa y allanó los domicilios de Marcela y de Felipe Noble Herrera e incautó cepillos y ropa. Meses después esas muestras debieron desecharse por ser poco confiables.
Chicanas judiciales hasta el fin.
Estas últimas medidas no le sirvieron a Bergesio para evitar que la Cámara Federal de San Martín lo apartara de la causa, que en febrero del año pasado quedó en manos de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Una de las primeras medidas que tomó la nueva magistrada fue enviar copia del expediente al Consejo de la Magistratura para que éste evaluara si el juez debe ser sometido a juicio político por su accionar en el caso. Miradas al Sur intentó entrevistar a Bergesio para este informe. Su respuesta fue casi castrense: “Negativo”, dijo antes de cortar.
Privado de su mejor aliado en la causa, La directora de Clarín y Magnetto se sintieron contra las cuerdas. En mayo de 2010, Arroyo Salgado apartó de la causa a dos de los seis abogados de la defensa de Ernestina Herrera de Noble y los denunció penalmente por prevaricato, un delito que tiene penas de uno a seis años de inhabilitación. Durante toda su actuación en la causa, Bergesio no se había dado cuenta de que Jorge Anzorreguy –hermano del jefe de la Side menemista– y Horacio Silva, defendían al mismo tiempo a la imputada, Ernestina, y a sus hijos adoptivos, que a los efectos de la causa son posibles víctimas. Los letrados venían haciendo presentaciones idénticas para una y otros, lo cual generaba un conflicto de intereses. “Ambas asistencias técnicas –señaló Arroyo Salgado– han efectuado presentaciones en forma concomitante con idéntico objeto y alcances, que sólo se distinguen por la identidad de los signatarios”. El ex camarista Gabriel Cavallo asumió entonces la defensa de la viuda de Noble.
Ese mismo mes, la jueza ordenó la toma compulsiva de muestras de ADN de Felipe y Marcela, mediante un allanamiento. Avisados por integrantes del mismo grupo de policías que iba a realizar el procedimiento, los dos jóvenes contaminaron sus ropas y enseres personales, por lo que los perfiles, al ser analizados en el Banco nacional de Datos Genéticos, resultaron inservibles.
Desde entonces y hasta ahora, los abogados de la viuda y de los dos jóvenes, han apelado todas y cada una de las medidas de la jueza tendientes a establecer la identidad de Felipe y Marcela. El circuito para cada medida es el mismo: la resolución de la jueza es apelada ante la Cámara, la de la Cámara ante Casación y la de Casación ante la Corte. De esta manera, las demoras se multiplican y la causa se estira constantemente. “Esto va a seguir así hasta que alguien les diga que no, porque hasta ahora, cada vez que apelan, se les eleva la apelación. Así se hace interminable, que es lo que ellos buscan”, dijo Pablo Llonto a Miradas al Sur.
La apuesta del Grupo Clarín es llegar a las elecciones de octubre sin que la causa avance. Apuestan – igual que con la investigación sobre la apropiación de Papel Prensa y la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual –a que un cambio de gobierno les vuelva a dar poder de presión para cerrarla o cajonearla definitivamente. Es una apuesta tan desesperada como de improbable concreción. Mientras tanto, las chicanas judiciales se le van agotando. Al final del camino está la verdad. Una verdad que, más allá del dolor que pueda causarles, liberará a Felipe y Marcela del peso de un origen desconocido. Y a Ernestina Herrera de Noble la llevará a donde debe estar.
Fuente : Miradas al Sur
Ciudad de Buenos Aires, 28 de abril de 2011
El Hospital Borda, una institución psiquiátrica sostenida por el pago de nuestros impuestos al Gobierno de la Ciudad, atraviesa una situación desgarradora. Sus casi 1.000 pacientes internados no tienen agua ni comida caliente desde hace 8 días, por falta de gas.
M24Digital estuvo en contacto con la Licenciada Marcela Diodati, quien explicó que “desde hace 1 semana y un día, el miércoles, no hay gas”. “Es raro, porque el Borda es un lugar grande, dividido en pabellones y a veces (la luz o el gas) se corta en uno, pero ahora es en todos”.
“Vinieron de Metrogas y nos dijeron que no recibieron órdenes de nadie y que trabajan solo en la calle, pero esto no es una casa. Encima, el único gasista que tiene el Borda no le dejan hacer nada porque dicen que no está matriculado”.
Esto representa un problema ya que “no hay agua ni comida caliente. Acá la gente no se baña, el olor es indescriptible. Además, sin agua caliente no hay prevención, no se pueden desinfectar algunos utensilios y esto es un hospital”.
Diodati denunció que desde el Gobierno porteño “quieren cerrar” la institución, y por eso cada vez hay menos personal. “Hay 25, 30 pacientes por médico”, señaló.
Pero lo peor está en la inversión. La licenciada explicó: “Acá no hay risperidona, que es un antipsicótico. Para que te hagas una idea, es como si a un diabético le sacases la insulina. (Los pacientes) tienen ataques y es peligroso para su seguridad”.
“La verdad es que estamos llevando las cosas nosotros, los servicios (cuartos) los pintamos nosotros y algunas mesas las armamos los profesionales”, agregó.
Diodati no quiso meterse en polémicas políticas. “Esto es una cuestión de Derechos Humanos. No estoy ni a favor de (Mauricio) Macri ni con Cristina (Fernández de Kirchner)”.
Sin embargo, no pudo evitar comentar: “Esta gestión de Macri es lo peor que yo vi. No voy a comparar con la dictadura (cuando comenzó a ejercer), pero… desde (el gobierno de Raúl) Alfonsín es lo peor. Ves pacientes y pacientes, y un solo médico”.
Asimismo, respondiendo la pregunta de si el corte de gas pudo haber sido causado a propósito, dijo: “Da lo mismo si el problema es de infraestructura o si lo cortaron. Pero que suministren garrafas”.
Finalmente, criticó que a pesar de que se encuentre vigente una Ley de Emergencia Hospitalaria (LEH, aprobada el año pasado por la Gripe H1N1) no se terminen los concursos y no se pague a los médicos.
“Nosotros enviamos todo (lo requerido), pero, a pesar de que la LEH esté en efecto, no sabemos donde quedó. No cobramos, y yo voy por cariño la verdad”, concluyó.
Fuente : M24 digital
El próximo 30 de abril, sábado y otoño de vientos y amarillos en el sur, las Madres de Plaza de Mayo cumplirán 34 años de lucha. El pañuelo blanco, emblema de libertad reconocido en el mundo entero, supera en cantidad de años la edad promedio de los hijos de las Madres al momento de desaparecer.
Algunas Madres han pasado los 90 en su reloj biológico, y sin embargo siguen en la pelea como si fuera la primera vez. O la última. Asisten a ella con sorpresa y asombro. Humildes y sabias. Siempre. Ninguna baja de los 70, y no obstante ello, muy frecuentemente descubren un nuevo misterio en su pueblo, que las maravilla.
Es raro, pero son sus familiares más íntimos, largamente más jóvenes que ellas, desde nietos a sobrinos, quienes se preocupan por sus horarios. Las Madres saben a qué hora salen de su hogar para ir a la militancia, pero desconocen cuándo regresarán. Quizás la toma sorpresiva de la Catedral, resuelta de improviso en la reunión de la mañana, o la entrega de una carta a Vargas Llosa, las demoren por demás. O las intimen a pasar la noche fuera de casa, en cuyo caso todo se trastoca: los que no pegan un ojo son sus sobrinos o nietos, y ellas las adolescentes. Traviesas, las Madres no avisan a nadie si la condición para el éxito de una acción determinada es guardar secreto y actuar por sorpresa. Muchas veces las vi almorzar en la cocina de su sede, con hambre y como sin ganas, esperando el momento de la reunión política posterior al postre; parecen quinceañeras haciendo tiempo para ir a bailar.
Cuando en febrero de 1998 la banda irlandesa U2 vino por primera vez a tocar a Buenos Aires, el cuarteto visitó a las Madres en su Casa. Tras el encuentro, el cantante Bono se declaró profundamente conmovido por una frase que le había dicho Hebe de Bonafini: “Somos Madres paridas por nuestros hijos.” A mí me impacta esta otra: “Antes que poner preso a un milico, las Madres preferimos ver a un niño sonreír.” Para lo otro están los abogados.
¿Por qué una organización política, no partidaria, que ya lleva 34 años en el ruedo no se burocratiza nunca? ¿Qué hace que la Asociación Madres de Plaza de Mayo se conserve ilusionada, aguerrida, firme, como el primer día? ¿Por qué las mujeres que la componen se mantienen conscientes respecto de sus responsabilidades en la lucha, y ninguna coyuntura política las confunde de esta certeza ni las aparta un ápice de su camino? ¿Cómo forjaron ese modo-Madres de hacer política? ¿Acaso en las reuniones semanales de cada martes, en las que debaten con rigor de físicas y ardor de revolucionarias desde la receta de los fomentos hasta la marcha del mundo? Ellas, que no tienen experiencia militante previa y se iniciaron en la lucha siendo mujeres maduras, cortazarianamente, ¿de dónde sacan para saber que los pergaminos obtenidos tras sus combates no las hacen acreedoras de ningún privilegio sobre el resto, sino todo lo contrario?Si alguien quiere comprender el por qué intransigente y conmovedor de las Madres, que indague a fondo dos de sus proposiciones esenciales: “El otro soy yo” y “Para nosotras no queremos nada”. Su monumental lucha se sostiene sobre no muchos conceptos, aunque cardinales para la cultura posdictatorial. El cimiento fundamental: la socialización de la maternidad. Su condición de “Madres de todos los desaparecidos” y no del suyo o suya individual, circunstancia sine qua non del capitalismo.
Quienes no acuerdan con ellas las invalidan apelando a su supuesta “irracionalidad”. Los más buenos dicen que están doloridas; y los otros, que sólo “odian”. Qué raros ciertos discursos de la democracia argentina, que insisten en no dar cuenta acabadamente de las Madres y su aporte definitorio al acervo popular, acaso demostrando en su envés que no les perdonan un gesto que, al tiempo que las distingue de modo peculiar en toda la historia de Occidente, invalida a sus críticos: haber ocupado en absoluta soledad la Plaza de Mayo, quizá en el momento más “inoportuno” y cruel de nuestra historia social.
Su penúltima aventura, sin embargo, es muy otra: su desembarco en los barrios más olvidados del país, las villas miserias, al comando de la Misión Sueños Compartidos. La primera edificación que iniciaron fue Ciudad Oculta, en 2006; la última todavía no empezó. Cuando plantaron el primer poste entre el barro de la villa de Mataderos, Hebe dio un discurso en el que pidió perdón a sus habitantes por no haber ido antes a construir junto a ellos sus viviendas.
Es que las Madres son así. Su miel es dulce y cáustica. De allí su carácter y convicción revolucionarios, su firmeza toda suave. Muchos dicen que el dolor está invicto, que fracasa la ilusión, pero el sufrimiento jamás. “Son los ilusos del dolor”, como dijo Juan Gelman. Pero esos muchos que piensan poco, inventores de teorías gordas y aportes finitos, se equivocan. La única imbatible es la esperanza, si no cómo se explica el fenómeno de estas mujeres.
A esa plaza que les dio el nombre, el primer cobijo, ellas le devolvieron un país. Rasparon su piedra con palitos y descubrieron una comarca debajo. La Patria renació bajo las tejas del piso de la Plaza. Las Madres la alumbraron. Pasaron 34 años y ahora el país, nuestro país, ya está aprendiendo a caminar. Pide cada vez menos upa. El babero se enchastra todavía cuando come, pero embucha solo. Agarra con fuerza la cuchara. Hunde el pan en la sopa y chupa. Está grande ya en su terrible adolecer. Pía con fruición de primavera. Son las Madres. Y sin embargo, su humildad es tan orgullosa y compañera que reconocen, no en su mérito, sino en la orden del presidente Kirchner al jefe militar de que descuelgue los cuadros de los genocidas, el resurgimiento de ese país.
Sin ademanes de ocasión ni los histeriqueos característicos en ciertas prácticas militantes, las Madres enseñan día a día que luchar no es cuestión de quién tiene la bandera más ancha. Que las discusiones se ganan con el cuerpo. Que cabeza y corazón no disputan nada entre sí, sino contra cabeza y corazón del enemigo, que es de clase. Que la entrega a la causa demanda mucho más que un cuarto de hora de efusión contestadora. He ahí, quizás, su aporte decisivo a la causa de los pueblos y la libertad: se lucha como se vive, todos los minutos de todas las horas de cada día.
¿Adónde se cruzan la poesía y la Revolución? Si eso ocurriera alguna vez, ¿en qué última e íntima esquina, misterio o palabra, se daría el encuentro? ¿En un pájaro? ¿En vientos que pasan volando por acá? ¿En sueños, tardes, tormentas? ¿En el rojo profundo que hace el sol cuando se esconde atrás del día? ¿En una mujer?
En una mujer. Definitivamente, allí hicieron su casa la poesía y la Revolución. Ambas hicieron fuego para que no se apaguen nunca las rabias, las rebeldías que soplan desde el fondo o patio de los siglos. Al final de una mujer, Revolución se limpia con poesía las mugres del día que pasó.
La alegría, siempre; el dolor, sí, pero la tristeza, jamás. Ahí van las que nunca cotizaron en plata o sosiego la vida de sus hijos. Las Madres de Plaza de Mayo sí que están invictas. Las más jóvenes de entre todas las púberes, ellas, nuestras queridas viejas. ¿A cuál derrota le exigirán ahora una revancha, a cuál muerte otra oportunidad?
Fuente : Tiempo Argentino
Video y fotos : Monica Hasenberg ( Fotógrafa )
Hoy, a seis meses de la ausencia física de Néstor Kirchner, a su vez se cumplen 10 mil días ininterrumpidos de vigencia del Estado de Derecho. Esta interesante coincidencia da una instancia propicia para reflexionar sobre dos momentos importantes en las cronologías recordatorias de la memoria argentina. Porque si tenemos presente el momento crítico en el que asumió Néstor, cumpliendo seis meses de mandato de un presidente inepto, que huyó en helicóptero, y por la entrega de otro interino, que tuvo que adelantar el traspaso tras las muertes de Kosteki y Santillán, podemos ver el legado de su paso por la Rosada.
Durante estos 10 mil días, la política de Derechos Humanos tuvo avances y retrocesos. En este largo derrotero de la democracia argentina, la gestión de Néstor Kirchner logró reencauzar a un país de su peor crisis histórica y recuperar la política por sobre la economía, como forma de construcción de su futuro. Del Nunca más, que pretendía cerrar con el olvido una etapa, se pasó al Nunca menos, que a partir de la Memoria, Verdad y Justicia pretende avanzar en el fortalecimiento de la democracia. Ahora, más que nunca, la ciudadanía argentina puede decir “Siempre más” y continuar constantemente siguiendo sus utopías.
NUNCA MÁS.
Con muchas ilusiones, el 10 de diciembre de 1983 se recuperaba la vigencia de las instituciones republicanas. Sin embargo, poco a poco, el fervor de esa primavera alfonsinista se fue eclipsando por un crudo invierno de intentos de olvido.
Los mismos decretos 157 y 158, que además de igualar acciones civiles de resistencia con el terrorismo de Estado, instalando la teoría de los dos demonios, centraban la acusación en las conducciones. Tras el informe de la CONADEP (Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas) y un juicio inédito, se arribó a una simbólica condena a la Junta Militar, que nos unía en el Nunca más, pero que algunos pretendían que fuese un Nada más.
Y esto quedó claro, tras los alzamientos carapintadas, con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Además, el retroceso se profundizaría con los indultos otorgados por Carlos Menem. Y como corolario del intento de olvido, se impidió la extradición de los terroristas de Estado por un decreto de Fernando de la Rúa, que para eso no dudó.
Y la primavera volvió, paradójicamente en el otoño de 2004, cuando un presidente ordenó descolgar el cuadro de los genocidas y pidió perdón en nombre del Estado. Con la plena vigencia de los Derechos Humanos, se recomenzó la búsqueda de la verdad. Así, demostró que los sueños no se fusilan, simplemente porque renacen.
En tanto que desde su asunción, Néstor Kirchner sostuvo la plena vigencia irrestricta de los Derechos Humanos como fundamento del Estado de Derecho Democrático, así se fueron derogando uno a uno los grilletes contra la libertad. Con la anulación de las leyes del perdón y olvido, se pasó a una política de Memoria, Verdad y Justicia, donde el Poder Ejecutivo asumió el rol de querellante y aportó a la labor de organizaciones de Derechos Humanos y a víctimas del terrorismo de Estado, para que se avance en los juicios que se están desarrollando en el país, de los cuales se están teniendo condenas ejemplares.
Igualmente, cabe no menospreciar la política de Derechos Humanos de Raúl Alfonsín, que a pesar de estar condicionada, dejó un punto de partida diferente a otros países latinoamericanos, como Brasil o Uruguay, que hoy tienen que superar decretos de autoamnistía o leyes de perdón.
SIEMPRE MÁS.
Y como la democracia no se reduce a un juego institucional e implica un marco integral para la ciudadanía, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner avanzó en aspectos que profundizan el ejercicio de derechos y avanzan hacia una Argentina que integre a todos y todas.
Desde la Asignación Universal por Hijo, que promueve la inclusión social; pasando por la Ley de Medios Audiovisuales, que impulsa la libertad y circulación de ideas; hasta el matrimonio igualitario, que sienta bases de plena igualdad; la democracia argentina avanza Siempre Más.
En ese sentido, un eje nodal en la democratización de la cultura es el Plan Conectar Igualdad, que generará accesibilidad al conocimiento a millones de jóvenes. Y en ese plano, así como el Club de Cultura Socialista, inspirado por José Aricó y Juan Carlos Portantiero, promovía la formación de sujetos democráticos, el espacio de Carta Abierta está dando una batalla cultural.
Porque el liberalismo quiso marcar una línea de pensamiento único, excluyendo otras visiones, incluso algunos académicos sostienen que el “populismo”, como despectivamente llaman a estas expresiones, no tiene intelectuales. Contrario a esto, se está avanzando en la recuperación de miradas como las de Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche o Abelardo Ramos. Incluso, se debería reflexionar sobre Mariano Moreno o Silvio Frondizi, que desde el liberalismo dan un viraje que aporta a la radicalización de la democracia.
Y este es el verdadero debate que quiso generar Horacio González en la Feria del Libro. Su humilde carta dejó al remanente del neoliberalismo latinoamericano en una charla de café con referentes impresentables de la oposición y una exposición de bajo perfil. Incluso Mario Vargas Llosa no pudo escapar al movimiento de aikido que le hizo Hebe de Bonafini, que le pidió que firme por la libertad de expresión. Lástima que el Premio Nobel se lo dieron a él, o incluso a Barack Obama, y no a luchadoras reales de la Paz, algo para reflexionar. La Ciencia Política deja paso a la Política.
Fuente :Tiempo Argentino
La derecha argentina tuvo diez años para repensar su lugar. Con la caída en desgracia del menemismo y la huida en helicóptero de Fernando de la Rúa, los principales estudios de abogados, el episcopado, las centrales empresariales, las universidades privadas y los medios de comunicación privados quedaron como actores excluyentes del pensamiento conservador y las recetas mercantilistas. Los partidos políticos de esos espacios quedaron relegados al segundo plano.
La improvisación de lo que en otros tiempos se autodenominó clase dirigente es tal que tuvo de candidato en Salta a un empresario sojero que se pasó la campaña contando chistes machistas y que le agradeció a Mauricio Macri por “su apoyo espiritual”, para marcar sus distancias con el jefe del PRO. El que sí tiene oficio de humorista es el candidato de Macri en Santa Fe: Miguel del Sel ya advirtió que si no gana el 24 de julio habrá Midachi para rato. Por las dudas, Raúl Fernández, su manager, lo despega del discurso de la política. Días pasados, Fernández decía a los periodistas: “Miguel ya es político, aprendió a mentir.” La banalidad, la procacidad y el desdén por la cosa pública parecen ser el único patrimonio que tiene buena parte de los referentes del PRO. Salvo, claro está, el machacón discurso de la inseguridad pronunciado por el mismo Macri y que se da contra la pared por la completa incompetencia de la Policía Metropolitana.
La derecha que se llama a sí misma liberal recibió a Mario Vargas Llosa como al héroe antipopulista que se merecía un Sheraton a toda orquesta pero, vale la pena subrayarlo, sin representantes orgánicos de las derechas latinoamericanas. Ni siquiera de Perú, su país natal. Y lo mal que le hubiera resultado estar acompañado por derechistas peruanos, dado que fue precisamente en Buenos Aires donde el Premio Nobel de Literatura hizo pública su decisión de apoyar en la segunda vuelta a Ollanta Humala, quien se enfrentará con Keiko Fujimori el próximo 5 de junio. Vargas no había perdido oportunidad de denostar a una y a otro. Ahora no es preciso imaginar que, como todo indica, el visitante ilustre de la Feria del Libro de Buenos Aires va a festejar el triunfo de Humala, a quien el día anterior de las elecciones definió como “el (Hugo) Chávez con lenguaje abrasileñado, ¡la catástrofe!”
REVALORIZAR LA POLÍTICA.
Se enfatiza, especialmente en clima electoral, sobre la imagen de tal o cual candidato. En ese sentido, ya es un lugar común afirmar que Cristina Kirchner tiene una intención de voto suficiente para ganar las elecciones presidenciales. De lo que no hay un debate es sobre la política como espacio de representación de intereses y voluntades. El discurso simplista y funcionalista está centrado en la imagen de personas como algo despegado de una práctica política colectiva. Los analistas destacan el rol central de Cristina: algunos para confirmar sus cualidades y otros para sembrar miedo con la continuidad del modelo. Pero, ¿acaso los ciudadanos son consumidores pasivos que van a la góndola a elegir una marca o un envase? Si hay algo –tan fascinante en el estudio como eficaz en la práctica– es entender el entramado colectivo que da lugar a los fenómenos de representación. Si hay algo –tan fascinante en el estudio como eficaz en la práctica– es entender el liderazgo como un vínculo que permite asociar el lugar de la toma de decisiones con el de la agrupación social para hacer valer intereses, especialmente los intereses y la voluntad de los nadies.
Ambas cosas son atributos imprescindibles a la hora de pensar la acción política. Los intereses como territorio de lo objetivo, de lo mensurable, y la voluntad como el suelo de lo subjetivo, de la memoria y los deseos.
EL RELATO OSCURO.
Los grandes medios encontraron una nueva bestia negra. Ya no sólo están demonizados los Hugos (Chávez y Moyano) sino que ahora se suman los militantes de La Cámpora. El centro son una cantidad de universitarios recibidos en la UBA y que antes fueron al Colegio Nacional de Buenos Aires. El economista Axel Kicillof fue pintado así por Luis Ceriotto, en el suplemento de Economía de Clarín: “Tiene 39 años y aparenta diez menos, en buena medida porque esquiva a las corbatas como a la peste. Doctor en Economía, es profesor por concurso de Macroeconomía y Política Económica, Microeconomía e Historia del Pensamiento Económico de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.” Tras aclarar que “desembarcó” en Aerolíneas Argentinas hace dos años, “ahora, el Gobierno propone a Kicillof como el reemplazante de Aldo Ferrer como director en representación del Estado dentro de Siderar.” Es sorprendente lo que sigue: “El nombre de Ferrer fue hace dos años una prenda de unidad entre Techint y el Gobierno.” Esto no debe escandalizar a nadie: cualquiera sabe que un accionista pone un director que defienda sus propios intereses y no uno que surja del “consenso” con el accionista mayoritario. Pero, desde ya, Clarín defiende los intereses de Techint, y Ceriotto escribe para ambos.
Otro ejemplo. Esta vez la pintura del multimillonario Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical, empeñado en frenar el tratamiento de la ley que regula la medicina prepaga. El título de la nota de Diego Cabot es “La medicina prepaga en la Argentina es barata”, y la crónica empieza así: “Habla como un tipo de barrio, con malas palabras incluidas, y tiene la pinta de un yuppie moderno, con un despacho descomunal y tres pantallas donde sigue los mercados del mundo. Dice: ‘El tipo que me putea porque le aumento la cuota se gasta 150 mangos por cabeza en un morfi’.”
LA POLÍTICA.
En estos siete años, de libertad plena, cambió el país y también el nivel de protagonismo colectivo. Los partidos, los sindicatos, los movimientos sociales, las asociaciones profesionales y empresariales ocuparon el lugar central de la escena. La pregunta es si los radicales de Ernesto Sanz, los "peronistas" de Eduardo Duhalde o los conservadores de Mauricio Macri creen que pueden hacer política a la sombra de algunas pocas empresas privadas. En ese caso, deben pensar que los lectores de Clarín y La Nación no razonan ni sienten. Porque defender a Techint en un caso en que el tema de fondo es no repartir las ganancias entre los accionistas no tiene mucha lógica. Y pensar que la clase media que paga por la medicina prepaga es necia sería subestimar a los sectores sociales que esos diarios deberían defender.
Pero no, esos medios dicen que “la oposición” está en contra del avasallamiento del gobierno a Techint, y que “la oposición” va a presentar modificaciones a la “polémica” ley de control de las prepagas. “La oposición” debería entender que la subjetividad de quienes serían sus potenciales votantes va para atrás. Una parte importante de la sociedad no peronista ni kirchnerista se siente representada por este proyecto. Sus intereses son comprendidos. Y se sienten, al menos, escuchados. Este discurso –expresado por Cristina Kirchner y por muchísimos otros– es inclusivo. No sólo a través de las políticas universales sino por la puesta en práctica del diálogo con sectores medios y empresarios que no encuentran un espacio de participación y representación en quienes sólo juegan a armar una fórmula de último momento.
EL TIEMPO CORRE.
Hermes Binner ya avaló, de modo bastante explícito, una alianza con Ricardo Alfonsín y que incluya a Francisco De Narváez. Margarita Stolbitzer se distanció de Alfonsín, precisamente, porque no considera que se pueda pensar en Fernando Solanas y Víctor De Genaro como socios de un frente electoral y sin solución de continuidad para cerrar un acuerdo con De Narváez. No se trata sólo de improvisación. Es mucho más grave: un hombre joven, casi recién lanzado a la política como Alfonsín, está dispuesto a dilapidar un pequeño capital político al poner en evidencia la falta de coherencia en la búsqueda de socios. Pero algo similar puede pasar con Solanas ( para mi un traidor hijo de puta que lamentablemente viene de la izquierda argentina a mostrar su peor rostro siendo funcional a los ectores conservadores ) , quien está deshojando margaritas (¿le quedará de candidata presidencial Stolbitzer?) para ver si se candidatea en la Nación o la Ciudad de Buenos Aires. Tal como si se tratara de buscar un traje a medida para él y no como representante de un entramado colectivo. El tiempo corre y quizá muchos seguidores de Cristina Kirchner se entusiasman porque se debilitan los competidores. Salgamos un momento de la política. En un torneo no alcanza con tener un buen equipo. Para brillar hace falta un campeonato que haga historia. Además de reglas claras se necesitan adversarios con temple y pasión. Sería muy bueno para esta etapa de la Argentina que esta campaña electoral no se destiña por la falta de rivalidades. No es una cuestión del good show sino de lograr que se amplíe la mesa de convocados por la política.
No creo que eso sea posible con ninguno de los dirigentes que se agruparon bajo el llamado por Patricia Bullrich grupo A , siendo Bullrich dipuatda de la Coalición Cínica y habiendo sido la ministra de trabajo mas hija de puta de los últimos 30 años , la que rebajo junto a Cavallo el 13% las jubilaciones y pensiones en 2001 .
Como puede ser diputada nacional una hija de puta como ella ? Y si ella puede ser diputada porque no candidatea Magnetto ante la falta de un candidato presentable de la derecha argentina no le ofrece la candidatura a Domingo Cavallo o al propio Fernando De la Rua que son de la misma calaña que Bullrich?
Jorge Altamira, ex candidato a Presidente y referente del FIT. Declaraciones exclusivas a LN1 ...