The people united will never be defeated - ¡Proletarios del mundo, uníos!

viernes, 30 de noviembre de 2018

La “contracumbre” al G20 y la “batalla cultural” de García Linera

29 de noviembre de 2018 | #1530



El balance de Linera no explica los verdaderos motivos de la debacle de los gobiernos nacionalistas de América Latina

De visita en Argentina para participar en el Foro Mundial de Pensamiento Crítico de Clacso, Alvaro García Linera brindó un reportaje a “Página/12” en el que reflexiona sobre el retroceso de los gobiernos nacionalistas en la región.
El vice de Evo Morales se refiere a estos como “la izquierda” -a contrapelo de otra partícipe del mismo Foro, CFK, que atenta a los reagrupamientos electorales 2019, afirmó que “izquierda” y “derecha” son términos demodé- y traza así su balance: “La izquierda llega al gobierno con un discurso movilizador agrupando a los agraviados, planteando una reivindicación, pero cuando, fruto de sus acciones, hay una parte que asciende socialmente, el discurso del desagravio ya no funciona (…) la otra cuestión clave es que las políticas de movilidad social de los sectores populares tienen que tener una sostenibilidad en el tiempo porque, cuando no lo son, los sectores sociales que ascendieron fácilmente pueden adoptar el punto de vista de los sectores más conservadores que, desde un inicio, se opusieron a estas políticas de movilidad social”.

Acá, Linera confiesa una verdad y, al mismo tiempo, cae en una mistificación. Cuando señala que la “movilidad” no fue sostenible, reconoce que la mejora estadística de los indicadores socioeconómicos de las experiencias nacionalistas constituyó un artificio, fundado principalmente en el asistencialismo. En el caso de los sectores con estabilidad laboral, esa “mejora” se basó en el endeudamiento. Linera oculta esto, y luego presenta a los ‘progresismos’ locales como víctimas de sus propios méritos -cuando mejoraron las condiciones de vida de las masas, el pueblo se volcó hacia sus verdugos. Esta tesis obvia las condiciones concretas del ascenso de la derecha, que tuvo lugar cuando los gobiernos de Dilma Rousseff, CFK, Correa y compañía ya habían tomado en sus manos la descarga de la crisis capitalista sobre la población trabajadora: CFK terminó su mandato con un 30% de pobreza, mientras el PT se había lanzado a una brutal asonada contra la educación, la salud y los programas de vivienda (entre otras) y el ecuatoriano hacía una poda sustanciosa del “gasto social”. Dilma, como parte de su gabinete ajustador, puso a Michel Temer en la vicepresidencia, que luego encabezó el golpe contra ella. CFK candidateó como sucesor (y con poco entusiasmo) a una versión añeja de Macri para la vicepresidencia, Daniel Scioli. Incluso cuando eran parte de ellos, los Macri-Temer pudieron explotar los escándalos de corrupción con la patria contratista, que a la sazón revelan la falsedad del mentado “desarrollo de la matriz productiva” por parte de los nac&pop. El que sí triunfó fue el Scioli ecuatoriano, Lenin Moreno, cuya anunciada política antipopular ha obligado a Correa a pedir disculpas por promocionarlo.

García Linera colige de este éxito fracasado -valga el oxímoron- que “éste es un corto invierno para las fuerzas progresistas” y que es necesario “ganar la batalla cultural”. Con ello, está planteando un gran ejercicio de mistificación y engaño político sobre las masas, postulando al nacionalismo como variante progresista al hundimiento de los neoliberales. Lo cierto es que, si los K y otros volvieran al poder, serían ellos los administradores de la agresión a las masas. Es lo que le están explicando CFK y Kicillof en estas horas, a los empresarios y banqueros que quieran escucharlos. Lejos de preparar su regreso sobre la base de una “batalla” (cultural o de otro tipo) contra la reacción y el capital financiero, el kirchnerismo afirma que respetará los acuerdos con el FMI y teje alianzas con el PJ, mientras el lulismo ha limitado su enfrentamiento al ascenso del fascista Bolsonaro a presentar -otra vez sopa- un Scioli menos conocido, Fernando Haddad.

El politólogo y director argentino de “Le Monde Diplomatique”, José Natanson, saludó el llamado a batallar culturalmente de García Linera y señaló que “se está tratando de articular un movimiento antiliberal en la región, tiene algo de déjà vu “, trazando un paralelo entre el encuentro de Clacso y el Foro de San Pablo de 1990. El detalle es que entre uno y otro, claro, fueron los progresistas los que tomaron en sus manos el gobierno capitalista, concluyendo con un rotundo fracaso.

Para enfrentar a la derecha necesitamos una “articulación” independiente, de la clase trabajadora del continente, que abra un rumbo de verdadera transformación social.
Prensa Obrera N° 1530, disponible en la web y en PDF: debido a las imposibilidades logísticas que provoca la reunión del G20 en Buenos Aires, este número de Prensa Obrera no será impreso. 
Podés descargar el PDF con su diseño habitual aquí
Para recibir todos los jueves el PDF de la versión impresa, suscribite a PrensaObrera.com 
Con tu suscripción a PrensaObrera.com también tenés incluida la versión de los jueves en papel retirando por nuestros locales.


Fuente: https://prensaobrera.com/politicas/45287-la-contracumbre-al-g20-y-la-batalla-cultural-de-garcia-linera-1

jueves, 29 de noviembre de 2018

[Editorial] Un gobierno quebrado, un G20 fracturado

[Editorial] Un gobierno quebrado, un G20 fracturado29 de noviembre de 2018 | #1530

Los negociadores y redactores de los países del G20 prevén una “breve” declaración final, que disimule los antagonismos económicos, políticos y militares

Cuando a Mauricio Macri le encomendaron la organización de la cumbre de presidentes del G20, imaginaba, con seguridad, un escenario muy diferente al actual. Tanto para el G20 como para su propio gobierno.

Si Macri guardaba alguna esperanza de que la reunión de Buenos Aires redujera en alguna medida las disidencias entre sus miembros, los últimos acontecimientos han borrado esta posibilidad. La reunión de Buenos Aires tendrá como telón de fondo la acentuación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Como “aperitivo” para la cumbre de estos días, Trump anunció la suba de aranceles a productos de China que hoy representan 200.000 millones de dólares de importaciones desde ese país. La reunión viene precedida también por el acuerdo entre la premier británica Theresa May y la Unión Europea respecto de los términos del “Brexit”, cuyo debate en el parlamento de aquel país ya ha colocado en la picota a su gobierno. 
 
Finalmente, y a horas de la “cumbre” de Buenos Aires, ha estallado un grave conflicto entre Ucrania y Rusia por el apresamiento de tres naves de aquel país. Esta crisis podría conducir a que naufrague la reunión bilateral prevista entre Trump y Putin en Buenos Aires. Mientras tanto, los negociadores y redactores de los países del G20 prevén una “breve” declaración final, que disimule los antagonismos económicos, políticos y militares. Del lado del “proteccionista” Trump, su partida de Estados Unidos hacia Argentina ha sido acompañada por el anuncio de cierre de varias plantas de General Motors en aquel país. Significativamente, los directivos de GM le achacan la crisis... al proteccionismo oficial. Es que las represalias internacionales le han cerrado mercados a este pulpo, al tiempo que se han encarecido sus importaciones. Estos anuncios, junto a la evidencia de un desinfle bursátil, anticipan el final de la frágil recuperación económica de la primera parte del gobierno Trump. Guerra comercial, militarismo y guerras lisas y llanas. Este es el escenario del G20, que tiene como anfitrión a Mauricio Macri. ( que se joda Trump por sus politicas de mierda )

Y por casa…

A este G20 en crisis, Macri no tiene para aportarle más que la realidad de un régimen quebrado, que sobrevive con el pulmotor del FMI. En los días previos a la cumbre, el gobierno Cambiemos ni siquiera pudo exhibir la “paz cambiaria” que había logrado en las últimas semanas, al costo, claro está, de remunerar a los especuladores en pesos con intereses astronómicos y -por ende- paralizar la economía.

La nueva corrida hacia el dólar ha estado acompañada por una fuerte suba del riesgo país -o sea, por la manifiesta desconfianza del capital internacional respecto del rumbo del programa económico oficial. Aún con tasas de interés superiores al 60%, los especuladores abandonan sus colocaciones en pesos. Por un lado, se teme a la bola de nieve insostenible de la nueva deuda del Banco Central, que se renueva cada siete días a un ritmo explosivo y, por el otro, está muy claro que Argentina sólo cuenta con el financiamiento ya pactado con el FMI, y del cual no quedará un peso en 2020. Finalmente, los ‘mercados’ toman nota de las encuestas favorables a Cristina Kirchner en las elecciones del año que viene. Pero la respuesta del kirchnerismo a esta corrida no se hizo esperar: a quien quiera oírlos, Kicillof y Cristina salieron a dar garantías de que no patearán el tablero del FMI y, con él, al edificio ajustador que el macrismo ha pergeñado con la excusa de evitar un default.

Pero la lista de los motivos que -según los analistas financieros- explican la fuga de capitales es más larga y sirve para radiografiar todo el alcance de la crisis de régimen. En estas horas, la crisis de los cuadernos ha llevado al procesamiento del pope mayor de la burguesía argentina, Paolo Rocca (Techint). La concurrencia de la “patria contratista” al banquillo de los acusados le ha asestado un golpe feroz a la participación de la burguesía nacional en la obra pública. Y es aquí donde vuelve a ingresar la cuestión del G20 y la lucha de buitres por la recolonización del país. Los voceros oficialistas presentan a un Macri que, aprovechando su condición de anfitrión, cerraría acuerdos ventajosos con Trump, por un lado, y el presidente chino Xi Jinping, del otro. Pero lo cierto es que el macrismo será un rehén de la guerra comercial entre los dos bloques y, naturalmente, de su propia bancarrota económica. El gobierno argentino ha anticipado acuerdos de inversión con China, entre ellos, la reactivación del proyecto para la central atómica Atucha III. A la concreción de este proyecto se encuentra condicionada la posibilidad de reducir el déficit comercial argentino con aquél país, por un lado, y de sostener la “cuenta corriente” (swap) con la cual China aporta a las reservas del Banco Central, del otro. Pero Trump ha salido al choque con estos acuerdos, señalando al gobierno argentino la “inconveniencia” de avanzar con ellos. Estados Unidos, a su turno, domina la parada en el directorio del FMI, de cuyos recursos depende no llevar a la deuda argentina -que ya representa el 90% del PBI- a la cesación de pagos. La guerra comercial internacional se ha metido de lleno en la Argentina y divide al propio gobierno: mientras “FMI” Dujovne desaconseja los préstamos chinos, el secretario de Energía pretende avanzar con ellos. La alforja del G20, como se ve, es otro factor de crisis política.

Los trabajadores

Pero en estos días, no sólo los especuladores o la burguesía industrial han colocado la lupa sobre el gobierno. El G20 también ha estado precedido por importantes intervenciones obreras, como se ha visto en el paro de Aerolíneas, en Siam, en el parazo de Firestone contra los despidos; en la gigantesca movilización de las enfermeras y enfermeros, en las movilizaciones de los colegios terciarios de Capital y Buenos Aires, así como en la enorme movilización piquetera que encabezó el Polo Obrero bajo los helicópteros norteamericanos que sobrevolaban el cielo porteño. En este cuadro, el fracaso de la superfinal entre River y Boca ha contribuido con lo suyo a la crisis política, al desnudar una aguda pugna al interior del aparato represivo del Estado -el mismo que tendrá que dar cuenta de la inquietud popular contra el ajuste. La marcha de este viernes por el G20 se inscribe en esta tendencia de lucha, de la cual, como ocurre en todos los anteriores episodios, ha desertado la burocracia sindical. Pero también ha desertado el kirchnerismo en masa, tanto político y sindical como “social”. El defol de lucha de la CGT, con la complicidad de las organizaciones sociales opositoras, abre un período importante de luchas por abajo contra la virtual tregua electoral ya en marcha. El gigantesco operativo represivo, que paralizará la Ciudad el viernes 30, apunta a presentar una ficción de “orden” o disciplina social, por parte de un gobierno crecientemente repudiado.

En definitiva, al G20 lo recibirá un anfitrión golpeado por una manifiesta crisis de régimen. Pero una y otra cosa están ligadas: la pretensión del macrismo de “subir” a la Argentina al carro del capital “global” ha quedado severamente golpeada por la crisis capitalista y el derrumbe de su “globalización”, algo que quedará expuesto en la cumbre de este viernes y sábado. En la movilización del 30 le opondremos, a la fracasada aventura macrista y a sus socios internacionales, la unidad internacional de la clase obrera y de los explotados contra los ajustes, el militarismo, las guerras y la barbarie imperialista. Saldremos con la perspectiva estratégica de gobiernos de trabajadores en nuestros países, por la Unidad Socialista de América Latina. A movilizar con todo, junto al Partido Obrero, al Frente de Izquierda y todas las organizaciones que han resuelto ganar las calles ese día




Prensa Obrera N° 1530, disponible en la web y en PDF: debido a las imposibilidades logísticas que provoca la reunión del G20 en Buenos Aires, este número de Prensa Obrera no será impreso.
Podés descargar el PDF con su diseño habitual aquí

Para recibir todos los jueves el PDF de la versión impresa, suscribite a PrensaObrera.com
Con tu suscripción a PrensaObrera.com también tenés incluida la versión de los jueves en papel retirando por nuestros locales.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

“El PT pavimentó el triunfo de Bolsonaro”

22 de noviembre de 2018 | #1529

Paulo Sergio, de Tribuna Classista (Brasil)


“Tribuna Classista es, en sus orígenes, la confluencia de compañeros que rompieron con Causa Operaria (CO) cuando esa organización se alejó de la CRCI. Luego de ese rompimiento comenzamos una serie de contactos, conferencias y seminarios. Nuestro grupo defiende la CRCI y rechazamos la autoexclusión de CO de ese eje político internacional. Comenzamos nuestra extensión nacional hace cuatro años”, dijo.

Paulo Sergio, de la dirección nacional de Tribuna Classista, explica que la organización se ha extendido en el gremio bancario en Brasilia y Porto Alegre, entre los universitarios de San Pablo y entre los trabajadores del Estado en Porto Alegre.

“El proletariado brasileño no está desmoralizado por la derrota del PT, una derrota profunda; por el contrario, se ha mantenido movilizado durante todo este proceso. El surgimiento del fascismo, de la extrema derecha, es el resultado último de la política de alianzas del Partido de los Trabajadores con los partidos burgueses. La conciliación de clases ha sido el camino de la derrota”.

-¿Cuáles son ahora las posibilidades de la izquierda radical?

-Tiene la oportunidad de desarrollar una política de independencia de clase. Fíjese que el PT en los últimos días previos al segundo turno electoral hizo una campaña con movilizaciones menos que débiles, que mostraban su parálisis y su falta de respaldo en las masas.

Dieron una lucha puramente electoral y, aún desde ese punto de vista, fue raquítica.

-¿Cuál es su vínculo con Luta Pelo Socialismo?

-En esta Conferencia hemos establecido un contacto más activo, que antes no teníamos. Teníamos escaso conocimiento y ahora esperamos desarrollar acciones comunes. Aquí se ha profundizado ese vínculo, se ha profundizado la discusión. Esta Conferencia abrió una gran posibilidad para construir organizaciones de masas.

martes, 27 de noviembre de 2018

En el subte, votemos a la Multicolor

22 de noviembre de 2018 | #1529




Gran asado de la Agrupación Naranja


Por Corresponsal


Las elecciones en AGTSyP tendrán lugar el 28 de noviembre

En un clima muy camaraderil, trabajadores del subte se reunieron en un asado de la Agrupación Naranja, que integra el Frente Multicolor, de oposición al pianellismo, para las próximas elecciones de la AGTSyP, a realizarse el 28 de noviembre próximo.
El animado debate que sucedió a la excelente provisión de la parrilla y su diestro parrillero, se abrió con la intervención de Christian Paletti, candidato a secretario general adjunto por la Multicolor. El explicó por qué el frente debía ser votado, como contrapartida a la conducción yaskista -Rojo y Negra-, responsable de mantener paralizada la AGTSyP ante la ofensiva sin precedentes por parte de la patronal y el gobierno macrista. Ataques como el arrebato de la personería gremial y la imposición por la fuerza de la burocracia de la UTA; un deterioro salarial de un 25%; decenas de sanciones y juicios en represalia por medidas gremiales y, muy especialmente, la firma por la conducción de un acta anti-huelga que ata las manos del sindicato para la acción directa. Toda una postura capituladora -dijo Paletti-, basada en la política de depositar la expectativa en una alianza con el moyanismo, la derecha del PJ y la Iglesia, con vistas a las elecciones de 2019, mientras se garantiza hasta entonces la “gobernabilidad”.

David Carballo, por su lado -dirigente de Tráfico de la combativa Línea B y también candidato de la Multicolor-, llamó a organizarse con la Naranja, por ser la fracción más consecuente en la lucha. La que luchó, en el conflicto paritario, por una asamblea general que votara un plan huelguístico, contra las medidas inoperantes del yaskismo, como la apertura de molinetes y servicio de café a los pasajeros, que luego de cinco meses desembocaron en la mencionada capitulación.

Varias intervenciones propusieron iniciativas de campaña como difundir mini-reportajes en videos (“Por qué voto a la Multicolor”); sumarse a las recorridas por las líneas; vender bonos para financiar la actividad. Otros compañeros reflejaron debates con trabajadores de donde surge un inconformismo extendido con el estado de cosas y la inseguridad que inspira la falta de firmeza del sindicato ante los ajustes anunciados con la renovación del contrato de gerenciamiento del subte.

En resumen, un clima de camaradería y un rico debate entre activistas de los sectores más combativos del sindicato.






Fuente: https://prensaobrera.com/sindicales/45177-en-el-subte-votemos-a-la-multicolor-2  

lunes, 26 de noviembre de 2018

“Frente de trabajadores para derrotar al fascismo y a los ajustadores”

22 de noviembre de 2018 | #1529

“Frente de trabajadores para derrotar  al fascismo y a los ajustadores”
Conferencia Latinoamericana


Rafael Santos, en el cierre de la Conferencia Latinoamericana (extractos de su intervención)


Compañeros, esta Conferencia es un paso importante y hasta histórico en la construcción de nuestro partido, por un lado, y en la relación con las corrientes revolucionarias en Latinoamérica.

Los presentes

Hemos tenido a la importante delegación de Brasil, los compañeros de la LPS (Luta Pelo Socialismo) y de Tribuna Clasista, junto a varios intelectuales, profesores y luchadores que son dirigentes sociales y políticos en su país. También la presencia del compañero Emigdio, de Paraguay, que es un gran científico, médico, reconocido participante en las luchas sociales, y el apoyo de una organización campesina que nos ha enviado su adhesión. Ni qué hablar de los compañeros del Partido de los Trabajadores, que es un polo político creciente en la realidad uruguaya.

También hay compañeros que no asistieron por dificultades económicas. De Perú, los compañeros del grupo Vilcapaza, han enviado un documento sobre la realidad peruana y nos piden que viajemos para discutir las conclusiones de la Conferencia. También tenemos documentos enviados por los compañeros de Chile, y adhesiones de los compañeros de Bolivia.

Doy especial importancia a la adhesión de los compañeros del magisterio, un grupo que rompió con el POR de Bolivia y se proponen viajar a Buenos Aires, para poder debatir.

La compañera María, aquí presente, es una figura histórica de la lucha en Nicaragua y de la revolución sandinista y hoy es oposición. La juventud, la cual está ligada lucha firmemente, aunque debe avanzar en la comprensión del período que atraviesa Nicaragua. Acerca de la llamada intervención humanitaria de la OEA en ese país, le comenté que este problema también lo tuvimos aquí, en el ’78, cuando la Comisión de Derechos Humanos de la OEA vino a la Argentina y, en plena dictadura, se formó una cola de tres cuadras de gente que salió a llevar la denuncia sobre sus parientes o amigos desaparecidos, y se elaboró el primer informe completo que fue un arma política. Una cosa es utilizar todos los instrumentos y otra cosa es darles apoyo político. La compañera está preocupada por el grave tema de las migraciones en Centroamérica, lo mismo que las compañeras salvadoreñas que estuvieron.

Hay otras organizaciones, de México, que esperan tomar contacto. Hace dos años y medio hicimos una Conferencia en Montevideo, les fue útil a los compañeros en la lucha política desarrollada allí y reagrupamos fuerzas. Esa Conferencia preanunció la crisis que estaba en pleno desarrollo del nacionalismo burgués y del centroizquierdismo. Las ilusiones sobre el chavismo aún estaban a flor de piel, y mantuvimos debates públicos con dirigentes del sindicalismo y del Partido Comunista Uruguayo. Sacamos un documento que sirvió de orientación. Incluso esta ruptura del POR, se basa en parte en aquel documento, que lo llevamos a un debate en Bolivia y fue una referencia.

Bolsonaro

Esta Conferencia se da con el pronóstico ya cumplido. Se desmoronó el nacionalismo burgués, tenemos a Ortega reprimiendo a las masas trabajadoras y a la juventud en Nicaragua, el fenómeno de Maduro, colocado de espaldas a la clase obrera y en planes de privatización. Y la realidad de que eso ha sido reemplazado en parte por un ascenso de Macri en Argentina, de Piñera en Chile y el ascenso de Bolsonaro. El debate que se hizo hoy debe haber impresionado a muchos compañeros. Esclarecimos un problema donde hay una confusión extraordinaria. Hemos dedicado tres días a discutir la caracterización de qué tipo de régimen político es el de Bolsonaro y qué tenemos que enfrentar, con un método marxista. Porque no sólo se trata de decir que Bolsonaro es un fascista. Una caracterización correcta es la que permite afrontar, en forma científica, consciente, no aventurera pero tampoco conservadora, el desafío que va a significar el ascenso de este régimen, que tiene un elemento fascista, y que va a intentar métodos represivos extremos, de guerra, contra el proletariado y las masas oprimidas de Brasil. Esa es la experiencia que hemos tenido en la Argentina cuando estalló el golpe de 1976. A partir de una caracterización correcta del golpe, fuimos una de las organizaciones que más militancia tuvo durante la dictadura; la caracterización permite llevar adelante un plan de trabajo y desarrollarlo.

El documento aprobado plantea que marchamos a una polarización política, no fatalista sino contradictoria. Un polo está relativamente claro, es el de Bolsonaro, de la derecha, que intenta ser repetido por otros en Latinoamérica; el otro polo, nos plantea una actividad militante, que no se va a desarrollar mecánicamente; vamos a intervenir en el proceso para crear ese polo político revolucionario. Porque, compañeros, en este momento, tenemos una lucha política frontal con todas las corrientes populistas. Los medios de prensa los presentan a ellos como la izquierda del continente, y no lo son. Ellos empezaron con las políticas de ajuste y represión. Cristina Kirchner fue miembro del G20. Por lo tanto, la batalla política contra el frente democrático en Brasil, contra el “frente antimacrista” en la Argentina, por superar al Frente Amplio de Uruguay, que se pretenden presentar como muralla contra el avance de la derecha, es, en esta etapa, fundamental. En oposición a esta política que conduce a un callejón sin salida, llamamos a impulsar un frente único de los trabajadores a nivel continental, para derrotar al fascismo y a los gobiernos responsables del ajuste y la entrega.

A debatir

La salida de estos documentos tiene que abrir una etapa de debate político. Hay un campo de trabajo impresionante. Por lo tanto, compañeros, hoy nosotros quisimos terminar de conocernos, sacar un planteamiento, fijar una serie de campañas políticas a desarrollar. El 30 de noviembre va a haber una marcha gigantesca en Buenos Aires, contra el G20, pero que la Conferencia votó que se extienda a todos los países. También se ha planteado el tema de la mujer, vamos el 25 a una marcha que es continental, en la cual queremos intervenir con un programa, y especialmente el paro internacional que queremos promover el 8 de marzo del año próximo. En la Comisión laboral se discutió también que si se llevaban adelante los planes de reformas previsional y laboral, íbamos a hacer movilizaciones conjuntas, por lo menos en Uruguay, Argentina y Brasil. También se planteó trabajar por una reunión latinoamericana de educadores, ya que todos tenemos influencia en sus sindicatos.

Esta Conferencia no es un hecho aislado, el año que viene vamos a tratar de realizar una en Brasil, convocando a nuevos sectores y organizaciones.

El Partido Obrero está inmerso en la lucha por reconstruir la Internacional. Nosotros somos luchadores de la IV, porque ésa es la necesidad planteada hoy en día para los trabajadores del mundo frente a la crisis del régimen capitalista.

Compañeros, creo que el objetivo ha sido logrado. Estoy contentísimo de haber conocido una cantidad de compañeros tan valiosos, tan luchadores, tan inteligentes. ¡Viva la Internacional! ¡Viva la Conferencia Latinoamericana!

Leé también:
Se realizó la conferencia internacional latinoamericana


 



Fuente:https://prensaobrera.com/internacionales/45181-frente-de-trabajadores-para-derrotar-al-fascismo-y-a-los-ajustadores

domingo, 25 de noviembre de 2018

G20, vamos por una movilización continental

22 de noviembre de 2018 | #1529

A veinte años de su creación, el G20 asiste al dislocamiento de la llamada “globalización”

La Conferencia Latinoamericana, reunida en Buenos Aires, caracterizó a la reunión del G20 y resolvió un curso de movilización con alcance continental.

A veinte años de su creación, el G20 asiste al dislocamiento de la llamada “globalización”, según la cual la restauración capitalista en la ex URSS y China debía dar lugar a una armonización de la economía y la política mundiales bajo la égida del capital internacional.
La cumbre de jefes de Estado, en cambio, tendrá lugar en el marco de una creciente guerra comercial, de una acentuación del militarismo y de las guerras imperialistas. Caído el telón de la “globalización” y del “fin de la historia”, emerge con toda su fuerza el rasgo dominante de la etapa histórica de la decadencia del capital, como etapa de “guerras y revoluciones”.

Guerra comercial, militarismo, ataque a los explotados

El telón de fondo de estas fracturas es la crisis mundial capitalista. En definitiva, la guerra comercial -y, en última instancia, política y militar- es una disputa respecto de qué bloques tendrán que hacerse cargo de la depuración de los capitales sobrantes, algo que sólo puede procesarse al costo de guerras y convulsiones sociales inmensas.

Los jefes que tendrán su cita en Buenos Aires, son, al mismo tiempo, los ejecutores de brutales bombardeos en Irak, Siria o Libia, destruyendo sus escasas defensas nacionales para avanzar en una mayor colonización política y financiera. La cumbre tendrá lugar en medio de una agudización de los aprestos militares de los diferentes bloques en pugna. Lo demuestran, por caso, las recientes maniobras de envergadura inédita del ejército ruso con apoyo chino; los preparativos de la Otan para “conflictos a gran escala” y los anuncios de Macron -con apoyo de Merkel- para la creación de un ejército europeo al margen de la propia Otan. La cumbre del G20 en Argentina será también el escenario de otra nefasta unidad continental -la que propugna la militarización de la mano del Departamento de Estado, en nombre del supuesto combate al narcotráfico y al terrorismo. Anticipando esta orientación, el gobierno de Macri y Bullrich han montado un gigantesco operativo de intimidación y represión con la participación de fuerzas y servicios de inteligencia extranjeros, que ya ha provocado detenciones y persecuciones políticas. La Conferencia repudió el reforzamiento represivo montado a partir de la reunión del G20.

La cumbre volverá a refractar la disputa por la cuestión del medio ambiente. Trump ha sacado a Estados Unidos del acuerdo de París, en beneficio de las “viejas” industrias de su país, que aspiran a reducir costos a expensas de la contaminación general. A caballo de este planteo, se pretende el jubileo ambiental en los países atrasados, en beneficio, en este caso, de mineras, petroleras y agroquímicas. Esta misma agenda ha empalmado con el fascista Bolsonaro, en cuyos planes aparece la desforestación del Amazonas.

Más allá de sus divergencias, los jefes imperialistas -y también los Macri o Temer- coinciden en la pretensión de descargar la crisis capitalista sobre la clase obrera y los explotados. En la agenda del G20 se encuentra la ‘universalización’ de las reformas previsionales -así como las reformas laborales antiobreras.

“Contracumbre”

La Conferencia caracterizó a la “contracumbre” de Cristina Kirchner, Dilma Rousseff, Rafael Correa y otros como expresión del fracaso político de los llamados “nacionales” o centroizquierdistas del continente. Es la cumbre de quienes abrieron el camino a la reacción política, y luego fueron incapaces de luchar contra los ajustes de los Macri o Temer -cuando no cómplices de su aplicación. Desde el poder, los “nacionales y populares” fueron peones de la diplomacia imperialista de Obama; en ese carácter, avalaron el golpismo continental (Zelaya, Lugo) y aportaron los efectivos para el intervencionismo militar a Haití a cuenta del imperialismo.

El nacionalismo continental suele asociar la actual fractura del orden mundial a sus invocaciones proteccionistas (“vivir con lo nuestro”). No se hacen cargo, primero, del carácter reaccionario y derechista de los antiglobalizadores, como Trump y sus émulos europeos. Y luego, del carácter necesariamente expansionista y belicista del proteccionismo imperialista. Por caso, la guerra comercial de Estados Unidos con China es sólo un peldaño en el afán de hegemonizar y completar, bajo la égida norteamericana, la restauración del capital en el gigante asiático.

En esta ocasión, sin embargo, el organizador de la reunión con CFK y Rousseff señaló que “es al propio G20 al que debería denominarse contracumbre” (La Nación, 18/11), en alusión a la fractura económica y política que dominará la reunión de los jefes de Estado. Con ello, anticipa que la reunión de los ex mandatarios del nacionalismo le opondrá a los Trump la ‘armonización internacional de intereses’. Esto no debería sorprender, si se tiene en cuenta que tanto Cristina como Dilma, cuando presidentas, participaron del G20 y votaron las conclusiones reaccionarias de sus cumbres. A la fractura económica mundial y a la guerra, nuestra Conferencia Internacional no le opuso el retorno inviable al pasado -la “globalización” capitalista-, sino una transformación social a escala continental y mundial dirigida por la clase obrera. O sea, el gobierno de trabajadores, la unidad socialista de América Latina y el socialismo internacional.

La Conferencia Latinoamericana apoyó la convocatoria a movilizarse el próximo 30 contra el G20 y llamó a organizar para esa fecha manifestaciones y actos en todos los países del continente.

sábado, 24 de noviembre de 2018

A movilizarnos contra el imperialismo

22 de noviembre de 2018 | #1529



La reunión del G20 en Buenos Aires reunirá a los presidentes de las principales naciones imperialistas, junto a otros como Macri y Temer.

La cumbre de presidentes se convoca en nombre de “armonizar los intereses globales”.

Pero la verdad es muy otra: el G20 volverá a ser el escenario de brutales enfrentamientos entre sus miembros.

El telón de fondo de estos choques es la crisis mortal del régimen social que todos ellos encabezan –el capitalismo.

Mientras el hambre aumenta en el mundo, y supera ya a los 800 millones de personas, en este mismo planeta “sobran” alimentos y sobran fábricas, cuando deben rendir los beneficios que reclama el capital.

Por eso, en el G20, China, Estados Unidos y la Unión Europea redoblarán los aprestos de guerra comercial, de amenazas políticas y militares.
Esta enfrentamiento feroz lo pagan los oprimidos de todo el mundo. Con guerras, masacres y la militarización general.

En el G20 discutirán otra guerra contra los trabajadores: las reformas previsionales y laborales contra los derechos de los activos y los jubilados.

Para la lucha contra el imperialismo y la reacción política, el pretendido progresismo de Cristina Kirchner o Dilma Rousseff constituye una vía muerta. Son los que le abrieron el camino a la derecha y terminaron convalidando sus brutales ajustes contra el pueblo.

El Partido Obrero señala: la lucha contra el militarismo, la usura de la deuda y la guerra exige el frente unido de la clase obrera y una acción política independiente de la burguesía y de sus partidos, en particular, de los del nacionalismo fracasado.

A la crisis capitalista, a la guerra y al fascismo, le oponemos la lucha por gobiernos de trabajadores en el continente y en todo el mundo.

-¡Fuera el G20 de Argentina! ¡Fuera el imperialismo de Siria, Libia, Irak, Palestina y Yemen!

-Retiro de todas las bases militares imperialistas en América Latina.

-Abajo las reaccionarias reformas laborales y previsionales.

-Por una acción obrera internacional por el repudio de las deudas externas.

- Por la Unidad Socialista de América Latina y por el socialismo internacional.

El 30 de noviembre, concentramos a las 14 hs en Av. San Juan y 9 de Julio de la Ciudad de Buenos Aires y en las principales capitales del país.
 

 

viernes, 23 de noviembre de 2018

Cristina y los piqueteros

22 de noviembre de 2018 | #1529


El movimiento piquetero fue el protagonista más importante del Argentinazo, que acabó en 2001 con el gobierno de De la Rúa-Cavallo

Cristina, en la contracumbre que no fue, se refirió al movimiento piquetero. Dijo “hasta que llegamos nosotros hubo un movimiento piquetero, hoy hay organizaciones sociales”. La frase tiene más implicancias que palabras.

Efectivamente, hasta la llegada del kirchnerismo al poder, hubo un poderoso movimiento piquetero que cumplió un papel revolucionario en la situación política de la época. Fue el protagonista más importante del Argentinazo, la rebelión popular que acabó en 2001 con el gobierno de De la Rúa-Cavallo, cuando su accionar se unió a las cacerolas y las asambleas populares de la estafada y confiscada clase media. Su origen en la segunda mitad de los ’90, desde el santiagueñazo contra Menem, lo colocó a escala mundial como una novedad en la clase obrera, organizando a su sector desocupado, víctima de las privatizaciones, el ajuste y la flexibilidad laboral de la etapa.

Antes de la llegada de Néstor Kirchner, fue el movimiento piquetero el que enfrentó en el Puente Pueyrredón al operativo represivo de Duhalde para ahogar en sangre y represión el enorme movimiento que algunos elevaron a la categoría de nuevo sujeto histórico revolucionario. Para el Partido Obrero fue y es la organización de lucha del sector desocupado de la clase obrera, que hereda y realimenta sus mejores tradiciones de lucha clasista.

Cristina envió un claro mensaje a la clase capitalista. En Ferro, su virtual lanzamiento electoral, se ha jactado de acabar con el movimiento piquetero mediante la cooptación de sus organizaciones al Estado, hoy “organizaciones sociales”.

Su gobierno garantizó un importante ejército industrial de reserva con desocupación estructural, aún en épocas de tasas chinas de crecimiento, estabilizó un tercio de los trabajadores en negro, dio manija a las cooperativas truchas para el trabajo precario de los desocupados con planes sociales y fue el reino de la tercerización contra la que luchó y fue asesinado Mariano Ferreyra, junto a los ferroviarios. Una modalidad de precarización que más tarde consagraría con nuevas garantías legales en el Código Civil. Las “organizaciones sociales” sirvieron bajo el kirchnerismo a la contención de la caldera de semejante desigualdad social, mediante el asistencialismo y la cooptación política.

Las “organizaciones sociales” de Cristina se prolongan hoy en el Triunvirato del Vaticano, pilar de la integración al Estado del movimiento de los desocupados mediante una mesa de concertación y reparto del asistencialismo, consagrada por ley con el Movimiento Evita a la cabeza.
Dos de los tres movimientos de ese trío tributan hoy a la candidatura de “unidad” del peronismo de Felipe Solá, uno de los responsables políticos del asesinato de Kosteki y Santillán. El tercer movimiento es igualmente tributario de la unidad “antimacri”.

La “unidad opositora” “antineoliberal” incluye al Vaticano y sus huestes celestes oscurantistas, a los responsables del Puente Pueyrredón, al menemismo residual, a todos quienes le votaron las leyes antiobreras, a las distintas alas de la burocracia sindical hostil al movimiento piquetero y sus métodos, al total de los gobernadores del ajuste. La “pata social” resulta fundamental para la burguesía, garantiza freno a las tendencias de lucha y cubre por izquierda en los sectores más sumergidos.

El PO, con el Polo Obrero, está a la cabeza de quienes reivindican el movimiento piquetero en su mejor tradición histórica: el corte de ruta y la asamblea, el delegado electo y la organización del barrio, que han llevado al clasismo a desafiar el dominio histórico de los punteros de los partidos patronales y del PJ en particular. Desde ese lugar luchamos por una alternativa política de los trabajadores y no por un relevo potable del macrismo que subordine a la clase obrera y al movimiento piquetero. 

jueves, 22 de noviembre de 2018

[Editorial] Vamos a volver… con los pañuelos celestes y el FMI

22 de noviembre de 2018 | #1529


La bandera de la “unidad del peronismo” que gobernó y aún gobierna con Macri se ha convertido en la estrategia central delineada en el Instituto Patria

Cristina Kirchner se valió del foro en el mini-estadio de Ferro para reforzar su política de unidad con el peronismo que cogobernó con Mauricio Macri en estos tres años. Para alejar fantasmas, corrigió incluso a los que presentaron al evento como una contra-cumbre al G20. Después de todo, Cristina y Dilma Rousseff, la otra invitada principal del evento, integraron el G20 hasta hace sólo unos años, sin prestarle el menor apoyo a las movilizaciones en su contra que se realizaban frente a sus sedes.

Pañuelos celestes

El discurso de CFK pareció armado en función de los recientes acuerdos sellados con los Massa, Schiaretti y Pichetto para ocupar un asiento más del Consejo de la Magistratura. Los dirigentes kirchneristas han vivido este acuerdo como un acto de redención -y no sólo porque les permitiría fortalecer su presión sobre la Justicia cuando están previstos varios procesos en su contra. En ese acuerdo, además, ven la prueba de que se empieza a levantar el veto del aparato justicialista al kirchnerismo en general y a la posible candidatura de CFK en particular. La bandera de la “unidad del peronismo” que gobernó con Macri, y lo sigue haciendo hasta el presente, como lo prueba la reciente aprobación del Presupuesto del FMI, se ha convertido en la estrategia central delineada en el Instituto Patria, incluso a riesgo de tirar al tacho de la basura al sello de la Unidad Ciudadana, que nunca fue más que un plan B.

 A tono de esta política, Cristina Kirchner evitó denunciar la colaboración peronista con el ajuste. Haciendo gala de una falacia evidente, señaló que las divisiones eran un lujo que beneficiaba al neoliberalismo -en vez de denunciar que quien verdaderamente lo beneficia son los que votan sus leyes y aplican sus políticas. En una vuelta de tuerca más, afirmó que la ‘unidad’ debe contemplar que en su movimiento haya pañuelos verdes y celestes, buscando la bendición del Vaticano a su candidatura. La alusión a los pañuelos celestes dejó en claro que su eventual vuelta a la presidencia no implicará la aprobación del aborto legal. Semejante ‘amplitud’ puso en alerta a Página/12, que advirtió que las palabras de Cristina Kirchner podrían producir una fuga electoral de la juventud hacia el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

FMI

Mientras esto ocurría, en la revista Forbes, Axel Kicillof le garantizaba al capital financiero que una vuelta del kirchnerismo al gobierno se hará sobre la base de respetar los compromisos asumidos por Macri. En el reportaje, ex ministro de Economía de Cristina Kirchner fue categórico: “No rompería con el FMI”. Al igual que Sergio Massa, se pronunció por una renegociación con el Fondo, que a esta altura ya suena inevitable. Sucede que el próximo gobierno deberá pagarle al FMI 26.270 millones de dólares, que se sumarán a los 90.471 millones de dólares en bonos que vencerán en el próximo mandato presidencial. De más está decir que la posibilidad de atender a la totalidad de estos vencimientos está más que cuestionada. Ante este panorama, Kicillof postuló que “me parece que es razonable ir a ver cómo se puede poner eso en un carril de sensatez y ver qué es lo que plantea el Fondo Monetario Internacional”. Recordemos que la última vez que Kicillof fue a ver qué planteaba el gran capital terminó reconociendo una deuda usuraria con el Club de París de más de 10.000 millones de dólares, inflada con punitivos e intereses usurarios, para luego realizar un pacto secreto con Chevron para la explotación petrolera y gasífera de Vaca Muerta.


En la misma entrevista, Kicillof se vio en la necesidad de aclarar que “no somos anti-empresa”. Que no se trató de una frase tirada al azar lo probó el discurso de Cristina Kirchner en el Senado, al tratarse el Presupuesto 2019. Allí, mostró su preocupación por la crisis que sacude a la empresa Arcor, contrastándolo con las ganancias siderales que el grupo que preside Luis Pagani obtuvo bajo su gobierno. El proselitismo pre-electoral de la ex presidenta consiste en mostrarle a la clase capitalista que su gobierno podrá asegurar los beneficios empresariales de mejor manera que el macrismo. Opera sobre la base de un principio de división que está en desarrollo en la clase capitalista, motivado por la bancarrota económica, el derrumbe industrial y del consumo, y el peligro de un nuevo estallido financiero.

Crisis de fondo


La ilusión del kirchnerismo de una vuelta al gobierno avalada por los grandes grupos capitalistas nacionales es todavía prematura. Hasta el momento, el intento de otorgar garantías al gran capital mediante la búsqueda de una alianza con el peronismo ha servido más para asegurar la gobernabilidad macrista que para lograr un respaldo a la candidatura de Cristina Kirchner. Lo conseguido hasta el momento suena a poco: retazos de Libres del Sur, el saltimbanqui de Felipe Solá, la vuelta a casa de un hijo pródigo como el “Chino” Navarro. En síntesis, punteros sin votos que quieren cargos. Mientras tanto, las presiones para una división pejotista se han redoblado y pueden expresarse bajo la forma de una mayor fuga de capitales, remate de los bonos argentinos y de las acciones de las empresas locales. A diferencia de los ciudadanos, el capital vota todos los días, a través del control que detenta de los medios de producción, las finanzas y los medios de comunicación. La consigna de la “unidad del peronismo”, llegado un determinado punto, se puede transformar en una trampa para el propio kirchnerismo y en particular para Cristina Kirchner. Las presiones para que baje su candidatura pueden hacerse justamente en nombre de que no obstaculice la ‘unidad’.

La verdadera ilusión del kirchnerismo recae en que el agravamiento de la crisis lo convierta en el único recurso de la clase capitalista. Empuja en esa dirección el agravamiento de los choques internacionales, que tendrán su expresión concentrada en el G20 que se realizará la próxima semana en Buenos Aires. En los últimos días, a pesar del ‘logro’ de la calma cambiaria, el riesgo país no ha hecho más que subir, volviendo casi a los niveles previos al pacto con el FMI. Los bonos en dólares están rindiendo un 11% anual, una tasa que sólo es propia de países en bancarrota. El golpe que esta crisis le impone cotidianamente al macrismo cuestiona cada vez más su capacidad de ganar las elecciones del año próximo. Este temor corre el riesgo de transformarse en desbande. La propuesta de un sector del PRO de adelantar las elecciones de la provincia de Buenos Aires y, con ello, las de la Ciudad de Buenos Aires, equivaldría a reconocer que Macri se habría convertido en un salvavidas de plomo. Por otro lado, el adelantamiento de las elecciones en las provincias pejotistas también prueba que están lejos de una estructuración nacional. Por ahora prima el “sálvese quien pueda”.

La independencia de los trabajadores

Este agravamiento de la crisis debe servir para reforzar la caracterización que los trabajadores tienen que construir de la presente situación política. El conjunto de los partidos y los eventuales candidatos patronales no tienen otra política que descargarla sobre las espaldas de los trabajadores. Del macrismo ya se sabe. Pero ¿cómo aseguraría Cristina Kirchner las ganancias de Arcor y el cumplimiento de los acuerdos del FMI, aún de los renegociados, sino es mediante una mayor confiscación del pueblo que trabaja?

La campaña de la ‘unidad del peronismo’ es una presión al sector más activo y luchador de la población trabajadora y de la juventud, para que abandone toda pretensión de independencia política en pos de un programa trasformador. Es un canto de derrota por anticipado. Nuestro llamado al Frente de Izquierda para desarrollar una acción política vigorosa ante la crisis, parte de la necesidad de desenmascarar el verdadero programa de kirchneristas y pejotistas, y sus pretensiones continuistas.

Fuente: https://prensaobrera.com/politicas/45176-editorial-vamos-a-volver-con-los-panuelos-celestes-y-el-fmi

miércoles, 21 de noviembre de 2018

La rebelión de la enfermería sigue su camino

15 de noviembre de 2018 | #1528

El 21, todos al paro y movilización

El viernes 9, más de 10.000 enfermeras y enfermeros marcharon a Plaza de Mayo

“Se ha despertado el elefante”, repiten las enfermeras y enfermeros en las asambleas, actos y movilizaciones que se suceden sin pausa desde hace dos semanas. Reflejan el sentir de trabajadores superexplotados y discriminados por años y la conciencia de que, luchando, tienen la fuerza para conquistar sus reclamos.

La continuidad de la exclusión en la Carrera Profesional sancionada hace dos semanas por la Legislatura fue la gota que rebalsó el vaso. El viernes pasado 9 de noviembre, más de 10.000 enfermeras y enfermeros de los hospitales públicos de la Ciudad y del sector privado coparon el Congreso y marcharon a Plaza de Mayo.

La discriminación que sufre la enfermería tiene graves consecuencias. Una de ellas es el salario de pobreza que obliga a la extensión infinita de la jornada laboral a través del sistema de módulos o a tener múltiples trabajos. Esto liquida la salud de los enfermeros y degrada la atención. El pase a la Carrera implicaría un salario un 30% mayor -como mínimo- con una jornada de 6 horas y 10 días de licencia por estrés entre otros beneficios.

El gobierno de Larreta niega el pase por el impacto presupuestario que tendría el aumento de salarios y porque la superexplotación de la enfermería le permite tirar para abajo las condiciones laborales en todo el sector de salud municipal. Por otra parte, es una devolución de favores a la burocracia de Sutecba, que le firma todas las paritarias a la baja y se opone al pase para no perder un sector representado.

Para colaborar con el movimiento de lucha, desde el bloque del Frente de Izquierda en la Legislatura, Gabriel Solano presentó un proyecto que establece el pase directo de toda la enfermería a la Carrera Profesional y un curso en horario y lugar de trabajo para que obtengan la licenciatura los que no la tengan. Es la continuidad de la campaña que en su momento dimos por las seis horas por insalubridad, proyecto presentado por Marcelo Ramal.

Bajo la presión del ajuste y la crisis nacional, es este cuadro explosivo el que ha estallado en la rebelión de las enfermeras. Para el jueves 21 se prepara un paro y una movilización en el día de la enfermería, que se transformará en un enorme pronunciamiento para terminar con esta discriminación.

La amplitud del movimiento ha superado a todas las direcciones de los sindicatos y golpeado al gobierno ajustador de Larreta. El reclamo masivo de paro se impuso desde abajo y obligó a ATE a hacer formalmente la convocatoria. El movimiento de lucha debe valerse de ella para garantizar el paro en todos los hospitales. Es clave para que la movilización sea aún más masiva que el viernes 9 y se transforme en una seria advertencia al gobierno de que el desarrollo de la lucha puede paralizar la atención.

Con el paro hay que golpear a la burocracia sindical que bloquea el pase a la Carrera Profesional. La directiva de Sutecba se encuentra realizando una campaña podrida para confundir a los trabajadores sobre el pase, mintiendo sobre la pérdida de la antigüedad. Están a la defensiva porque son repudiados en todos los hospitales como se conoció en un audio viralizado recientemente. Otros sindicatos como UPCN y la Federación de Profesionales han manifestado que apoyan el pase, pero no han convocado a paro ni juegan un rol de organización en esta lucha. La jornada del 21 servirá para clarificar con mayor nitidez aún el rol de los sindicatos y la necesidad de recuperarlos para la lucha.

En este cuadro, la realización de asambleas en todos los hospitales es fundamental. Es lo que viene ocurriendo en casi la totalidad de los hospitales y todos sus turnos. Ahora hay que convocarlas al servicio del paro y movilización del 21. Como el movimiento ha superado a las distintas direcciones gremiales de la salud, florecen los intentos por coordinar la lucha. La unidad de este movimiento debe establecerse a través de plantear claramente su objetivo, de un método democrático y votando un plan de lucha. Es por eso que proponemos la realización de una gran Asamblea General Interhospitalaria. Vamos por gran paro y movilización el 21, por terminar con la discriminación hacia la enfermería y por defender la salud pública. Una gran lucha que debe ser apoyada por todos los trabajadores.

martes, 20 de noviembre de 2018

ATEN: La burocracia K se impuso en las seccionales combativas

15 de noviembre de 2018 | #1528

Con la cooptación del PCR y la colaboración de la Bermellón (PTS, MAS)


Por Norberto E. Calducci



La victoria de la TEP es un golpe al reagrupamiento clasista de los sindicatos

El martes 13 se realizaron las elecciones de Aten La burocracia kirchnerista, el TEP (Trabajadores por una Educación Popular), retuvo la conducción provincial y le arrebató a la Multicolor tres seccionales clave.

A partir de la derrota a fines del año pasado en la elección de Ctera, el TEP (baradelo-yaskismo) tomó conciencia que este año podía perder las elecciones en Aten. Se trazó una estrategia que finalmente le resultó exitosa: la cooptación de fuerzas antiburocráticas y de oposición. Así incorporó a sus filas al PCR y seccionales “independientes” como Las Lajas y Villa La Angostura.

El TEP contó con el apoyo explícito y abierto del PJ local y del Frente Neuquino (Rioseco). En el último tramo de la campaña, un sector del MPN que disputa la interna con el gobernador Omar Gutiérrez, también sumó su apoyo abierto y explícito. A través de la Pastoral Social se expresó también el apoyo de la Iglesia a la lista de la burocracia. Las listas del TEP, el ala más conservadora del gremio, fueron la expresión de la conciliación con el Estado, los partidos patronales y el clero. Desde ese lugar enfrentaron a la izquierda clasista en las elecciones de Aten.

El TEP contó con la colaboración del PTS, el MAS y agrupamientos menores de izquierda y 'anti-partidos', que conformaron la lista divisionista Bermellón (FUAL). Esto le permitió al TEP ganar en tres seccionales clave que estaban en manos de la Multicolor (capital, Cutral Có-Plaza Huincul y Plottier). Allí, sin la división, el TEP no hubiera ganado. Incluso se abría la posibilidad de recuperar la conducción provincial de Aten. En Zapala y Picún Leufú, donde la Bermellón no se presentó, la Multicolor ganó.

Los resultados y la situación política

La victoria del TEP es un golpe político al reagrupamiento del clasismo en los sindicatos, dado el papel que juega Aten en la vida político-sindical de la provincia y el peso que tiene como sindicato de base de la CTA local.

Es un reforzamiento de la burocracia de la central (su secretario general, Carlos Quintriqueo, comparte con el TEP su enrolamiento en las filas del peronismo local). De aquí en más, con menos tapujos que antes, el TEP colocará a Aten al servicio de la campaña del PJ de cara a 2019 y de la demagogia de la “unidad antimacrista”, como bloqueo a la independencia política de los trabajadores.

La izquierda que festejó ayer junto al TEP, la Bermellón, asumiendo el papel de su ala criticona, expuso que lo suyo no fue sólo sectarismo, sino una estrategia más general de tender puentes al frentepopulismo antes que con el clasismo. Su ausencia de Lanús no es un episodio. Es una estrategia para la cual llevar el FIT al terreno del frente único clasista es un escollo. Es necesario despejar cualquier duda o confusión: no hubo problemas de cargos para la constitución de una lista única de la oposición, lo que hubo fue una negativa cerrada del PTS y sus aliados.

Hacia adelante

La lucha por desarrollar al clasismo en Neuquén ha superado anteriores defecciones de un sector de la izquierda, y lo volveremos a superar. Estuvimos en el único frente que tuvo reales oportunidades de ganarle al TEP, y defendimos con uñas y dientes que ese frente expresara el peso y desarrollo de las agrupaciones de la izquierda. Hemos militado tras una perspectiva correcta.

Deben dar explicaciones de esta victoria del TEP aquellos que renegaron de mantener el frente único con la izquierda, para hacer un frente sin chances electorales con las agrupaciones antipartidos y grupos marginales. Es toda una definición.

Ha sido correctísimo haber planteado a la Bermellón que allí donde se ponía en riesgo las seccionales recuperadas bajara su lista. Si lo hubieran hecho, se habrían ahorrado un bochorno de su parte y efectivamente se hubieran mantenido esas seccionales en manos del clasismo. Es necesario discutir a fondo este balance, entre la vanguardia del gremio y de todo el movimiento obrero, para edificar sobre bases sólidas las próximas batallas y las próximas victorias.

Fuente: https://prensaobrera.com/sindicales/45095-aten-la-burocracia-k-se-impuso-en-las-seccionales-combativas-1

lunes, 19 de noviembre de 2018

Trotskismo y stalinismo en la revolución vietnamita de 1945

15 de noviembre de 2018 | #1528

Ochenta años de la Cuarta Internacional

Cuarta parte

En los trabajos anteriores exploramos el proceso revolucionario que se desató en Vietnam luego de la rendición de Japón en agosto de 19451. Durante la revolución de agosto y los levantamientos de septiembre, las masas vietnamitas ocuparon tierras, fábricas y talleres, formaron organismos cuasi-soviéticos en diversas regiones y se lanzaron a una lucha por la independencia nacional con la clase obrera y el campesinado pobre a la vanguardia.

En esta última nota de la serie abordamos las repercusiones de esta revolución en el movimiento trotskista internacional y en la dirección de la Cuarta Internacional.

Resolución del Comité Ejecutivo Internacional (abril 1947)

Un examen de los principales periódicos trotskistas (The Militant -del SWP de Estados Unidos-, La Vérité, del PCI de Francia, y otros) entre 1945 y 1946, en el contexto de posguerra, demuestra la desconexión y falta de información que tenían los principales centros de la Cuarta Internacional con varias de sus secciones. Los artículos sobre Indochina, se basaban en crónicas y reportes de las agencias de prensa. Aún confusamente y con errores, muchos de estos informes periodísticos daban cuenta de la presencia activa del trotskismo2.

Al mismo tiempo, dando muestras de solidaridad internacionalista, en las metrópolis los trotskistas organizaban movilizaciones y mitines contra la agresión imperialista y en favor de la independencia vietnamita. El stalinismo y la socialdemocracia, en cambio, llevaban adelante una política abiertamente contrarrevolucionaria. En los acuerdos con el imperialismo, Stalin se había comprometido a no impulsar ninguna revolución en Asia y a favorecer la restauración colonial en la región y el triunfo del nacionalismo burgués en China. En Francia, el Partido Comunista (PCF) formaba parte del gobierno de coalición del general Charles de Gaulle y apoyó en forma activa la reconstrucción del imperio con sus diputados votando los créditos de guerra para enviar tropas a Indochina.

En abril de 1947, el Comité Ejecutivo Internacional (CEI) de la Cuarta Internacional emitió una resolución contra la guerra de Indochina en el que destacaba que “los militantes trotskistas de Indochina están a la vanguardia de la lucha nacional y social de la emancipación de las masas indochinas” y que desde el comienzo de la revolución había sido atacada “por las manos criminales de la GPU de Stalin”3. Entre febrero y marzo de 1948, The Militant, publicó a lo largo de cinco números el extenso trabajo de Lữ Sanh Hạnh (difundido unos meses antes en la edición francesa de Quatrième Internationale) y que detallaba el rol de los trotskistas de la LCI y la represión del stalinismo.

Segundo Congreso (abril 1948)


La posición del CEI de 1947 y la publicación del trabajo de Lữ Sanh Hạnh contrastaron en forma muy clara con la resolución sobre “La lucha de los pueblos coloniales y la revolución mundial” del Segundo Congreso de la Cuarta Internacional de abril de 19484.

La extensa resolución no sólo no mencionó, en sus más de 90 mil espacios, el destacado papel de los trotskistas vietnamitas en 1945 sino que igualó los procesos revolucionarios de Vietnam con los de Indonesia: “En estos países, las luchas se movieron no sólo en el camino de la liberación del imperialismo, sino también y, sobre todo, en el camino hacia el poder (...). En Vietnam e Indonesia, la luchas de masas contra el imperialismo se desarrollaron rápidamente y se elevó con tremenda energía al plano de lucha por el poder estatal y, de hecho, durante un período, el poder fue en realidad arrancado de las garras de Francia y Holanda y fue sostenido por las fuerzas nacionalistas”.
Sin embargo, los procesos revolucionarios de Indonesia y Vietnam, a pesar de ser simultáneas, fueron bien diferentes. Al equipararlos se ocultaban las características propias de cada uno y el rol diferente de las fuerzas políticas y sociales intervinientes. En Indonesia, el poder había sido alcanzado por el Partido Nacionalista de Sukarno, con la hostilidad del stalinismo y no hubo una participación destacada de los trotskistas (no habían logrado formar un partido propio5).

En Vietnam, en cambio, la dinámica fue la opuesta: el poder fue tomado por un frente encabezado por el stalinismo que buscó acordar una salida con el imperialismo aliado (incluso el francés). Con fuerte protagonismo de los grupos trotskistas, el proletariado y gran parte del pueblo vietnamita (incluidos sectores nacionalistas que rechazaron el acuerdo con Francia) se levantaron contra el imperialismo, primero en agosto y luego frente a la invasión británica de septiembre que anticipaba la recolonización francesa. El Partido Comunista Indochino y el Việt Minh de Hồ Chí Minh, que encabezaron la coalición que proclamó la República Democrática de Vietnam (RDV), buscaron contener la revolución social, garantizar la propiedad de terratenientes y burgueses, reconstruir el Estado burgués y desarmar a las masas. Simultáneamente, organizaron la represión y asesinato de los luchadores. Complementando la represión imperialista, los principales dirigentes y militantes trotskistas fueron liquidados por grupos de tareas y sicarios organizados por el Việt Minh.

La resolución caracterizaba que lo que impidió el triunfo fue “la ausencia de un partido genuinamente revolucionario”. Esto podría valer para Indonesia, donde no existía una organización de la Cuarta Internacional, pero de ninguna manera para Vietnam. En pocos lugares, las banderas de la Cuarta Internacional, aún en minoría, disputaron la dirección de un movimiento revolucionario como en Saigón en agosto-setiembre de 1945. Más allá de sus diferencias políticas, las dos organizaciones trotskistas (La Lutte y la LCI) fueron una referencia, preservaron su independencia política frente al nacionalismo y el stalinismo, y lucharon consecuentemente contra el imperialismo. Los dirigentes trotskistas eran tribunos políticos respetados y reconocidos por su trayectoria en la lucha sindical y político-electoral, editaban periódicos de gran tiraje y frecuencia y habían extendido un trabajo político más allá de Saigón (incluso sobre la comunidad obrera vietnamita en Francia). Durante la revolución, ambas organizaciones jugaron un papel de primer orden en las movilizaciones, en la organización del movimiento obrero, campesino y minero, así como en la formación de milicias para repeler la invasión imperialista británico-francesa.

No haber hecho mención a ello detrás de una generalidad como “ausencia de un partido revolucionario” fue algo más que un ninguneo. Se pasaba por alto la necesidad de un balance y análisis de la intervención de las organizaciones de la Cuarta, de sus debilidades y fortalezas, de sus errores y aciertos, y en especial se ocultaba el rol contrarrevolucionario y liquidador del stalinismo.

En un curso de 1955 (editado como folleto), Pierre Frank, dirigente francés de la Cuarta Internacional, excusaba a la resolución indicando que tenía imprecisiones y lagunas porque se produjo en medio de las dificultades de una situación compleja y de la falta de información sobre lo que sucedía en las colonias6. Sin embargo, como vimos, para 1948, ya había documentos, resoluciones y testimonios de sobrevivientes (tanto de La Lutte como de la LCI) que daban cuenta de lo sucedido en Vietnam y se publicaban en los periódicos y revistas. El texto de Frank, de paso, tampoco reparaba ninguna de las imprecisiones ni lagunas sobre lo ocurrido en Vietnam.

¿Cómo interpretar entonces el viraje entre abril de 1947 y 1948? ¿Podría ser considerado un anticipo del seguidismo al stalinismo impuesto posteriormente bajo el liderazgo de Michel Pablo? Hacia 1948, todavía estaba lejana la escisión entre “pablistas” y “antipablistas” que se dará unos años más tarde.

(Queda para futuros análisis la conducta de los trotskistas chinos durante la revolución de 1949 y la represión que cargó sobre ellos el régimen de Mao Tse Tung. Si bien es correcto señalar que Mao, a diferencia de Hồ Chí Minh, desoyó a Stalin y expulsó al Kuomintang del gobierno, su conducta hacia los trotskistas también fue la represión.)

Historia oficial
La historia sobre la revolución vietnamita (en especial de izquierda), en general, ha silenciado, tanto el papel llevado adelante por las organizaciones de la Cuarta Internacional como el rol contrarrevolucionario de Hồ Chí Minh.
Esas omisiones y silencios aparecen en los textos de la “historia oficial” de las corrientes de la Cuarta Internacional.

La historia de la IV Internacional, del dirigente del Secretariado Unificado (SU) Pierre Frank (1968), no tiene una palabra sobre la revolución vietnamita (tampoco sobre la revolución boliviana de 1952). Dos revoluciones donde los trotskistas tuvieron el mayor protagonismo con partidos enraizados en las masas obreras. En el caso vietnamita -según los registros- con posiciones independientes y revolucionarias. No fue casualidad. Si en los ’40 y ’50 hubo seguidismo al stalinismo, en las décadas del ’60 y ’70 el SU abrazó abiertamente la causa del foquismo. Hồ Chí Minh era (junto al Che Guevara) una figura emblemática y en las marchas del SU se coreaba su nombre.

En la década del ’90, un historiador del SU, el canadiense François Moreau, denuncia la represión a los trotskistas vietnamitas y el asesinato de Tạ Thu Thâu7. La misma fue retomada en el número 430-431 de Imprecor (publicación del SU) de fines de 1998, en una edición homenaje a la Cuarta. Para entonces, el SU había abandonado el foquismo, abrazado el democratismo y era partidario de los partidos amplios y plurales.

Pero, como señala Simon Pirani8, uno de los pioneros en el estudio de la IV Internacional y Vietnam, tampoco se analizó el rol del trotskismo en Vietnam en los folletos de la llamada corriente “lambertista” (más allá de la referencia del asesinato de Tạ Thu Thâu y otros) ni de la mayoría de las corrientes internacionales7. Los primeros trabajos y estudios históricos sobre el trotskismo vietnamita aparecieron en la década del ’80 y el ’90 cuando comenzaron a publicarse trabajos como los de Ngô Văn Xuyết, uno de los vietnamitas sobrevivientes, que buscaban reconstruir esa carencia.

Una corriente que no elabora su trayectoria, en especial en las revoluciones en las que participaron sus secciones, está seriamente comprometida.



1. Ver Prensa Obrera números 1.524, 1.525 y 1.527.
2. A modo de ejemplo, ver los artículos en The Militant, “La revuelta indochina contra el control francés” de Joseph Hansen (22/09/45) y “Luchadores trotskistas en la vanguardia de la lucha por la liberación de Indochina”, de Robert Brichman (1°/12/45), disponibles en https://www.marxists.org/history/etol/newspape/themilitant/1945/
3. “Contra la guerra de Indochina” (1947, abril), resolución del CEI, Fourth International Vol. 8, N° 6, disponible en https://bit.ly/2PEhF2c. En junio de 1947, Natalia Sedova, viuda de Trotsky, Bejamín Peret y Grandizo Muniz habían suscrito un documento (“La Cuarta Internacional en peligro”) crítico a la dirección que señalaba “por mucho tiempo se ha olvidado apoyar a nuestra sección (en Indochina), e incluso preguntar quién ha asesinado a Tạ Thu Thâu para apoyar, sin una crítica rigurosa, al gobierno estalinista de Ho Chi Minh, tan calurosamente acogido por The Militant y La Vérité”.
4. “La lucha de los pueblos coloniales y la revolución mundial”, disponible en https://bit.ly/2yOEir5
5. Alexander, R. (1991): International trotskism (1929-1985). Duke University Press.
6. Frank, P. (1955): “La revolución colonial después de la Segunda Guerra Mundial, disponible en: http://www.association-radar.org/article97.html
7. Moreau, F. (1993): Combats et débats de la Quatrième Internationale. Québec: Vents d’ouest
8. Pirani, S. (1990): “La Cuarta Internacional en Vietnam. ¿Por qué estudiarla y qué leer?”. Revolutionary History, Vol. 3 N° 2, disponible en: https://bit.ly/2OrxhBy


Leé también:
Trotskismo y stalinismo en la revolución vietnamita de 1945 - 1ra parte
Trotskismo y stalinismo en la revolución vietnamita de 1945 - 2da parte
Trotskismo y estalinismo en la revolución vietnamita de 1945 -3ra Parte


Fuente: https://prensaobrera.com/aniversarios/45099-trotskismo-y-stalinismo-en-la-revolucion-vietnamita-de-1945-3

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera