El lunes 28 venció la conciliación obligatoria dictada por el
Ministerio de Trabajo en el conflicto que, hace ya dos meses, mantienen
los trabajadores de la Anses con la patronal, a partir del descuento
brutal que sufrieron sobre sus salarios en concepto del impuesto a las
ganancias.
Miles de empleados de la seguridad social, con el ingreso de la última
cuota del aumento paritario 2015, ingresaron en la categoría máxima de
ganancias. La distorsión del impuesto llega a niveles absurdos. Con
salarios de entre 17 y 22 mil pesos han sufrido un recorte en sus
haberes de un promedio de 4 mil pesos que, en algunos casos, ha ubicado
sus ingresos por debajo de la canasta familiar valuado en 14.500 pesos e
incluso por debajo de lo que cada uno de ellos percibía en su salario
de diciembre de 2014, previo a los aumentos del 27% obtenidos para 2015.
Los trabajadores sufren un gravamen con una alícuota idéntica a la que
pagan los Paolo Rocca, Grobocopatel y del que están exentos los grandes
pulpos del sistema financiero. Es un adelanto de lo que irá ocurriendo
con centenares de miles de trabajadores más en nuestro país si se
mantiene este impuesto distorsivo y regresivo.
La Anses acaba de absorber 411 millones de dólares del Boden 24 del que
se valió el gobierno para financiar los vencimientos de deuda de este
año. Este ajuste sobre el salario sirve para financiar el pago de la
deuda externa y los subsidios millonarios a las grandes patronales. El
gobierno, además, niega el 82% móvil a los jubilados.
Durante el período de conciliación y por la firmeza y contundencia de
la lucha que mantuvo paralizadas las Unidades de Atención Integral
(Udai) de todo el país durante más de un mes, la patronal se vio
obligada a retroceder parcialmente y conceder una serie de puntos
vinculados con las condiciones laborales así como una compensación de
2.000 pesos hasta diciembre. El recule, sin embargo, no sirvió para
satisfacer las aspiraciones de los trabajadores que ven en la inmensidad
de su lucha la oportunidad para rechazar de plano el descuento sobre
los salarios y reclaman el reintegro del impuesto por parte de la
patronal en forma definitiva como lo han logrado trabajadores bancarios,
de prensa y petroleros. No están dispuestos a postergar una resolución
para diciembre, conscientes del propósito patronal de desmontar la
inmensa huelga para hacer pasar el ajuste.
Por ese motivo, el mismo martes centenares de Udai se adelantaron al
paro de 48 horas convocado por los sindicatos Asociación del Personal de
los Organismos de Previsión Social (Apops) y ATE (UPCN firmó el
acuerdo) y cerraron la atención al público. El jueves, una masiva
movilización a la sede central de Anses mostró que hay resto para seguir
luchando y mejorar sensiblemente la propuesta patronal. Al cierre de
esta edición, sin embargo, ni Apops ni ATE habían formulado un camino
para lograr el triunfo librando a los trabajadores a la confusión y
desorganización.
Habiendo rechazado la propuesta patronal no han publicitado una
contrapropuesta ni convocado a una instancia de deliberación para
diseñar la continuidad del plan de lucha necesario para ganar y el
reclamo de una mesa de negociación para promover la mejora del acuerdo
que rechazaron presionados por las asambleas.
Las Udai de base, el mismo viernes, comenzaron a resolver sus mandatos
conscientes de que la dispersión es el camino de la derrota. Las más
avanzadas reclaman un plenario de delegados con mandato para seguir la
lucha en forma unificada con un paro de 72 horas y una asamblea general
de trabajadores sin distinción de gremio. El triunfo de esta lucha es de
interés de todo el movimiento obrero para que la crisis la paguen los
capitalistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario