Rechacemos la conciliación obligatoria Edición Impresa #1362
El módico descuento anunciado en el impuesto a las “ganancias” no altera su carácter confiscatorio.
Después de las paritarias, el impuesto será mayor porque los aumentos salariales sufrirán un descuento más elevado al aplicarles las alícuotas correspondientes.
El gobierno quiere justificar un techo a las paritarias del 25% -o sea, quince puntos por debajo de la inflación anual real.
La primera respuesta a este “cepo” oficial no tardó en llegar: la Federación de Aceiteros del sur de Santa Fe acaba de declarar la huelga general, por un 42%.
Los bancarios han resuelto una huelga de 24 horas.
En la UOM hay mar de fondo, porque la burocracia aceptó la conciliación obligatoria.
Los docentes universitarios protagonizaron una huelga nacional y debaten cómo seguir.
Aceiteros, bancarios y metalúrgicos son la punta de lanza de un reclamo inocultable: por un nuevo paro de 36 horas, por la abolición del impuesto al salario, por paritarias sin techo y la prohibición de suspensiones y despidos.
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