Hace pocos días, la Cámara de Casación desestimó la denuncia del fiscal
Nisman contra la presidenta por encubrimiento en el caso Amia, una
decisión que el gobierno salió a festejar ruidosamente, como una
victoria decisiva contra la "corporación" judicial.
La Corte Suprema interrumpió rápidamente la fiesta. Primero, invalidó
el listado de conjueces que el kirchnerismo y sus aliados habían
aprobado en el Congreso. Para ello, tomó la iniciativa recurriendo a dos
causas judiciales de larga data y ratificó la necesidad del acuerdo de
dos tercios del Senado para la designación de jueces.
La resolución llegó tras el naufragio de las chances de Roberto Carlés
como reemplazo de Zaffaroni. Tras esto, la siguiente maniobra del
gobierno consistía en ampliar la cantidad de miembros de la Corte -para
lo cual le alcanzan los votos propios- y formar una nueva mayoría afín a
través de los conjueces. Con su fallo, la Corte salió a cruzar esta
operación de tintes menemistas.
Pero, casi en paralelo, los ministros de la Corte apuraron la
re-reelección de Ricardo Lorenzetti como presidente del tribunal por
otros tres años. La designación de la presidencia, ahora consumada en
abril, venía realizándose entre agosto y noviembre. No puede
interpretarse sino como un pronunciamiento.
Elena Highton de Nolasco, señalada como la cortesana más cercana al
gobierno, participó de ambos acuerdos. Días antes, Aníbal Fernández
había puesto a rodar su nombre para suceder a Lorenzetti.
Pero esto no fue todo. La Corte dictó recientemente otros fallos que
afectan a los intereses del gobierno y sus aliados. Por un lado, avaló
la inconstitucionalidad de la reforma constitucional de Tucumán del año
2006, especialmente por los cambios que introducía en la designación de
jueces.
Lo más candente, sin embargo, fue el aval de la Corte a la declaración
de "causa juzgada írrita" del sobreseimiento del ex juez Galeano en la
causa que se le abrió por el encubrimiento de la masacre de la Amia.
Esto podría habilitar la reapertura de causas por corrupción contra
funcionarios del gobierno. Circula la versión de que Bonadío apelaría a
esa misma figura para retomar las denuncias de enriquecimiento ilícito
contra el matrimonio Kirchner en las cuales fueron sobreseídos.
Actualmente, la causa que más acucia al gobierno es, precisamente, la
de Hotesur S.A., que está a cargo de Bonadío.La Cámara ha rechazado la
pretensión del gobierno de sacar de la causa a Bonadío y ahora el
gobierno impulsa una maniobra para que la investigación pase a un
tribunal patagónico amigo. Todo indica que esta causa, que involucra al
núcleo duro de la familia presidencial, tuvo su usina en la Side
conducida por Stiuso. Incluso los fondos buitre pisan información
relacionada para condicionar al gobierno.
El archivo de la denuncia de Nisman dio aire al gobierno. Sin embargo,
como muchos subrayaron, su desestimación no equivale a la absolución y
eventualmente podría ser reflotada. El cerco judicial se mantiene, pero
el derrotero de las causas que involucran a los funcionarios K dependerá
de la evolución de la actual transición política.
Las divisiones al interior del Poder Judicial son brutales. El gobierno
nombró centenares de jueces y funcionarios en distintas instancias.
Ahora apura el paso para la aplicación de la reforma del Código Procesal
Penal, que refuerza la influencia de Gils Carbó y habilita la
designación de 1.600 cargos nuevos.
En las últimas semanas surgió un nuevo actor, hasta ahora ninguneado
por los medios: la rebelión de los empleados judiciales del fuero penal.
Sus principales consignas enfrentan las designaciones a dedo de los
nuevos cargos en desmedro de los actuales trabajadores -que se verían
relegados en la carrera judicial- y la generalizada precarización
laboral.
Este movimiento, plasmado en grandes asambleas y paros, fue precedido
por una amplia renovación de los delegados de los edificios de
Tribunales.
Sus reivindicaciones enfrentan tanto al gobierno nacional como al tándem Lorenzetti-Piumato.
Impulsamos el desarrollo de un campo político independiente de los bloques capitalistas que se expresaron el 18F y el 1M.
La masividad de la movilización independiente del 24 de Marzo y el
afianzamiento del Frente de Izquierda en todo el país, junto a las
luchas de los trabajadores y la juventud, abonan esta perspectiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario