Desde el lunes 4, la Federación Aceitera sigue firme en huelga nacional
por tiempo indeterminado. Las sucesivas audiencias en el Ministerio de
Trabajo con las patronales aceiteras y Tomada no resolvieron el
conflicto. Los aceiteros sostienen a rajatablas el reclamo de un aumento
en paritarias de 42% para 2015. De esa forma, el salario de la
categoría inferior alcanzará los 14.931 pesos, que es el costo de la
canasta familiar de acuerdo con la Unirversidad Nacional de Rosario. Las
cámaras aceiteras ofrecen un aumento de 24%, de acuerdo con el techo
salarial del gobierno.
La huelga nacional por tiempo indeterminado tiene paralizadas 40
plantas de aceites y biocombustibles del país, y más de 20 barcos
paralizados en los puertos. La huelga se desarrolla con mucha fuerza.
Los delegados y los compañeros de la dirección del sindicato recorren
las distintas plantas de la región y el acatamiento es total. Hay una
gran convicción de lucha y se pone de manifiesto en la carpa que
apostaron en la entrada de la planta de Molinos, en la zona sur de
Rosario donde se produce el aceite.
El apoyo y la solidaridad con esta huelga son clave, las patronales y
el gobierno quieren su aislamiento. Sucede que los aceiteros de San
Lorenzo, que no pertenecen a la Federación y están enrolados en la CGT
kirchnerista, aceptaron un plus salarial de 2.000 pesos, para patear una
definición hacia adelante y evitar cualquier reclamo y plan de lucha.
Por otra parte, el ministerio decretó la conciliación obligatoria a la
otra CGT San Lorenzo, enrolada con el moyanismo, conciliación que
acataron. Esta CGT está peleando, junto a la Federación aceitera, el
mismo aumento del 42%, pero para todos los trabajadores tercerizados del
complejo oleaginoso.
Esta huelga tiene una mayúscula importancia para todos los
trabajadores, en momentos donde estallan conflictos en distintos gremios
frente al ajuste paritario que pretende el gobierno. Una victoria de
los aceiteros será un impulso para todo el movimiento obrero en quebrar
el techo salarial. Esto es lo que evalúa el gobierno y las patronales, y
por ello, hasta el momento prefieren perder millones de dólares al
tener frenada la producción y exportación. La pelea, entonces, tiene un
fuerte valor político y estratégico para los trabajadores.
El Partido Obrero desarrolla una campaña por la victoria de la huelga
aceitera e impulsa la organización de acciones de apoyo en el cordón
industrial.
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