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sábado, 8 de marzo de 2014

La vivienda, otro gran escenario de confiscación social

marcelo ramal indoamericano 2014 2Lugano: la lucha por el techo

No hay secretos sobre el origen de las familias que decidieron ocupar el predio lindero a la Villa 20: todas ellas pertenecen a la misma Villa 20. Son los ‘inquilinos villeros’, que pagan hasta 1.500 pesos por piezas minúsculas. En los últimos meses, la carestía feroz volvió imposible pagar esos alquileres, entonces se avanzó en la ocupación. Lugano no sólo es un retrato de la penuria habitacional en la Ciudad, sino también del agravamiento de la miseria social en todos los planos.

Años de fraudes
contra los sin techo

“Mi única garantía es este pedazo de tierra”. Así le respondía un vecino a funcionarios del gobierno que pretendían la desocupación del terreno a cambio de empadronar o censar a los ocupantes, y ofrecerles un subsidio habitacional o ‘tenerlos en cuenta’ (sic) para futuros ‘planes de vivienda’. Los funcionarios de Macri fueron a ofertar lo mismo que estas familias ‘recibieron’ a lo largo de años: papeles y promesas difusas. En 2007, la Legislatura votó una ley para urbanizar la Villa 20, en un paquete de iniciativas que también incluía un polo empresarial farmacéutico. Las obras para los capitalistas ya se hicieron, pero la urbanización de la villa no avanzó.
Hace dos años, el hacinamiento y la falta de obras empujaba a muchos de los actuales ocupantes al Parque Indoamericano. Para desocuparlo, los gobiernos de Macri y CFK prometieron aportar recursos por igual para viviendas en la zona. Fue otro fraude más, para facilitar el desalojo. Los actuales ocupantes de Lugano han capitalizado aquellas experiencias de lucha.

Freno al desalojo,
derrota del macrismo


El viernes 28, cuando se conoció la decisión judicial del desalojo, la banca del Frente de Izquierda reclamó al juez la suspensión del desalojo, y exigimos a los legisladores una reunión inmediata de la Comisión de Vivienda junto a los delegados de los ocupantes. Durante la tarde, y junto a los legisladores Gustavo Vera y Alejandro Bodart, realizamos asambleas con las familias de la toma, informando sobre nuestra iniciativa. En una larga conferencia de prensa, denunciamos la crisis habitacional y las promesas incumplidas de Macri y los K. Allí donde el macrismo y el kirchnerista Sergio Berni habían instalado una cuestión penal, pusimos de manifiesto una enorme necesidad popular incumplida.

Nada de esto modificó los aprestos del juez, atizado por una fiscalía a las órdenes de Macri. Pero a esa altura, un cordón humano de legisladores, dirigentes sociales y luchadores vecinales de la zona se interpuso entre el enorme operativo de la Policía Metropolitana y los ocupantes. Adentro del predio, los vecinos expresaban su decisión de resistir. En ese cuadro, el desalojo violento se ‘cayó’. Cuando la Metropolitana inició su retirada, la toma se transformó en una gigantesca asamblea: “el pueblo, unido, jamás será vencido”. Enseguida, se resolvió reforzar la organización interior, enormemente moralizada por la victoria obtenida.
Los K, a la derecha de Macri

Apoyados en la firmeza de los ocupantes, le hemos infligido al macrismo un traspié. Berni le reprochó al gobierno PRO no haber concretado un desalojo rápido; Cristina reafirmó este punto de vista en su discurso del Congreso.
En oposición al desalojo, reivindicamos la urbanización integral de la Villa 20, integrando al terreno ocupado y otros predios ociosos de la zona.

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Nuestro programa
 

Durante la ‘década ganada’, la población en villas de la Capital creció de 100.000 a 170.000 personas. Actualmente, el 6% de los porteños viven en villas y asentamientos, un porcentaje cuatro veces superior al de comienzos de los años 80. Las estadísticas hablan por sí solas respecto del derrumbe social de una Ciudad que exhibe, por otro lado, a sus shoppings, centros de diseño o emprendimientos inmobiliarios. Pero es necesario caracterizar en qué ha consistido la explosión villera de los últimos años. Una parte importante de los nuevos inquilinos villeros son trabajadores precarizados o jubilados que alquilaban en departamentos, pensiones u hoteles. El alza brutal de los alquileres, al calor de la especulación inmobiliaria y de la ausencia completa de viviendas sociales, por un lado, y la caída del poder de compra del salario y de las jubilaciones, por el otro, empujaron a muchos de ellos a la villa. En éstas, se ha desarrollado otro negocio inmobiliario a costa de la miseria social extrema: el alquiler de casas o incluso de piezas, que hoy se cotizan a unos mil pesos por mes. Naturalmente, quienes manejan este negocio son punteros unidos por múltiples lazos a los partidos que gobiernan en el país o en la Ciudad. Cuando los Macri o Berni atribuyen las ocupaciones de tierras a las “mafias villeras”, no dicen que esos mafiosos tributan a sus propios aparatos políticos. Tampoco aportan ninguna salida a las miles de familias que son víctimas de esos mismos punteros.

Pero desde el estado, los Macri y K trabajaron activamente a favor de esta confiscación social. En el caso de la Ciudad, el Instituto de Vivienda ha sido virtualmente liquidado. La politica de villas está manejada por la Unidad de Gestión e integración social (Ugis), un organismo de punteros macristas que montó un régimen asistencial al servicio de la cooptación de los dirigentes villeros. La otra pata de la politica villera del PRO es…la Corporación Buenos Aires, cuyo directorio -con participación de macristas y opositores- tiene a su cargo la preparación del sudeste porteño como futuro enclave inmobiliario. Al servicio de esos objetivos, se ha diseñado el llamado “Plan Maestro”, que contempla la privatización de centenares de hectáreas de tierras públicas en la Comuna 8. En esa orientación social, es claro que la `política de villas` se limita a contener la expansión de los actuales barrios y bloquear cualquier iniciativa de urbanización, que obligaría a aportar tierras ociosas a las que ocupan actualmente los barrios precarios. Por esa razón, las leyes que imponen esa urbanización, por caso, para la Villa 31 o la Villa 20, nunca se ejecutaron. Mientras tanto, el PRO y el kirchnerismo han avanzado en el remate de terrenos ferroviarios y tierras públicas en beneficio de IRSA y otros grupos capitalistas.

La ocupación de los terrenos linderos a la Villa 20 han vuelto a colocar a la orden del día la lucha por el techo y la necesidad de un programa.

1. La Corporación del Sur, ese gran `cofre` de tierras con fines capitalistas, debe ser disuelta. En su lugar, planteamos la reserva o protección de las tierras públicas del sudoeste porteño con destino exclusivo para vivienda social y espacios públicos verdes, sanitarios o educativos.

2. A partir de un censo realizado bajo control de delegados villeros electos, que integre también a quienes alquilan, debemos avanzar en la exigencia de una urbanización integral, que una a las villas con el conjunto del tejido urbano.

3. El Banco Ciudad -actualmente bajo los agentes polìticos de IRSA-debe ser dirigido por representantes electos de organizaciones obreras junto a los movimientos que luchan por el techo, para financiar una gigantesca inversión a favor de quienes viven de su trabajo.

4. Por impuestos progresivos e incluso confiscatorios sobre el gran capital inmobiliario y la propiedad ociosa, para abatir el valor del suelo y de la propiedad y aportar al financiamiento de la vivienda popular.

Colocaremos este programa al debate de delegados de villas, del movimiento obrero y de la juventud de la Ciudad, por una iniciativa legislativa que sirva para impulsar una gran movilización política por el techo.


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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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