Las invocaciones vacías y marketineras de Larreta, Lousteau y Recalde
para ser votados ignoran por completo al hecho que sacude a la Ciudad en
este cierre de campaña: los colegios porteños están sacudidos por una
crisis de fondo, que se expresa hoy en un reguero de tomas. Las razones
son claras: por un lado, el derrumbe edilicio, que las secundarias
comparten con el conjunto del sistema educativo de la Ciudad. Un estudio
de la Asociación de Cooperadoras revela que el 72% de los edificios
escolares está en pésimo estado. El presupuesto 2015 para
infraestructura es el mismo que el del año pasado, lo cual implica una
reducción en términos reales del orden del 25%. Pero esos recursos
limitados, además, se dilapidan en múltiples tercerizaciones, en favor
de empresas de obra y mantenimiento que están ligadas a la camarilla
PRO.
La patria contratista amiga de Macri ha decuplicado sus contratos
con hospitales y escuelas, pero el desquicio está a la vista.
La otra cuestión que sacude a los colegios es la aplicación de la
"nueva escuela secundaria" (NES), que ha reducido drásticamente la
diversidad de títulos que ofrecía la enseñanza media en la Ciudad -ello,
junto al recorte de materias y horas cátedra, en perjuicio del derecho
al trabajo de los docentes y de la formación integral de los
estudiantes. Las reorganizaciones curriculares, por otra parte, exigen
una disponibilidad de aulas que los colegios secundarios no tienen. La
"NES", sin embargo, no es una invención macrista: se trata de la
aplicación en la Ciudad de la nueva ley de educación kirchnerista, que
simplifica y degrada a la enseñanza media en sintonía con las
recomendaciones del Banco Mundial. El silencio de Recalde sobre lo que
ocurre en las escuelas es explicable: Larreta y Macri están aplicando en
la Ciudad la línea que baja desde el Ministerio de Educación nacional.
Lousteau denuncia el deterioro de la educación y el deplorable estado
edilicio. Pero sus sostenedores políticos, el radicalismo que gobierna
la universidad en cogobierno con el PRO y el kirchnerismo, ha sometido a
la universidad pública a la asfixia presupuestaria y la degradación de
sus carreras en aras del negocio de los posgrados arancelados. Al igual
que la Ciudad PRO, la universidad de los socios de Lousteau es una
gigantesca caja negra, cimentada sobre la precarización laboral de miles
de docentes.
La cuestión clave de la Legislatura
La elección de la Ciudad transcurre en medio de otro gran ocultamiento.
Nos dicen que la cuestión decisiva en los comicios del próximo 5 de
julio es la elección del futuro jefe de Gobierno. Pero ello no se
resolverá en esta elección: es claro que Larreta no obtendrá el 50%
necesario para ganar sin segunda vuelta. Por lo tanto, la sucesión de
Macri en la Ciudad se resolverá el 19 de julio. En cambio, lo que las
elecciones del 5 consagrarán sin "segundas vueltas" es la composición de
la futura Legislatura. El silencio sobre esta cuestión anticipa los
futuros pactos que los candidatos de Larreta, Macri o Lousteau
consagrarán en la futura Legislatura. Lo que el movimiento de lucha por
la educación -pero también aquellos que se movilizan por el hospital
público o por el derecho a la vivienda- se pregunta es: ¿qué Legislatura
necesitamos? En este punto, es decisivo que a los atropellos del
macrismo y sus cómplices le opongamos un bloque de legisladores del
Frente de Izquierda. En los últimos días, nuestra campaña por
"legisladores de izquierda" se ha entrelazado con las luchas educativas:
en la comisión de educación y en el recinto, hemos reclamado el
tratamiento de dos proyectos que dan de lleno en la crisis educativa:
uno plantea suspender la aplicación de la NES por dos años, abriendo una
deliberación a la escala de todos los colegios respecto de su contenido
estratégico y su aplicación. El otro proyecto reclama la declaración de
la emergencia edilicia en todas las escuelas de la Ciudad, con un
refuerzo presupuestario y un plan de obras bajo control de la comunidad
educativa. Hemos reclamado, en el recinto y en la Comisión de Educación,
el tratamiento preferencial de ambos proyectos, con el apoyo creciente
de docentes, padres y alumnos.
Invitados por ellos, reforzamos en estos días las visitas a numerosos
colegios. Junto con ello, reforzamos la presencia callejera con una
campaña que opuso afiches con programa -salud, educación, vivienda,
trabajo- a la vacuidad de los candidatos que, en la Ciudad, representan a
Macri y a Scioli.
En estos diez días, con presencia sonora, mural y recorridas a fondo,
vamos a llevar a toda la Ciudad nuestra consigna: "legisladores de
izquierda, por el derecho al trabajo y a la vivienda, por la educación y
la salud pública".
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