“MEGACAUSA” ESMA
Partido Obrero
Desde noviembre de 2012 se está llevando adelante el tercer tramo de la causa Esma, donde se juzga a 67 genocidas por más de 800 casos de detenidos-desaparecidos que pasaron por la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) durante la última dictadura. Se lo considera el “más grande de la historia” por cantidad de imputados y víctimas. Declararán alrededor de 2.000 testigos. Se estima que las audiencias se prolongarán al menos un año más. Sin embargo, la llamada “megacausa Esma” no habrá terminado entonces: quedarán otros tramos por delante que insumirán nuevos juicios.
Varios de los represores que están
siendo juzgados en este “tercer tramo” fueron juzgados antes, con
diferentes resultados (condenas, absoluciones). Casi ninguno de ellos
tiene condena firme y un tercio cumple “prisión domiciliaria”, que nadie
custodia. Ya ocurrió que uno de los genocidas, el macabro ginecólogo
Jorge Magnacco -uno de los encargados de la maternidad que funcionaba
dentro de la Esma- fue escrachado mientras paseaba por Recoleta, luego
de haber concurrido a declarar a una de las audiencias. Al comienzo del
juicio, la querella que integra Apel -como parte del colectivo Justicia
Ya!- había solicitado en forma solitaria que se revocaran esos
beneficios. A pesar de la violación sistemática de estas condiciones de
“detención”, el Tribunal Oral Federal N° 5 todavía mantiene “en estudio”
el planteo.
En el banquillo de los acusados se
encuentran represores como Astiz, Rolón, Cavallo, Rádice. No sólo
asesinaban, torturaban y se robaban a los hijos de los compañeros:
incluso armaron una “inmobiliaria” para hacerse de los bienes de los
secuestrados. También están imputados algunos civiles; entre ellos, Juan
Alemann, el ex secretario de Hacienda cuando José Martínez de Hoz
ocupaba el Ministerio de Economía. Su paso por la Esma como “invitado de
honor” de los marinos y su presencia durante sesiones de tortura están
ampliamente comprobadas. También están siendo juzgados Gonzalo Alvarez
de Tolosa, el “Teniente Vaca”, un abogado cómplice de los genocidas, que
además ejerció su defensa durante los primeros juicios, y los pilotos
que participaban en los “vuelos de la muerte”.
Apel está presente desde el inicio, en cada una de las audiencias. El lector podrá encontrar una crónica diaria del desarrollo del juicio en nuestro nuevo blog: http://apelabogados.blogspot.com.ar/.
Apel está presente desde el inicio, en cada una de las audiencias. El lector podrá encontrar una crónica diaria del desarrollo del juicio en nuestro nuevo blog: http://apelabogados.blogspot.com.ar/.
Los juicios, en números
Luego de la anulación de las leyes de
obediencia y de punto final, en 2006 comenzaron a llevarse adelante los
juicios contra los genocidas (por presión de la bancada oficialista, el
Congreso no anuló los indultos de Menem, declarados inconstitucionales
por la Corte Suprema recién cuatro años más tarde).
Al día de la fecha, después de siete años (y a casi 40 del golpe de Estado de Videla y compañía) se dictaron sentencias en 93 causas relacionadas con los crímenes de la dictadura, pero fueron juzgados apenas 405 represores, 35 de los cuales fueron absueltos en diferentes tramos. Apenas 28 genocidas agotaron la vía recursiva y tienen condenas firmes. Tratándose de septuagenarios, la abrumadora mayoría nunca pisará la cárcel. De hecho, fallecieron impunes más de 300 represores que habían sido procesados. Unos 70 genocidas, además, se encuentran prófugos actualmente.
A pesar de los acuerdos de la Cámara de Casación, bendecidos por la Corte Suprema, para “agilizar” los juicios, éstos se desarrollan a cuentagotas y con siderales demoras. El 54,2% de las causas iniciadas se encuentran todavía en etapa de instrucción -es decir, de investigación. Apenas el 16,2% de ellas fue elevada a juicio. Actualmente, hay en curso once causas en la fase de juicio oral. Se estima que antes de fin de año arrancarían otros tres, y en febrero de 2014 está previsto que comience el correspondiente a la causa El Vesubio II.
En todos los casos, las pruebas son
aportadas exclusivamente por las víctimas y las querellas. La Secretaría
de Derechos Humanos es apenas una cámara de registro. El Estado no
aporta ningún archivo ni elemento de prueba. Conocidas las nóminas de
integrantes del Servicio de Inteligencia Naval y del Batallón 601, por
ejemplo, esas listas duermen en los cajones de algún juzgado. En la
causa Esma, sin ir más lejos, denunciamos a 402 integrantes del Servicio
de Inteligencia Naval, pero no ha sido llamado a declarar ni siquiera
uno de ellos. Por otra parte, los civiles que están siendo juzgados no
superan la docena y la cúpula eclesiástica no ha sido tocada. Si los
juicios se desarrollan, ha sido por la tenaz movilización de familiares,
sobrevivientes, organismos de derechos humanos y organizaciones
populares.
• Perpetua y cárcel común a todos los
represores por todos y cada uno de los compañeros. Juicio y castigo a
sus cómplices políticos, empresarios y eclesiásticos.
• Apertura de los archivos de la
dictadura. Separación de todos los implicados que aún revisten en
actividad en las fuerzas armadas y de seguridad.
• Aparición con vida de Julio López.
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