The people united will never be defeated - ¡Proletarios del mundo, uníos!

domingo, 25 de junio de 2017

La lucha por un partido obrero

22 de junio de 2017 | #Prensa Obrera 1463 | Por Roberto Gramar y Christian Rath

El ¿Qué Hacer? criticó la conciencia economicista -el culto a la espontaneidad sindicalista por las mejoras parciales carentes de una lucha política contra el Estado-, llamó a superar el trabajo artesanal, a defender el carácter socialista de la agitación política e instaló al periódico como organizador colectivo y nacional del partido.

Pero la represión bajo el zarismo en los finales del siglo XIX e inicios del XX era brutal y la clase obrera recién comenzaba su experiencia y su diferenciación política. El POSDR, el partido obrero social demócrata ruso, se construyó en base a los komitetchiki, los hombres de comité, muchos de los cuales no eran obreros. Se dedicaban día y noche al partido, caían presos y eran muy sacrificados y disciplinados. Había estudiantes y jóvenes abnegados provenientes de la pequeño burguesía. Los comités diseminados por toda Rusia apenas si tenían una minoría de obreros. Los profesionales se cooptaban, no eran electos…

En 1905 se produjo un viraje fundamental. El proletariado y su vanguardia tomaron la iniciativa y su creación más avanzada fueron los soviets. Los obreros se volcaron al partido. Dice Chretien: “En medio de la revolución floreció la izquierda socialista. En los años previos al famoso Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia de 1903, en el cual los bolcheviques y mencheviques primero se unificaron y luego se dividieron… se contaban más o menos unos diez mil miembros del partido en las diversas facciones. Durante el evento conocido como el Congreso de la Unidad en la primavera de 1906, decenas de miles se habían unido, y para el Congreso de 1907 la afiliación había ascendido a casi 150.000 miembros, a pesar de la brutal represión”. Lenin percibió que las condiciones de la lucha por un partido enraizado en las masas se habían modificado y puso el acento en un cambio cualitativo de la organización. Se asistía a un período de gran politización y legalidad en el cual los agitadores y organizadores de la vanguardia intervenían abiertamente. Lenin planteó “constituir sin pausa nuevas organizaciones del partido… legales y semilegales” y apuntar a una mayoría abrumadora de obreros y de jóvenes en los comités.

Había también una razón más directamente política sobre la que insistirá Lenin: los intelectuales podían estar más atentos a las sirenas constitucionalistas que entonarían el zarismo y la burguesía.

Tempranamente, en el tercer congreso del POSDR (abril de 1905), Lenin había planteado que “incorporar obreros a los comités no es sólo una tarea pedagógica sino también política. Los obreros tienen instinto de clase y, con un poco de entrenamiento político, se convertirán bastante rápidamente en socialdemócratas firmes. A mí me parecería muy bien que en nuestros comités hubiera ocho obreros por cada dos intelectuales”. La resolución no fue aprobada.
Lenin aceptó esta derrota confiado en la sólida consolidación del partido y en su liderazgo.

De este modo, se desenvolvió la lucha por la diferenciación con la intelectualidad. La primera premisa teórica de la socialdemocracia rusa y del bolcheviquismo -la revolución rusa será obra del proletariado- lo había apartado del viejo populismo. El devenir de esta concepción en una estrategia política contra el Estado lo llevó a la lucha por la centralización del partido. Un tercer movimiento lo apartó del economicismo y del trabajo artesanal. Un cuarto movimiento llevó al proletariado a convertirse en agente de la revolución en la encarnadura concreta de un partido.

La batalla final


Luego de sufrir un nuevo ataque que lo debilitó aún más en la noche del 22 al 23 de diciembre de 1922, Lenin solicitó a su médico que lo autorice a dictar durante cinco minutos. El 23 comenzó a dictar lo que será conocido como "El Testamento de Lenin", publicado sólo años después. A esta altura, el líder revolucionario estaba sometido al control burocrático de Stalin, que había sido investido del derecho a vigilar su tratamiento, sus escritos, sus entrevistas.

El "Testamento de Lenin" es una denuncia del proceso de burocratización en la URSS y de la responsabilidad de Stalin en él. En el origen se encuentra la cuestión nacional, el poder que ha acumulado Stalin, la prepotencia que lo caracteriza, la parálisis burocrática, la herencia presente del aparato burgués y del absolutismo zarista.

Como antídoto, Lenin propuso ampliar el número de miembros del Comité Central a 50 ó 100 para elevar su autoridad e impedir los conflictos de "pequeños grupos". En una nota del 26 de diciembre sostuvo, además, que "El nombramiento de numerosos obreros en el CC ayudará a mejorar nuestro aparato, que es realmente defectuoso... algunas docenas de obreros que entrarían al CC podrían mejor que nadie comenzar la tarea de verificar, de mejorar y de recomponer nuestro aparato. Los obreros que integrarán el CC no deben, a mi juicio, ser reclutados entre aquellos que hayan efectuado una larga estadía de trabajo en los Soviets... Entre los obreros miembros del CC deben figurar principalmente los obreros situados debajo de esta capa que, desde hace cinco años, ha integrado las filas de los funcionarios de los soviets, y deben pertenecer más bien a la masa de simples obreros o simples campesinos…".

La reflexión de Lenin, en un momento crucial de la revolución y cuando su energía vital se está agotando, fue profunda: para combatir al aparato burgués que estaba ahogando la revolución debía recurrirse a la vanguardia de la clase obrera que ahora aparecía definida no por su participación en los soviets (porque son funcionarios y pueden ser burócratas), sino por su carácter de simples explotados que aceptan la carga de las tareas políticas. El ejercicio del poder en las condiciones de la revolución rusa y de su desarrollo posterior (aislamiento, guerra civil, retroceso productivo, cansancio político, burocratización) replanteó la urgencia de organizar la presencia masiva de obreros en los órganos dirigentes del partido y del Estado.

Esta batalla política encalló en el XII Congreso de abril de 1923, que Stalin logró dominar.

Quince años después

Esta lucha seguirá siendo la prueba de fuego decisiva en la transformación de una vanguardia obrera en partido. Se habría de expresar en 1937/1940 cuando León Trotsky tuvo que emprender la tarea de agrupamiento de los dispersos núcleos de la vanguardia obrera y revolucionaria en las condiciones creadas por el fascismo y la contrarrevolución estalinista. Advertiría que una importante franja de los allegados a la IV Internacional “vino a nosotros de la Internacional Comunista en su período de declinación o de la Segunda Internacional. Estas son malas escuelas”, desde el momento que la experiencia, refiriéndose en particular a la sección norteamericana (SWP), había revelado que “amplios círculos del partido carecen de una firme educación teórica”, siendo que “la penetración del partido en los sindicatos y en los medios obreros… exige la elevación de la calidad teórica de nuestros cuadros”. En el SWP se había abierto el debate sobre el carácter de clase de la Unión Soviética y la vigencia de la consigna de Trotsky “por la defensa incondicional de la Unión Soviética”. Refiriéndose a una fracción revisionista, predominantemente pequeño burguesa, Trotsky escribirá que no se trataba de un caso aislado, expresaba “el destino de toda una generación revolucionaria que, debido a una especial coyuntura de condiciones históricas, creció al margen del movimiento obrero” y que la clave de la crisis era el conservatismo de los elementos pequeño burgueses, inmensamente valiosos, pero que no habían pasado por la escuela de la lucha de clases. Tan tempranamente como en 1937, antes del estallido de la crisis en el SWP, planteará que no se trataba de impedir la afluencia de intelectuales sino de “orientar prácticamente a toda la organización hacia las fábricas, las huelgas, los sindicatos…” y llegará a proponer una medida extrema: establecer “una regla general: el miembro del partido que no consiga traer al partido a un nuevo obrero en el término de tres o seis meses no es un buen miembro del partido”.
Emprendió la misma lucha de Lenin, con sus mismos argumentos y casi sus mismas palabras: “La IV Internacional admitirá entre los emigrados de la pequeño burguesía únicamente a aquéllos que hayan roto completamente con su pasado social y hayan adoptado definitivamente el punto de vista del proletariado. Este cambio teórico y político debe estar acompañado por una verdadera ruptura con el viejo medio ambiente y el establecimiento de una íntima ligazón con los trabajadores, en particular con la participación en el reclutamiento y educación de obreros para el partido”. Explicará las circunstancias de este proceso: "Se trataba ante todo de las condiciones creadas por el triunfo del estalinismo y el bastardeo total del programa, de los principios, de la práctica”. Advertiría que los obreros debían constituirse en columna vertebral y cabeza del partido y participar “activa y mayoritariamente” en su dirección, a condición de haberse desarrollado como “agitadores y organizadores de su clase y no como revolucionarios profesionales”.

Fuentes:
 
PO N° 1.444, "La formación del Partido Bolchevique", Gramar/Rath. 
​Lenin; Obras Completas, Tomo VIII, Cartago, Buenos Aires, 1957.
​Trotsky; Stalin, Ediciones El Yunque, Buenos Aires, 1975.
​Lenin; Obras Completas, Tomo X, Cartago, Buenos Aires, 1957. 
​Trotsky; En Defensa del Marxismo, "Amerindia", Buenos Aires, 1958.
Todd Chretien; Antes de Febrero, www.jacobins.com.ar, 2017. 
 

No hay comentarios:

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera