¿La de Lear es una patronal buitre que, sencillamente, “viola las leyes
argentinas”? Es lo que dice también una carta al embajador
norteamericano, a quien se ha pedido, contradictoriamente, mediar en el
conflicto. Sería una noticia sensacional ver a un yanqui empeñado en que
se respeten las normas vigentes en Argentina. Capitanich y CFK, sin
embargo, no creen que haya ocurrido algo así, porque ni se han mosqueado
ante el despido de 200 trabajadores de la metalmecánica.
¿Cuáles serían las “leyes argentinas” que habrían sido violadas: las
indemnizaciones ofrecidas a los obreros de Lear? Los trabajadores en
lucha las han rechazado porque defienden el derecho al trabajo, no
porque violen alguna ley. En una operación de vaciamiento, la patronal
de Lear importó cables, en forma perfectamenet legal, o sea con la
autorización de las entidades impositivas, aduaneras y de Industria.
Pignanelli firmó un convenio con la patronal en 2012, que remunera un
40% menos a los nuevos obreros, y de este modo incentivar el despido de
la planta en actividad. Todo está autorizado por ley laboral
kirchnerista, copiada de la Banelco, que autoriza el convenio por
empresa y a la baja.
En Donnelley se aplicaron los Repro, que forman parte del cuerpo legal y
de las medidas “nacionales y populares” de subsidios a las patronales
con dinero de los jubilados. La patronal requirió también la aplicación
del “legal” recurso de crisis, una delicia legal argentina que autoriza a
suspender la vigencia del convenio colectivo. Luego la patronal apeló a
pedir quiebra, acumulando ella misma los elementos para justificarla
ante la justicia. Esta hizo cumplir “la ley argentina” y habilitó el
proceso que permitió cerrar la planta.
Ahora Cristina conmocionó a la Unión Industrial pidiendo la aplicación
de otra “ley argentina” a Donnelley: la antiterrorista. Esta “ley
argentina” es inspiración política y literaria del Departamento de
Estado norteamericano. Se trata de una ley que complementa la acción de
la IV Flota, la diplomacia imperial y las crecientes bases
norteamericanas en América Latina. La designación y tenaz sostenimiento
de Milani al frente del Ejército ha sido vinculada a esta “ley
argentina”.
Los trabajadores de Donnelley, toda la izquierda y hasta varios K nos
hemos opuesto terminantemente a la aplicación de esta ley, sin importar
si afecta a la patronal de Donnelley; sería antecedente para usarla
contra el movimiento popular. Que la patrona vaciadora sea expropiada y
empresa funcione bajo gestión obrera, no figura entre las “leyes
argentinas” - se trata de una salida transicional que depende del grado
de movilización de los trabajadores, algo que olvidan los que se llenan
la boca con ella.
La idea de la violación de las “leyes argentinas” fue mentada hace
cinco años por el PCR en el conflicto de Kraft, algo lógico en una
corriente que enarbola la unidad de la clase obrera con la burguesía
nacional. El Secretario General del Sutna San Fernando, por el
contrario, planteó en el plenario convocado el sábado pasado, en apoyo a
las luchas de Donnelley y Lear, que la patronal nacional es tan buitre
como las multinacionales, como lo demuestra la experiencia de los
obreros de Fate, del monopolio de Aluar, cuya patronal es ‘nacional’.
Fue una conclusión política profunda, una verdadera lección.
El nacionalismo, en los países oprimidos, juega un rol progresista,
solo en forma circunstancial y de un modo excepcional – es por regla
reaccionario, porque enfrenta a la clase obrera.
Néstor Pitrola
No hay comentarios:
Publicar un comentario