Edición Impresa #1353 | Por Savas Michael-Matsas, dirigente del EEK de Grecia
El 20 de febrero, el gobierno griego de Syriza, en coalición con los
nacionalistas de derecha de Anel (Griegos Independientes) capituló ante
el chantaje de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI y
firmó el acuerdo con el Eurogroup. Por él, aceptó extender por cuatro
meses el denominado "programa de rescate", de austeridad draconiana, sin
siquiera obtener el dinero de la UE y el BCE que venía atado con este
programa; sólo después de una revisión de las "reformas", implementado
por el gobierno griego, se proporcionará ese dinero a finales de abril.
Mientras tanto, Grecia tiene que pagar ya, en marzo, y sólo al FMI,
1.400 millones de euros. El Estado griego y los bancos se están quedando
sin liquidez por la enorme fuga de capitales de los últimos tres meses y
una dramática caída de los ingresos fiscales, mientras que Mario Draghi
-el presidente del BCE- mediante un golpe de estado financiero, cortó
toda financiación a Grecia, a principios de febrero, por parte del BCE,
además de la ELA (Asistencia de Liquidez de Emergencia). Ahora, la
reunión del BCE en Chipre tiene que decidir si el ELA se discontinúa o
no.
La capitulación de los dirigentes de Syriza es una clara ruptura con el
mandato popular expresado en las recientes elecciones griegas, que
planteó poner fin a la austeridad y cancelar la mayor parte de la
insostenible deuda externa de Grecia. Provocó confusión y disconformidad
en la base popular de Syriza (que se expandió después de las
desafiantes declaraciones iniciales de la UE y la troika por el nuevo
gobierno). Hay, además, una enorme crisis en las filas de Syriza. En la
reunión de su comité central, el fin de semana del 28 de febrero al 1º
de marzo), el 40 por ciento de los dirigentes votó en contra del acuerdo
con el Eurogrupo.
El acuerdo es precario, y se puede romper en cualquier momento. Es una
fuente de nuevas crisis. El chantaje de Berlín, Bruselas y Washington
continúa, mientras las autoridades griegas se enfrentan, este año, a una
infernal e interminable serie de pagos a los usureros internacionales;
particularmente en marzo, con 1.400 millones de euros al FMI y, a
finales de junio-principios de julio, con otros 6.700 millones al BCE y
el FMI. Este fin de semana el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis,
declaró que la deuda con el FMI sería pagada a toda costa: "No vamos a
ser el primer país que no cumple con nuestras obligaciones con el FMI.
Vamos a exprimir sangre de las piedras si es necesario para hacerlo por
nuestra cuenta, y lo haremos", dijo. La capitulación no impidió que la
tortura continúe, con otra vuelta de tuerca.
A pesar de algunas "medidas humanitarias" de emergencia de asistencia
social, la austeridad prosigue. En los hospitales, los trabajadores
están preparando una nueva huelga contra la falta de financiamiento. Las
huelgas están empezando a reclamar contratos salariales regulares y el
fin de la la barbaridad de la "flexibilidad laboral" y el "trabajo
negro".
Nuevos ataques
Para agregar insulto a la injuria, el gobierno presentó su capitulación
como una... "victoria", y lanza nuevos ataques a los derechos de los
trabajadores, presentándolos como medidas necesarias para estabilizar la
economía. La más escandalosa, ahora, es el intento del gobierno de
transferir los activos de los fondos de pensión de los trabajadores al
Banco Central, transformándolos en repos (contratos financieros) y
sacando la sangre de los trabajadores para pagar al vampiro del FMI este
mes.
Pero la resistencia de los trabajadores a este robo aún no está quebrada.
La radicalización y politización entre los trabajadores y las masas
populares empobrecidas no sólo no se han detenido en Grecia, sino que se
están profundizando y ampliando. El EEK (Partido Revolucionario de los
Trabajadores) emitió una declaración de su comité central, el 28 de
febrero, analizando la nueva situación y delineando las nuevas tareas.
Nuestro trabajo revolucionario inició una nueva etapa con la Conferencia
de Trabajadores del fin de semana pasado. A finales de marzo, una
campaña en contra de las privatizaciones y el desempleo, contra la
austeridad y por la cancelación de la deuda, estarán en marcha en todo
el país.
Nuestra línea general es: ¡No a la capitulación a los gángsteres de la
UE / BCE / FMI! ¡Ruptura con la mafia imperialista! ¡Abajo la
colaboración de clases con el capital griego y extranjero y sus
partidos! Por un plan de emergencia para satisfacer las necesidades
sociales, mediante la expropiación de los bancos y los sectores clave de
la economía, poniéndolos bajo control y gestión de los obreros. Por el
poder obrero y la unificación socialista de Europa, desde Lisboa a
Vladivostok, sobre las ruinas de la Unión Europea imperialista.
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