El viejo truco del error humano para tapar la emergencia en el transporte

22/2/2012

Tragedia ferroviaria en la estación de Once: hay 49 muertos y más de 600 heridos

El accidente de Once, el tercero más grave de la historia

Andate Schiavi LPQTP y quita de Concesion del Sarmiento a Cirigliano - Grupo Plaza . Para que m se creó la SOF SE ? Para que Cirgliano siga maando argentinos y Schiavi dando vergüenza ajena ?

Camilo Blajaquis

No les basta con hacernos viajar como ganado hacia el matadero urbano, ahora también nos matan antes de llegar... dolor inmenso

Año 4. Edición número 174. Domingo 18 de septiembre de 2011

Diego Long

Delegados ferroviarios y de la línea 92 advierten que las condiciones laborales que padecen y la falta de inversión privada son deliberadamente excluidas del debate público.

En la empresa a Beto se lo respetaba como se respeta a los que son trabajadores, a los que cumplen, son confiables. En fin, Filiberto Gallardo era respetado en la línea 92 como suelen serlo las buenas personas. Y apenas tenía 35 años. En la casita que se había ido haciendo en Catán, a fuerza de vueltas y más vueltas del hospital Ferroviario al Puente 12, vive su compañera de hace 18 años, Soledad, y sus dos niños, de cinco y 10, que eran todos los hijos que ambos habían programado tener. Beto no llegó a cumplir los seis años en la empresa. El martes murió dentro del interno 52 que tanto lo acompañó y que tampoco volverá a circular. Un tren lo agarró en el cruce de la calle Artigas, a metros de la estación Flores de la ex línea Sarmiento. Con él, otras diez historias se terminaron. Y se accidentaron otras 228, contando a los maquinistas.
No eran las seis y media de la mañana. La escena era imponente, los gritos desgarradores, un colectivo aplastado como una lata, un tren desparramado sobre las vías, gente que se arrojaba por las ventanillas, y el cielo aún oscuro resaltaba la roja intermitencia del semáforo. A nadie, allí, en ese momento, se le ocurrió culpar al martes 13.
Después, lo de siempre. Confusión, urgencia, diez dotaciones de bomberos, cincuenta ambulancias del Same y un helicóptero en medio de Rivadavia. Las primeras versiones, los movileros del turno mañana y los funcionarios que verificaban la ajenidad de la culpa.
Un segundo capítulo tuvo a los primeros videos como protagonistas. En ellos se ve a una persona con vestimenta ferroviaria asesorando a los automovilistas. Se ve una barrera que no está levantada ni baja. Se ven otros coches pasando por el costado más alto de la viga blanca y roja, antes del accidente. Se ve a un camión de la basura, detrás de cuyo paso queda rota la punta de la barrera y se ve al colectivo cruzando groseramente. Después, el desastre. No se ve en ningún lado cuando el colectivo llega al lugar, que es cuando le podrían haber hecho señas. No es la cuestión, de todas formas.
Lejos de apaciguar, las imágenes multiplicaron las versiones. Y las preguntas. El vocero de TBA, Gustavo Gago, dijo y se desdijo más de una vez. Llegó a afirmar ante cámaras que el guardabarrera se había retirado del lugar antes de que llegara su relevo, lo que originó un mensaje desgarrador que le dirigiera la viuda de Gallardo pero, al final, ni era un guardabarreras, ni hay guardabarreras en los pasos con sistema automático, ni se retiró antes de tiempo, ya que su obligación consistía en partir una vez que el Tren de Trabajo (que repara las vías) se hubiera ido, tal como lo hizo. Es más, ni siquiera es empleado de TBA. Sino que es parte de la vigilancia privada que TBA contrata a la empresa JB, que supo tercerizar contingentes de trabajadores ferroviarios, pauperizados en maniobras poco claras entre empresarios y sindicalistas. Finalmente, la empresa tuvo que reconocer que la barrera tenía falencias pero, de todos modos, se escudó en que igualmente “la barrera a 45 grados no se debe trasponer”. Ya se hablaba de responsabilidades, de los operarios del ferrocarril al no avisar de la rotura, de los agentes de la policía Metropolitana, que no atienden ninguna otra inseguridad que filmen sus cámaras, que no sea la de la propiedad privada. También se hablaba ya de obras pendientes, de desinversión, falta de controles, reformulación de subsidios.
El tercer capítulo se inicia con los políticos incorporándose a escena, y las acusaciones cruzadas que desnudaron la existencia de una realidad más compleja en el sistema de transporte público. Desde La Fraternidad manifestaron que el hecho “pone en evidencia la grave situación de todo el transporte en nuestro país. El desbordado crecimiento del parque automotor y las carencias inocultables de la infraestructura ferroviaria han dejado nuevamente un luctuoso saldo de muertos, heridos e importantes daños materiales”.
También para Edgardo Reynoso, delegado de la Unión Ferroviaria, esto se debe a “una cantidad de factores que se acumularon, si nos quedamos sólo en el tema de que un colectivero pasó con la barrera baja, nos vamos a quedar con la mitad de la película. Acá hay que ver la cuestión en el marco de un sistema de transporte absolutamente perverso. En donde se cruza la desinversión de las empresas privadas, la falta de controles del Estado, el brutal robo que significan los subsidios, las presiones que sufren los trabajadores de la líneas de colectivos, también subsidiadas, en fin, todos estos factores hacen que tengamos, no sólo este accidente, sino veinte muertos por día en accidentes de tránsito”. Reynoso recuerda que “los muertos y los heridos los pone el pueblo trabajador, acá no viaja ni Paolo Rocca, ni Rattazzi, ni Cirigliano, ni Romero, ni los Roggio. Es un sistema de transporte absolutamente precarizado, que tiene como correlato estos tremendos crímenes, no dudamos en calificarlos así”. Y concluye: “Las imágenes dan a pensar que el colectivero era un psicótico. Pero, nosotros sabemos –ironiza– que todos los accidentes de trenes en los últimos 10 años son por error humano. ¿Y nadie habla de la desinversión? ¿ Y nadie habla de que en el año ’95, cuando se planteó la privatización, una de las promesas fue la eliminación de pasos a nivel? Pasaron dieciséis años de eso y estamos en la misma situación. Las rutas están sobrecargadas de camiones, muere cantidad de gente. Por eso hablamos de un sistema perverso, ofrecen autos de alta gama que van a 200 km/h, en un país que no tiene rutas, eliminó su sistema ferroviario y dejó una cantidad de regiones aisladas. Si no ponemos todo en ese contexto nos vamos a quedar con que todos los colectiveros son psicóticos, y los maquinistas también están un poco locos, pero acá hay alguien que se lleva la torta y no viaja ni en colectivo ni en tren”.
Más contundente, Rubén Sobrero, otro de los delegados ferroviarios, se queja: “Siempre la culpa la termina teniendo el boludo que maneja. ¿Te acordás cuando fue el choque en el San Martín? La culpa era del maquinista que mandaba mensajes de texto, andá a la concha de tu madre, la culpa la tenés vos, empresa, que hacés salir a los trenes y no están en condiciones. Se pone toda la presión sobre el laburante, entonces todos nos vamos acostumbrando a trabajar mal”.
La línea 92 es de las pocas que quedan organizadas a la vieja usanza, como una empresa familiar. Tiene unas noventa unidades. Cada una con su GPS. Por eso saben que Gallardo cruzó a 19 km/h y no a 50, como se dijo. Es la primera vez que un chofer fallece en un accidente. Uno de sus delegados, Walter Sena, cuenta: “Emocionalmente estamos todos debilitados. Hay choferes que llaman por teléfono y se largan a llorar. Tipos grandes, que ya son hombres”. A Beto no le gustaba despilfarrar la plata y, mucho menos, la vida. En el velorio, los muchachos de camisa celeste multiplicaban los años en la empresa por la cantidad de vueltas diarias, por la cantidad de coches, y el resultado es que cualquiera de ellos podría estar en el lugar de Beto. Todos cedieron más de una vez a la impaciencia de los pasajeros que, por la mañana pierden el presentismo y, por la noche, no ven la hora de llegar a casa.
El día anterior, había llegado a nuestro país la fabulosa tuneladora que hará el soterramiento de esa línea, poniendo los distintos sistemas de transportes a distintos niveles, tal como es en todo el mundo.

Fuente :Miradas al Sur