Por Jorge Altamira
La convocatoria del “Perro” Santillán a "sumar el esfuerzo de todos los
sectores hacia el camino político iniciado por el Frente de Izquierda
para que el próximo año tenga todavía mejores resultados" (portal
"Prensa Jujuy", 23/12), constituye un síntoma claro de que el Frente de
Izquierda continúa siendo el canal político de un ascenso de los
trabajadores por la vía de la independencia de clase y un medio de
diferenciación política, por un lado, y de reagrupamiento político, por
el otro, al interior de los sectores más activos de la clase obrera.
"Sería importante, agrega, poder sumar esfuerzos a esta gran herramienta
que ha demostrado ser buena para los trabajadores, para darle más
impulso todavía". Estas son conclusiones de quien fuera hasta ahora un
rival político del Frente de Izquierda y un vocero destacado de una
estrategia política antagónica. El “Perro” destaca, en la misma
entrevista, el desarrollo del Partido Obrero en Salta, como "resultado
de un trabajo consecuente y coherente que ahí vienen haciendo hace años.
¿Y si la Izquierda gana la intendencia de Salta?, se pregunta, "sería
algo sin precedentes". Los planteos del “Perro” deben ser entendidos
también como un giro en la apreciación política general de una variedad
de agrupaciones de izquierda que lo tienen como referente. Establecen,
hasta cierto punto, un nuevo escenario político. Son la expresión de una
tendencia aún más amplia, que se pondrá de manifiesto con el desarrollo
de la crisis política.
El acercamiento del “Perro” al Frente de Izquierda zanja, sin
atenuantes, las divergencias que se produjeron en el Frente de Izquierda
con relación al llamado Encuentro de Atlanta, que fuera predicado, por
su impulsores, como un polo "de lucha" que acercaría a sectores que no
comulgaban con el Frente de Izquierda -esencialmente, en alusión a la
corriente del “Perro”. Ese Encuentro naufragó hace tiempo como
consecuencia de sus contradicciones insalvables -en especial la
tentativa de querer disimular con un planteo sindical la formación de un
polo político alternativo al Frente de Izquierda. Pretendía, asimismo,
desarrollar una "coordinación de las luchas", con un planteo de rechazo
al frente único en los sindicatos -o sea que ponía como prioridad el
faccionalismo. Las declaraciones del “Perro”, a favor de "sumar" al
Frente de Izquierda, constituyen una victoria de nuestra defensa
principista y metodológica del Frente de Izquierda -como el canal del
desarrollo político independiente de la clase obrera en todos los
terrenos.
El “Perro” señala que "los que más han llegado a poder plasmar las
necesidades de los trabajadores en las elecciones son los compañeros que
integran el Frente de Izquierda". La insistencia en la lucha electoral,
en diversos tramos del reportaje, obedece probablemente al rechazo al
‘electoralismo' que el “Perro” ha expresado (con excepciones) en su
larga trayectoria y que se registra en diversos sectores que lo tienen
como referente.
El Frente de Izquierda no se distingue, sin embargo, al menos para el
Partido Obrero, por su planteamiento electoral, sino por los términos de
su estrategia política, que se resume en la palabra de orden: gobierno
de los trabajadores -precisamente la consigna que rechazaban todo los
promotores del mencionado Encuentro de Atlanta. Nuestro método es el
desarrollo de una conciencia y organización de clase que prepare a los
trabajadores para asumir su propio poder. La política electoral está
subordinada a este objetivo y a la comprensión de las condiciones
políticas que permiten efectivizarlo. En la agenda de discusiones con
quienes se acerquen al Frente de Izquierda o busquen colaborar con el
Frente de Izquierda, este debiera ser el punto central.
Los planteos del “Perro” Santillán inauguran una nueva etapa para el
Frente de Izquierda, porque destacan su rol de polo de atracción
política. Refuerza la necesidad de actuar como un frente único político
contra las fuerzas políticas del capital y de los explotadores.
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