Por
El anuncio de disolución de la cueva de espías oculta el fortalecimiento de otras cuevas y de Milani.
En la gran novela El gatopardo (escrita por el
príncipe Giuseppe Tomasi di Lampedusa, que fuera llevada al cine por
Luchino Visconti y que narra las peripecias de la oligarquía italiana
para conservar sus privilegios en el momento de ascenso de la
burguesía), uno de los personajes pronuncia una frase que se incorporará
al imaginario popular con una potencia vigente hasta hoy: “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”.
La paradoja de la realización de transformaciones aparentes para
mantener las cosas como antes acaba de mostrarse una vez más actual ante
los anuncios de la presidenta Cristina Fernández en la cadena nacional.
En su primera aparición televisiva luego de iniciada la crisis que
golpea a la Argentina ocasionada por la muerte del fiscal Nisman, la
mandataria anunció unas medidas que tienen el rol de cambiarlo todo para
que nada cambie.
La presidenta Fernández anunció la disolución de la ex SIDE y su
reemplazo por una Agencia Federal de Inteligencia, que comenzaría actuar
en el plazo de noventa días. La novedad podría interpretarse como la
decisión política de acabar con el Estado paralelo que construyeron los
espías locales a lo largo de varios gobiernos y que parecía intocable -a
la vez que fue usado por esos mismos gobiernos para instalar
operaciones y vigilar ilegalmente a opositores, sindicalistas y
periodistas cada vez que les fue necesario hacerlo-. El kirchnerismo se
caracterizó por darle un lugar central a la inteligencia estatal y por
eso la sorpresa que causó el anuncio. ¿Estamos ante la presencia de una
movida transformadora o simplemente se intenta imponer una fachada
nueva, a la vez que se refuerza el aparato de inteligencia estatal en
otro sitio?
El oficialismo incrementó exponencialmente los gastos en
inteligencia en el último periodo, a tal punto de que las cifras para el
área aumentaron desde 388 millones de pesos en 2008 hasta 2409 millones
en 2014. Un aumento que continuaba previsto para este 2015 y que se
concentraba sobre todo en el área de espionaje centralizado en el
Ejército, dirigido por César Milani, aunque también el incremento se
dirige a otros organismos.
El presupuesto 2015 otorgaba a la ex SIDE 800,8
millones de pesos, un 16% más que en 2014. Sin embargo, por primera vez
en la historia, los aumentos presupuestarios para inteligencia eran
mayores cuantitativa y porcentualmente para otros sectores que se
dedican al espionaje. El presupuesto de inteligencia destinado al
Ministerio de Seguridad -coordinado por Sergio Berni- ascendía a 772,6 millones de pesos, a la vez que el destinado al ministerio de Defensa -bajo la égida de Milani- crecía un 31,8% y alcanzaba los 836,9 millones de pesos. Por
primera vez, los montos destinados a un aparato de inteligencia externo
a la SIDE eran mayores que los de esa misma secretaría de espionaje.
Los casos más resonantes de espionaje interior -ilegal- fueron realizados en el último periodo por la Gendarmería dirigida por Sergio Berni mediante el caso conocido como Proyecto X (de vigilancia de sindicalistas clasistas de la zona norte) o las infiltraciones
del espía de la Policía Federal “Iosi” Pérez en la AMIA -conocido en
2014- o la infiltración del también policía federal Américo Balvuena en
la agencia periodística Rodolfo Walsh. La fundación Vía Libre pudo
obtener documentos oficiales provistos por parlamentarios verdes
alemanes que dan cuenta de la compra de tecnología de avanzada para el
espionaje realizada por el área de inteligencia del Ejército dirigido
por César Milani.
Plazademayo.com pudo acceder a un listado
de tecnología comprada por el ejército a Israel que incluye equipamiento
para “intercepciones off-air” (que permiten la intercepción de
llamadas sin necesidad de “pinchar” las líneas al estilo clásico, sino
que sólo basta instalar pequeñas antenas cerca del objetivo a
interceptar), como el modelo ELS-TR 3015, sindicado como “un sistema de
inteligencia cibernética modular para las agencias del orden público, la
seguridad nacional, el ejército y los organismos de inteligencia”.
Según las mismas fuentes, el ejército se hizo de equipos Phantom 31500,
que es un “interceptor de líneas de ADSL, que se conecta en el par
telefónico de cobre que corresponde al objetivo que se quiere
monitorear. Toda la información que sube y que baja es captada por el
Phantom y enviada para su análisis por el sistema de monitoreo. El
sistema es totalmente pasivo y no intrusivo, pudiendo capturar toda la
información (datos, emails, mensajes, VoIP, passwords, etc)”. A la vez
habría comprado los drones Zait,de última tecnología en su campo.
Hay que recordar que el descabezamiento de la ex SIDE fue decidido
por la presidenta al comprobar que las huestes de Jaime Stiusso habían
decidido trabajar también para la candidatura de Sergio Massa y no
servir solamente al oficialismo. En ese marco se desarrolló el
fortalecimiento de la estructura de inteligencia de Milani. Quien, no
hay que olvidar, está acusado por su participación en delitos de lesa
humanidad durante la dictadura como la desaparición del soldado Alberto
Ledo, entre otros.
La disolución de la ex SIDE no implica la disolución de las otras
estructuras de inteligencia y a la vez resuelve un problema para el
oficialismo, ya que la estructura de esa secretaría continuaba compuesta
en gran parte por personal que respondía al hoy opositor Stiusso,
anteriormente hombre de confianza del kirchnerismo -esto no implica un
lecho de rosas, ya que quedaría en la calle un gran número de espías en
condición de mano de obra desocupada: podemos estar ante el preludio de
un festival de carpetazos-. Por otro lado, el traspaso del sistema de
escuchas pasa a la procuraduría dirigida por Alejandra Gils Carbó, quien
ha demostrado una fidelidad militante al oficialismo y que quería
kirchnerizar la justicia mediante el fortalecimiento del núcleo duro de
fiscales K que dirige.
Como método, el kirchnerismo ha producido grandes anuncios que
sólo sirvieron para expandir el manto de sus designios hacia la mayor
parte de las esferas de la sociedad. El caso paradigmático es la Ley de Medios, que iba a transformar el campo comunicacional pero que en realidad sólo sirvió para seissieteochizar
una parte importante del periodismo. Todo indica que lo mismo pasará
con la disolución de la ex SIDE, que viene de la mano del
fortalecimiento de la inteligencia kirchnerista en otras áreas.
Cambiarlo todo para que nada cambie. Una constante del espíritu K.
Fuente: http://www.plazademayo.com/2015/01/side-cambiar-todo-para-que-nada-cambie/
martes, 27 de enero de 2015
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