Un
documental recordará la figura de quien terminó con la vida del jefe de Policía
Ramón Falcón
Con guión de Osvaldo Bayer y coautoría de Rolando Goldman, y el guionista y
realizador Julián Troskberg, se estrena en mayo. El film, según Bayer, rescata
la figura de "alguien que mató para terminar con la violencia de arriba".
Por Natalia Páez
En una plaza de Recoleta, el monumento al sangriento Coronel Ramón L. Falcón
amanece de cuando en cuando con una leyenda pintada con aerosol sobre el mármol
blanco que avisa: "Simón vive". El 14 de noviembre de 1909, en la intersección
de las avenidas Callao y Quintana una explosión cambiaría la vida de estos dos
personajes. Uno iría a parar a la morgue, el otro a un infierno en los confines
del planeta: a la cárcel de Ushuaia.
Simón Radowitzky, ucraniano, había llegado a la
Argentina en 1907. Tenía 18 años cuando fabricó la bomba casera con la que
destrozó a Falcón, el jefe de Policía que meses antes, había reprimido una
marcha obrera y matado a casi un centenar de trabajadores que iban hacia el
Congreso.
Un documental convocará su figura y sus ideas, más allá del muñeco de cera que
lo recuerda en segundo plano en la que fuera la cárcel más austral del mundo.
Simón, se prevé será estrenado en mayo de 2013, para celebrar el día del
trabajador y reivindicar su figura. Con el guión de Osvaldo Bayer, en coautoría
con el músico Rolando Goldman y el guionista y realizador Julián Troksberg.
Ayer Bayer, sentado en uno de los sillones de su estudio en "El Tugurio" como ha
bautizado él mismo a su residencia en Belgrano, muestra las marcas que le dejó
el agua de la última gran lluvia en la Ciudad de Buenos Aires, y reniega porque
se le inundó ese espacio donde hay libros, más libros y algunos muebles. Muestra
sobre la mesa ratona la réplica de una bomba como la que seguramente usó
Radowitzky para ajusticiar al represor. Lo acompaña Rolando Goldman, músico,
ideólogo del proyecto.
–¿Cómo fue que se organizó esta alianza para el documental?
Rolando Goldman: –Yo le propuse a Troksberg (codirector y coguionista) que
habláramos con Osvaldo sobre la posibilidad de hacer un documental sobre la
figura de Simón. En lo personal siempre me pareció que era un ícono de las
luchas sociales, obreras, de nuestro país. Hace como 30 años yo andaba con el
libro que había escrito Osvaldo, Los anarquistas expropiadores y otros ensayos,
uno de los cuales está dedicado a Simón Radowitzky. Su historia; me interesó por
demás. Lo que disparó esta decisión de avanzar con todo fue que visité la Cárcel
de Ushuaia, hoy museo. Allí, durante la visita guiada, se menciona al pasar la
figura de Simón pero el eje está en un personaje siniestro, como fue el Petiso
Orejudo, que en la forma en que lo presentan hasta termina cayendo simpático
para algunos. Así que le propuse al director del museo modificar el texto de la
visita.
Osvaldo Bayer: –Y poner en primer plano la figura de alguien que mató para
terminar con la violencia de arriba.
RG: –Es controvertido este personaje, pero es mucho más rico que el Orejudo. Le
pareció bien, le propusimos a Osvaldo hacer una conferencia en Ushuaia que
aceptó gustoso. Aprovechando ese viaje empezamos a tomar escenas del documental.
Ahora ya está finalizado el rodaje.
–¿Se trabajó sobre el material del ensayo que figuraba en aquel libro, o se
continuó con otras líneas de investigación?
OB: –Es sobre la base de mi ensayo político e histórico que se traerá este hecho
de la vida de este joven anarquista de 18 años que termina con la vida de Ramón
L. Falcón, que fue un verdadero asesino. Primero, fue el oficial más distinguido
de la Campaña del Desierto de Roca. Después, cuando fue jefe de Policía, dirige
una represión a las huelgas de los conventillos. Sobre heroicas mujeres que
salieron con palos de escoba a resistir los aumentos de los alquileres de
aquellos lugares en los que vivían en condiciones terribles. Y es el mismo que
después hace una orgía de sangre en la Semana Roja, de 1909, cuando 70 mil
obreros que marchaban al Congreso a recordar a los mártires de Chicago –que
fueron ahorcados por pedir jornadas de ocho horas de trabajo– los manda
reprimir.
–¿Qué aspectos ignorados de aquella jornada pudieron reconstruir?
OB: –Los trabajadores llevaban a sus mujeres y a sus niños a participar de ese
acto del socialismo libertario. Ramón Falcón se escondió detrás de la caballería
de la policía, cuando llegaron hizo descargar fusiles contra la primera fila,
los primeros que cayeron fueron fusilados. Y luego ordenó atacar a los
manifestantes a sablazos, algo increíble de crueldad. Se calcula que hubo unos
80 obreros muertos, aunque nunca se dijo ciertamente el número.
–Los anarquistas tenían clara la revancha en la frase: "El que a hierro mata a
hierro muere."
OB: –Sí, y esperaron. Hasta el 14 de noviembre de 1909. Simón lo fue a esperar a
la salida del Cementerio de La Recoleta, adonde Falcón había asistido al sepelio
de un alto funcionario. Allí lo esperó, y cuando había subido a su carro a
caballo le tiró la bomba y los hizo volar por el aire al señor coronel y a su
secretario. Luego intentó escapar y fue apresado, antes de eso se pegó un tiro
en el pecho para suicidarse, pero falló y terminó siendo enviado a la cárcel de
Ushuaia, el infierno de hielo para los presos, donde estuvo 21 años.
–¿Fue una decisión tomada en una célula anarquista o individualmente?
OB: –Nunca se sabrá. Él dijo que había sido una decisión individual.
RG: –Nosotros conseguimos mucho material de archivo, la causa que le hicieron y
los testimonios de sus descendientes, sobrinos nietos y bisnietos. En uno de los
testimonios se comenta que él integraba una célula anarquista con uno de sus
hermanos. Se decidió que fuera Simón quien lo realizara porque como era menor de
edad no podían aplicarle la pena de muerte. No obstante eso, intentaron hacerlo
y alguien presentó la partida de nacimiento, pero lo condenan a prisión
perpetua.
–¿Huelga "descolgar el cuadro" de Ramón L. Falcón, de la calle que lleva su
nombre o de los monumentos que lo honran?
OB: –Hay una plaza en Floresta, que lleva el nombre de Falcón. Con un grupo de
vecinos votamos para cambiar el nombre. Con libertad de nombres ganó por mayoría
el de Che Guevara y en tercer lugar Simón Radowitzky. Entonces se sacó el
monumento. Pero luego vino el intendente Telerman, y volvió a poner todo en su
lugar. Al igual que la segunda calle más larga de Buenos Aires, paralela a
Rivadavia. La escuela de Policía hace tres años que ya no lleva su nombre.
–Simón simboliza la lucha por los ideales.
OB: –Fue un hombre que se bancó todo para ponerse al servicio de la lucha
obrera. Simbólicamente hoy es difícil encontrar figuras de este tipo. Le pegaban
palizas, la cárcel de Ushuaia fue creada ni más ni menos que por Julio A. Roca.
Veintiún años pasó por estos pesares, sin embargo era delegado de los presos y
eso le valía reprimendas. Cuando salió de la cárcel indultado por Yrigoyen se
fue a pelear en la Guerra Civil Española, en contra del franquismo. Terminó en
México trabajando en una fábrica de juguetes, murió en 1956. Fue un héroe del
pueblo.
RG: –Osvaldo, eso puede funcionar como título del documental.
Una fuga de película
Un episodio cinematográfico en la vida de Simón Radowitzky es que fue el único
preso que logró fugarse de la terrible cárcel de Ushuaia. Dicen, fue gracias a
la ayuda logística de Salvadora Medina Onrubia, la escritora feminista y
anarquista que con 15 años abrazó su causa. El 7 de noviembre de 1911 en lo que
se describió como una audaz acción conjunta de los grupos anarquistas chilenos y
argentinos Simón logró la única evasión jamás lograda del penal de Ushuaia. Los
argentinos Apolinario Barrera y Miguel Arcángel Roscigna y los chilenos Ramón
Cifuentes y Ernesto Medina alquilaron un pequeño buque a vela en Punta Arenas. Y
coordinaron con Radowitzky el procedimiento. Este, que trabajaba en el taller de
la cárcel, se hizo con un traje de guardiacárcel, y abandonó el penal a primera
hora de la mañana aprovechando el relevo y la llegada de un grupo de
guardiacárceles nuevos. Se encontró entonces con Barrera en una caleta cercana.
El plan original era desembarcar a Radowitzky en algún lugar apartado, con
víveres y utensilios para resistir un tiempo hasta que la búsqueda se aplacara.
Aprovechando el plazo de unas horas hasta que el personal se percatara de su
desaparición. Sin embargo, este pensó que le sería más fácil pasar desapercibido
en Punta Arenas, por lo que decidieron seguir viaje hasta ese punto. Tras cuatro
días de navegación, y ya en territorio chileno de la península de Brunswick, la
embarcación fue abordada por un navío de la Armada de Chile, alertado por las
autoridades argentinas.
Aunque Radowitzky se tiró intentando escapar a nado, la tripulación fue detenida
e interrogada hasta que uno confesó dónde podían hallarlo. Pocas horas más tarde
fue interceptado, conducido a una prisión flotante, y luego de dos semanas
retornado al presidio. El castigo de la evasión serían dos años de confinamiento
solitario en su celda, con sólo media ración de alimento.
"Dicen que una vez que fue indultado por Yrigoyen, y deportado a Uruguay,
Salvadora Medina Onrubia fue una vez a visitarlo. Se la vio sentada en las
faldas de Simón, en Uruguay. Me contaron ese detalle. No se sabe si fueron
amantes", explica Bayer.
Fuente : Tiempo Argentino
martes, 4 de diciembre de 2012
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