Los índices de precios que el gobierno ha tomado como “alternativos”,
hasta que el Indec publique los propios, han sido lapidarios. La
provincia de San Luis calculó un 6,5% de inflación en enero, y la
‘macrista’ Capital más de un 4%. La inflación acumulada del último
trimestre, sobre esa base, no baja del 12%. Los opositores que producen
la “inflación Congreso”, haciéndole un favor a Macri, se clavaron en el
10%. Si a la inflación de este año se le añade la de los últimos meses
de 2015, ningún aumento salarial que mantenga el ya golpeado poder
adquisitivo del salario debería bajar del 40. La canasta familiar
alcanza los 19.000 pesos según la Universidad de Rosario. Los salarios
iniciales de gremios fundamentales, sin embargo, no alcanzan a la mitad
de esa cifra.
Cónclave antiobrero
Esta agenda elemental estuvo ausente en la reunión de Macri con toda la
“crema” de la burocracia sindical. La reunión refrendó el pedido que
Macri ya le había formulado a Moyano en privado: el compromiso de las
diferentes fracciones de la burocracia con la agenda del ajuste. A
cambio de ello, las cúpulas reclaman por el resarcimiento estatal a la
caja de las obras sociales. La burocracia sindical, por su parte, admite
la extorsión oficial sobre el impuesto a las ganancias -donde las
mejoras al mínimo no imponible estarán condicionadas a que los
sindicatos se “moderen” en las paritarias. Pero los cambios que se
preparan para la “cuarta categoría” (asalariados), podrían ser
rápidamente devorados por la inflación. Sólo los diputados del Partido
Obrero en el Frente de Izquierda han planteado su
abolición incondicional.
El conclave de Macri con Moyano, Caló y otros ignoró por completo la
cuestión de los despidos, que no es solamente patrimonio de los
estatales. El observatorio de la CTA ha calculado en 25.000 los despidos
privados. A ello, se suman las suspensiones en Fiat y Volkswagen. La
Uocra ha perdido 85.000 puestos en el último año
Las cesantías, sin embargo, no son un “daño colateral”. La política
oficial, que en más de un sentido, agrava la recesión industrial, apunta
a golpear sobre la capacidad de organización de la clase obrera, de
cara a las paritarias.
Paritaria “corta”
En este cuadro, es significativo que el gobierno haya habilitado a la
firma de “paritarias cortas”, o sea, acuerdos sujetos a una revisión
posterior “según la marcha de la inflación”. El pionero ha sido otro de
los visitantes de Macri, Armando Cavalieri, en el Sindicato de Comercio,
quien aceptó un incremento de sólo el 20%, con el compromiso de
‘revisar’ al cabo de seis meses. Aunque estos acuerdos dejan abierta la
puerta para que la cuestión salarial se reabra en el segundo semestre,
el gobierno y las patronales admitirían ese cierre precario siempre que
los aumentos corran por debajo de la inflación. De esa manera quieren
atravesar un semestre signado por tarifazos y probables nuevas
devaluaciones. Pero también, por la escalada de despidos que se preparan
en la administración pública y en la industria privada. Para la
eventual “reapertura” de esas paritarias, el gobierno apuesta a que la
recesión empuje a la aceptación de complementos miserables. El gobierno
ha cedido en el techo salarial que pretendía originalmente en la
paritaria docente. De todos modos, la nueva oferta implica un salario
inicial que no llega a la mitad de la canasta familiar. Este
reacomodamiento tiene como objetivo evitar un no inicio de clases y, por
esa vía, aislar al resto de los estatales a la hora de debatir un
aumento con ellos.
El reforzamiento represivo que debate el gobierno, desde el “protocolo”
contra movilizaciones hasta el nombramiento de dos jueces reaccionarios
en la Corte, apunta sin duda a este disciplinamiento social.
Reagrupamiento
Este cuadro de situación acentúa la necesidad de una deliberación del
activismo obrero combativo y clasista, para establecer un programa y una
política para movilizar a los grandes sindicatos obreros. El próximo 5
de marzo se concretará el encuentro del activismo antiburocrático que
surgió, meses atrás, de la iniciativa que tomaron Aceiteros y la Línea
60 -dos organizaciones obreras que defendieron el salario y el derecho
al trabajo apelando al método de la huelga general. El programa que
debatirá este encuentro debe tener en cuenta la escalada estatal y
patronal contra las paritarias, pero también la experiencia de lucha de
sus protagonistas. En estos puntos, está la lucha por paritarias libres y
con representantes electos, con un salario inicial igual a la canasta
familiar y por un aumento del 40%; por la indexación mensual de los
salarios y la abolición incondicional del impuesto a las ganancias; por
la prohibición de suspensiones y despidos y el reparto de las horas de
trabajo sin afectar el salario; el 82% móvil del último mejor salario
percibido y el pago inmediato de las sentencias a los jubilados, junto a
la solidaridad activa con los trabajadores en lucha, de Cresta Roja, de
Tiempo y el Grupo 23, entre otros. Este programa debe integrarse a la
defensa del derecho a la protesta y a la movilización. La jornada del
próximo 24 de marzo debe ser un pronunciamiento masivo de los activistas
y luchadores en este sentido, en la marcha independiente que preparan
los organismos de derechos humanos independientes junto a la izquierda.
El compromiso de hierro de los partidos capitalistas -del macrismo a
los K, pasando por Massa- con la escalada antiobrera coloca al rojo vivo
la cuestión de la independencia de la clase obrera frente a los agentes
políticos y sindicales del ajuste, en particular, de quienes prepararon
el desembarco del macrismo después de trece años de pago serial de la
deuda, rescate de las privatizadas, precarización laboral y
regimentación de los sindicatos.
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