Ya se sabe
que el tarifazo en la luz, para la Capital Federal y el gran Buenos
Aires, oscilará en el 600%, por la eliminación del subsidio y el aumento
de la tarifa. Los que justifican el aumento en la necesidad de “superar
las inequidades con el interior” ocultan que el tarifazo afecta a todo
el país, con aumentos del 200 ó 300% en provincias (véase artículo sobre el tarifazo en Salta en internet).
Pero este aumento sólo será el primero. Además, Macri-Aranguren
anunciaron la indexación y dolarización de las tarifas. Este es el trato
que recibirán Edenor y Edesur, beneficiadas por la privatización
menemista primero y rescatadas por el kirchnerismo después, a fuerza de
subsidios estatales. Estas empresas, que sometieron a la distribución
eléctrica a la más completa desinversión, son las responsables de los
cortes en perjuicio de millones de personas.
Ahora, el gobierno asegura que las nuevas tarifas “financiarán las
inversiones”. O sea que los capitalistas volverán a quedar eximidos de
invertir, ya que el dinero será adelantado por los usuarios. Los
campeones de la “eficiencia empresaria” avalan el mayor parasitismo, en
este caso, en beneficio de los empresarios que enancó el kirchnerismo.
No hay ninguna investigación sobre el destino de los subsidios K, cuando
los grupos económicos propietarios los utilizaron para financiar un
gran proceso de concentración del negocio eléctrico.
Un pulpo “creado por la década ganada”
El caso más claro de este acaparamiento es el del grupo Pampa Energía
(Midlin), el cual acaparó a la principal transportadora de energía del
país -Transener- y a Edenor por un precio irrisorio, para pasar a
controlar luego seis centrales eléctricas y varias distribuidoras del
interior. Cuando Pampa Holding sale, en 2007, a cotizar en bolsa, había
aumentado su valor en 10 veces y su participación en la transportadora
Transener era más del doble de lo que había pagado. Todo eso, mientras
el sistema eléctrico de los argentinos se derrumbaba. La demora en
habilitar los tarifazos fue deteriorando la relación de Mindlin con los
K. De todos modos, al empresario “amigo” no le fue “tan mal”: acaban de
ofrecer 1.200 millones de dólares para quedarse con los activos de
Petrobras en Argentina. La garantía del crédito que tramitan para esta
operación no es otra que la del tarifazo.
Por el lado de Edesur, el grupo italiano Enel es el dueño mayoritario,
habiendo obtenido utilidades millonarias en los últimos balances.
Nicolás Caputo, el mejor amigo de Mauricio Macri, es dueño de un
porcentaje de Edesur y de varias usinas generadoras, junto a otras
“familias” de la burguesía nacional.
Sin ninguna investigación sobre lo que hicieron las empresas con los
subsidios, el gobierno Cambiemos le traslada a los usuarios el muerto
que dejaron los K. Abajo el tarifazo: que se abran los libros de los
privatizadores, que se investiguen los desfalcos contra los trabajadores
y el país. Que se constituya un fondo de inversión en base a los
patrimonios de los vaciadores, bajo control de trabajadores y usuarios.
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