Mauricio Macri estaba lanzando su campaña cuando llegó el momento de acercarse a los pobres. La suya no fue una opción por los pobres, como podría entenderse si uno no hablara de otra persona. Macri necesitaba la foto. Lanzar su campaña desde un barrio con calles de tierra, que ese día eran de barro, completaba al personaje que lo tenía todo. Lo dado en el personaje era su relación con otros mundos.
Pero como hay tantos pobres y encima también votan, no hay candidato político que se les resista. Macri venía de Boca y ya se había entrenado en frecuentar morochos, pero ahora se proponía como “el jefe de Gobierno de todos”, y llevó su cuerpo hecho carne con su traje a una villa.
Un día después hizo algo parecido a pedir disculpas, casi lo más parecido que hizo en ese sentido en lo que lleva gestionando: dijo que no manejó la situación, y que de haber podido le hubiese dicho a esa nena: “Retirate que tengo que comenzar”. Los modos de decir de Macri a veces son sorprendentes.
“Retirate” era un modo de decir, se ensayaba en aquella nota, de quien está acostumbrado a retribuir la eficiencia del personal de servicio con un trato distante y respetuoso. Es lo que se espera de un buen patrón. Decirle “retirate” a una nena de diez años equivale a haber dicho miles de “retírese” en su vida. Connota también el imperativo de quien decide que el otro ya no es necesario y lo devuelve a su lugar: la cocina, el jardín, el escritorio, el despacho. Ese a quien se le dice “retírese” no puede contestar. A un “retírese” sólo puede seguirle la retirada. Quien lo pronuncia tiene la última palabra. Es el que paga. “Retírese” le dice el jefe al empleado, y “retirate”, la señora a la mucama. Marca además un uso del lenguaje: un cualquiera diría “andate”, pero una señora o un señor, que son doblemente señora y señor ante las mucamas, usa el verbo “retirarse”.
De alguna manera, la ciudad de Buenos Aires está llena de mucamitas que se resisten a retirarse. Mucamitas que estorban, que tienen conductas insoportables como cortar las calles, hacer marchas, pedir paritarias, insumos en los hospitales, cumplimientos de leyes, ejecución de presupuestos, en fin, esas cosas que si no las hacen las mucamitas las hacen sus hermanas, sus novios, sus padres o sus madres o sus hijos.
Me pregunto hasta qué punto fue defraudado el electorado de Macri, en un país en el que sobra la doble vara y la doble moral, y en el que a los ricos se les atribuye esa viveza fálica, esa celebración del ilícito tan propia de cierta argentinidad.
Pero no es la relación de Macri con Kirchner lo único que se puede leer en esta escena ni, concluyo, lo más importante. Desde cierto punto de vista, es la relación de Macri con las mucamitas la que estalla con su procesamiento. Las últimas mucamitas que se le retobaron son los camaristas que “deben esconder algo muy oscuro” para haber firmado las 60 páginas de un fallo escrito por Kirchner.
Más allá del borde institucional en el que, le guste o no, quedó parado, el procesamiento de Macri no es lo más grave que se puede decir de Macri. En todo caso es la consecuencia de su torpeza y la de sus asesores. La paradoja de su desconexión. Pero las patotas de la UCEP, los barrabravas que usó el gobierno porteño para echar a los pobres de las calles a patadas, la idea de que el espacio público debe ser despejado de bultos humanos, sintetiza mejor la naturaleza de gobierno que los grandes medios apañan, porque es la de su misma estirpe.
En su extraordinaria soberbia, retrocediendo siempre para adelante, Macri fue ampliando su idea del personal de servicio. Ahora las mucamitas del Poder Judicial no se retiran, aunque él ha dado la orden.
4 comentarios:
Y las picanas portátiles (taser), y el aumento de la mortalidad infantil en la ciudad, el confundir cultura con turismo... por eso tendrían que estar procesados todos estos hijos de re mil...
Grossa Sandra Russo.
todavía no dejo de entender cómo es que le ganó a Filmus en el ballotage compañero. Lástima ese 40% que no fue a votar...
Puentes las Taser las prohibió la justicia , lo de la mportalidad infantil debería ser un escàndsalo nacional , pero los grandes medios tiene miedo de perder a su candidato y ocultan lo que es la peor gestion desde Carlos Grosso y que estan haciendo un gran daño a todo el tejido social que vive en la ciudad , la herencia que va a dejar el macrismno va ser realmente nefasta , hoy nos repartian un folleto por el no cierre del Hospital Rivadavia y comentaron que Larreta dijoi que era mas barato tirarlo abajo que arreglarlo , y que paso con el Lagleyze , lo peor es que nadie se calienta porque total todos creen que hay que tener una prepaga y que los demas se jodan .La herencia del neoliberalismo dejo victimas que luego cuesta años y años recuperar y la cultura que permanece sigue siendo terrible y ahora lo vivimos en la municipalidad de la capital federal a full .
Cnel Manuel : Yo la verdad no entiendo como exiten persoinas que puiedan votar a alkguien como Macri , de Narvaez , Piñera o Berlusconi , es algo que no entiendo , sera que la gente que vota ese tipo de personas es que tiene almas de esclavos o quisieran volver al feudalismo con el Baron ?
Y si Pomez Sandra Russo es una grosa de verdad
Un abrazo a todos
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