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miércoles, 23 de octubre de 2013

Porqué Argentina no sale del CIADI? La traición viene de aquí adentro

Es pésima señal política acatar fallos adversos del Ciadi

Por  Emilio Marín (LA ARENA)

Argentina tenía una relación distante con organismos financieros internacionales que tanto daño le hicieron. Ahora busca recomponer ese vínculo con el Banco Mundial y su tribunal arbitral, el Ciadi. Por poquito la resolución 598 de Hernán Lorenzino de pagar demandas ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (Ciadi) no coincide con el Día de la Lealtad. Fue publicada en el Boletín Oficial del 18 de octubre pasado. La había firmado el ministro de Economía diez días antes, antes de viajar a la Asamblea del FMI y el Banco Mundial realizada en Washington. Dispone el pago de 677 millones de dólares a cinco multinacionales con fallos a favor en el Centro, una creación del Banco Mundial. De los beneficiados, cuatro habían litigado ante el Ciadi (Azurix, CMS Gas, Continental Casualty y Vivendi), y el restante, National Grid, lo había hecho ante los tribunales de Derecho Mercantil Internacional. Tal decisión del gobierno argentino supone un giro copernicano en su política de resistir aquellas demandas de firmas internacionales contra la ley de emergencia económica de 2002, según la cual se pesificaron las contratos y se congelaron las tarifas de servicios públicos. Aquellas empresas fueron abandonando la prestación de los servicios, caso Azurix, que atendía la provisión de agua potable en 71 ciudades bonaerenses. Tras el portazo, fueron al Ciadi, demandando por haber sido "expropiadas" y perjudicadas en sus negocios. El tribunal, que tiene sintonía fina con las multinacionales, no les aceptó la demanda de máxima -haber sido "expropiadas"- pero sí les falló a favor por los daños supuestamente sufridos. Y fijó en cada caso varios millones de dólares a percibir. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se negaron a pagar, pero esa resistencia terminó el 18 de octubre. Posiblemente esa fecha quede en los anales de una historia de claudicación respecto a posiciones anteriores, soberanas y dignas, bien defendidas por la Procuración General del Tesoro y el Ministerio de Justicia cuando allí estaban, en 2005, respectivamente Osvaldo Gugliemino y Horacio Rosatti. Sus nombres parecen haberse borrado y la causa nacional se diluyó, lamentablemente. Arbitro comprado por multis El Ciadi fue una hechura en 1966 del Banco Mundial, mellizo del Fondo Monetario Internacional, nacidos ambos de los acuerdos de Bretton Woods. Su presidente es designado por el gobierno de Estados Unidos y su sede, como para dar una apariencia engañosa de "equidistancia", está en París. Su funcionamiento deja mucho que desear en lo jurídico, pero sobre todo, en cuanto al respeto de las soberanías nacionales. Por ejemplo, sus fallos son inapelables, sin dejar a la parte perjudicada ninguna otra instancia superior. Durante el litigio hay obligación de mantener en secreto las actuaciones, con una "cláusula de confidencialidad" que en los hechos deja en inferioridad a los demandados, más débiles. Argentina sufrió 40 demandas por 20.000 millones de dólares, hasta 2007.

Ese partido parecía el de un solo país contra el resto del mundo... Los fallos del tribunal, a diferencia de otros de la justicia, no generan jurisprudencia. Pueden ser hoy de un modo y en demandas similares tomar un sentido opuesto, según el criterio del presidente del panel designado por la entidad (las dos partes designan un representante cada uno). Las empresas no pagan tasa de justicia ni costas, por lo que reclaman sumas exorbitantes. Lista vergonzosa Ese silencio impuesto, casi una omertá mafiosa, fue desafiado por Guglielmino, por ejemplo, al dar a conocer qué estudios jurídicos argentinos representaban a las empresas que litigaban contra el país. Y así se pudo comprobar que en esa lista vergonzosa estaba el bufete Pérez Alati-Martínez de Hoz (hijo)-Mariano Grondona (hijo).

También que entre los testigos propuestos por las foráneas había ex funcionarios cavallistas que habían convalidado las privatizaciones, como Carlos Bastos, ex secretario de Energía y luego directivo de la Enron en Argentina, una de las multis con demanda ante el Ciadi; Patricio Perkins, vinculado con la enajenación del gas, etc. El historiador y abogado venezolano Luis Britto García, quien había propuesto que Caracas se retirara del Ciadi, cuando finalmente esta salida se produjo, en 2012, publicó un dato clave. Sobre 234 fallos del Ciadi, 232 habían favorecido a las empresas y sólo 2 a los gobiernos. Si el cronista no se equivoca, esas dos excepciones fueron a favor de EEUU, que impugnó a dos empresas por ser minoritarias en sendos consorcios y salió airoso. El Ciadi es 100 por ciento funcional a Washington. Bien antes y mal ahora Las presiones y el chantaje del imperio continuaron hasta la actualidad en forma de corte total de créditos del FMI y Banco Mundial, presiones del Club de París, fallos adversos en el tribunal arbitral y pedidos de sanciones en el marco de la Organización Mundial de Comercio junto a sus socios europeos.
Por no haber acatado esas condenas en el Ciadi, la administración Obama sancionó al país con la pérdida de las preferencias arancelarias, que suponían algunas franquicias para el comercio. Como si todo aquello fuera poco, salieron a picotear la economía y soberanía nacional los "fondos buitres" de NML, Elliot y otros segmentos delincuenciales del capital financiero internacional. Y obtuvieron fallos favorables del juez Thomas Griesa y de la Corte de Apelaciones de Nueva York para recibir 1.300 millones de dólares por bonos que compraron a precio de basura. Es doloroso, pero las cosas han involucionado, desde la resistencia de Rosatti y Guglielmino hacia la claudicación de Lorenzino y la procuradora Angelina Abbona. Fueron dos líneas diferentes en lo relativo al Ciadi y el vínculo con el Banco Mundial. Lorenzino, para justificar su lamentable resolución 598 dijo que de 677 millones de la deuda con los cinco monopolios logró descontar 25 por ciento, 171 millones de dólares, por lo que se oblarán 500 millones. Adujo que el país recibirá 68 millones de dólares adicionales por compromiso del quinteto premiado de comprar bonos Baade. Economía puso de resalto que "los acuerdos se celebraron en la Argentina, están sujetos a legislación y jurisdicción local y se cancelan con bonos domésticos". Esto no se corresponde con la realidad. El pago fue negociado en Washington, fue el fruto podrido de un tribunal ajeno a la jurisdicción nacional y en sintonía con intereses extranjeros, en un trámite que ignoró a la ley y justicia argentina.

Los "bonos domésticos" son dolarizados, como el Bonar 10 y el Boden 15, con 7,5 por ciento de interés anual. Decisiones Se dirá que el ingreso de Argentina al Ciadi no fue responsabilidad de los gobiernos kirchneristas y es cierto, pues fueron decisiones del menemismo. El cerrojo legal para que los diferendos entre los gobiernos y las empresas extranjeras fueran llevados obligatoriamente a aquel tribunal se completó con la inclusión de cláusulas en los Tratados Bilaterales de Inversiones. La mayoría de esos TBI fue firmada en la maldita década del ´90 y llegan en la actualidad a 58. En esos instrumentos se renuncia a la jurisdicción nacional y se reconoce la de París para los arbitrajes y la de Nueva York para los pleitos. Esto se repite como un calco en los acuerdos firmados por el gobierno actual, caso del convenio con la petrolera Chevron. Y eso último ya no es responsabilidad de Carlos Menem sino de quienes estuvieron en Balcarce 50 en los últimos años. En el 2003 vencían algunos TBI, con duración de diez años, pero el presidente Kirchner no consideró darlos por caducados. Dos años después emprendía una renegociación de la deuda externa y decía "Chau FMI". De los casi cuarenta juicios en el Ciadi, 17 siguen en pié, otros 17 fueron levantados por sus promotores y 6 terminaron en condena para Argentina, como estos 5 que se van a pagar. Los que fueron renunciados por las empresas quizás fueron más costosos para el país que llegar a sentencia, porque supusieron grandes concesiones a Telefónica, Endesa y Pan American Energy, que se quedó con Cerro Dragón hasta 2047. El medio y el fin, malos El fin del gobierno es arreglar con el Banco Mundial y beneficiarse con créditos. No parece un "fin" loable. 

El "medio", pagar 500 millones de dólares a estas multinacionales, tampoco. Se abre así la puerta a más reclamos como el de Repsol, que ya pidió 10.500 millones de dólares ante el Ciadi. Un periodista afín al gobierno, como Claudio Scaletta, escribió en Página/12 del 13 de octubre: "repasando la historia económica mundial y local puede observarse que, en materia de administración del riesgo de restricción externa, tomar deuda con organismos es el principio de los problemas, no de la solución. En particular cuando supone un cambio radical del discurso". ¿Se puede salir del Ciadi? Sí, dando un aviso de 6 meses, como Bolivia, Ecuador y Venezuela, que salió con Hugo Chávez el 24 de enero de 2012. También se podía no entrar, como Brasil, que no por eso tiene poca inversión extranjera. Las contradicciones del peronismo lo llevaron a aquella trampa y ahora, en vez de tratar de salir, como hicieron esos gobiernos latinoamericanos, le busca bondades al encierro, léase renegociar la dependencia.


Fuente: http://www.argenpress.info/2013/10/es-pesima-senal-politica-acatar-fallos.html

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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