La convocatoria al 1º de Mayo por parte del Frente de Izquierda coloca a
esta jornada en un terreno político definido -el de la lucha por
agrupar a la clase obrera y a los luchadores en un polo independiente de
los partidos capitalistas, y de lucha por un gobierno de trabajadores.
La convocatoria postula a la clase obrera como alternativa, en el cuadro
de una transición política que deberá definir qué clase social pagará
la bancarrota nacional que deja el kirchnerismo. A cuenta del gran
capital, los Scioli, Macri y Massa aspiran a un nuevo rescate
capitalista a caballo de un reendeudamiento internacional, que exigirá
como condición un ajuste y una devaluación en regla. La tribuna del 1º
de Mayo planteará, por el contrario, una reorganización nacional a costa
de los capitalistas; o sea, de la deuda externa usuraria y de los
privatizadores, y que asegure el rescate del salario, las jubilaciones y
el derecho al trabajo. En la lucha planteada por la sucesión
presidencial, la plaza del 1º llamará a la clase obrera a agruparse en
su propio polo político, votando al Frente de Izquierda.
El ajuste K
El “ajuste” contra la clase obrera, sin embargo, es mucho más que una
perspectiva para después de octubre. El kirchnerismo, en sus términos,
ya ha asumido con antelación la tarea de trasladarle a los trabajadores
los enormes desequilibrios que deja el agotamiento del “modelo”. El
impuesto al salario se ha vuelto una carga intolerable para un millón y
medio de trabajadores. Quienes no llegan a pagarlo, soportan el peso de
una inflación creciente, por un lado, y el flagelo de las suspensiones y
despidos, por el otro. El paro del 31 ha dado cuenta de esta olla a
presión, en la medida que terminó involucrando a la mayoría de los
trabajadores. La burocracia sindical opositora deshoja la margarita en
relación a la concreción de una nueva medida de 36 horas, a la espera de
alguna concesión oficial restringida a la cuestión del impuesto a las
ganancias. Nada de esto va a frenar, sin embargo, las contradicciones
crecientes de las paritarias: por un lado, los planteos de aumentos
incorporan la confiscación impositiva al salario y llevan a reclamos del
40%. Las patronales han contragolpeado con un 20% de “pauta” e incluso
con el planteo de anulación de las paritarias. La tentativa de una fuga
hacia adelante, con sumas fijas sólo puede postergar este cuadro
explosivo. En este cuadro, el primero de mayo colocará la agenda de las
grandes reivindicaciones obreras: la abolición del impuesto al salario,
la prohibición de suspensiones y despidos, las paritarias sin techo y el
apoyo a las luchas obreras que están defendiendo encarnizadamente estas
reivindicaciones. En la misma jornada Massa hará “su” 1º del brazo de
una fracción de la burocracia sindical opositora. En la plaza de Mayo,
en cambio, estará el activismo que lucha por la recuperación de los
sindicatos.
Internacionalista
El 1º de Mayo del Frente de Izquierda reivindicará la “unidad
socialista de América Latina”, cuando la crisis mundial capitalista pone
de manifiesto los límites de las experiencias nacionalistas
continentales. El derrumbe de los precios de las materias primas y la
renovada fuga de capitales anticipa un panorama de nuevas rebeliones y
luchas, que plantearán agudamente la cuestión de la independencia
política de los explotados. Este planteo estratégico estará presente en
el acto del Frente de Izquierda. Preparemos con fuerza, desde cada
fábrica, sindicato, lugar de estudio y barriada, la concurrencia a este
1º de Mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario