El principio de acuerdo entre Washington y Teherán acerca del plan
nuclear iraní es el corolario del fracaso de la política de sanciones
del imperialismo. Aunque éstas dañaron severamente a la economía persa,
no lograron impedir el avance del plan de enriquecimiento de uranio. La
otra alternativa, un ataque militar, implicaba la apertura aventurera de
un nuevo frente militar en la región. Obama ha confesado el fracaso de
la política de sanciones y la inviabilidad de un ataque militar,
defendiendo como única opción las negociaciones con la diplomacia persa.
En los hechos, las potencias imperialistas se ven forzadas a reconocer
el derecho de Irán al desarrollo de la energía nuclear.
No obstante, el impacto de siete años de sanciones europeas y treinta
años de sanciones yanquis también empujaron a los iraníes a la mesa de
negociaciones. "Queríamos que, además de las centrifugadoras, también la
rueda de la economía volviera a girar" (La Nación, 4/4), dijo
el presidente Rohani. El empobrecimiento de las masas iraníes
-incluyendo una inflación del 40% anual- es el caldo de cultivo de un
fuerte malestar popular contra el régimen teocrático. Aunque los
'conservadores' habrían recuperado peso en la Asamblea de Expertos que
designa al ayatollah supremo (ídem, 23/3), la línea 'reformista' de
Rohani prevalece y las negociaciones gozan del aval clave del ayatollah
Khamenei, una suerte de bonaparte islámico. El levantamiento de las
sanciones es también una oportunidad de negocios para el capital europeo
y yanqui. Teherán ha llamado a las compañías petroleras extranjeras a
regresar al país, aunque éstas vacilan por la precariedad del pacto (Le
Monde, 5/3). Una recomposición de las exportaciones, sin embargo, podría
acentuar el problema de sobreproducción mundial y presionar aún más los
precios a la baja.
Divisiones y contradicciones
El principio de acuerdo constituye una derrota para un sector del
partido republicano y para Netanyahu, que intentaron dinamitar las
negociaciones. Tanto Israel como Arabia Saudita temen que Irán les quite
espacios como potencias regionales. O, como hipotetiza el columnista
británico Robert Fisk, que con el tiempo los desplace como "policía del
Golfo" de Estados Unidos "como lo fue bajo el reinado del Sha" (Página/12,
4/4). En la coalición contra el Estado Islámico, el principal aporte de
tropas terrestres -y también en materia aérea- procede de Teherán. Los
choques entre Obama y Netanyahu se extienden a la cuestión palestina,
dado que ha vuelto a discutirse la posibilidad de negociar el
establecimiento de algún tipo de pseudoestado palestino. Las
consecuencias de la operación militar Plomo Fundido de 2014 y el avance
de la colonización han transformado a los barrios árabes de Jerusalén, a
Cisjordania -donde hubo una ola de huelgas contra los sueldos atrasados
impulsada por sindicatos estatales afines a la propia Autoridad
Palestina- y a Gaza -nuevamente cercada por el cierre de los túneles y
devastada por la invasión- en un barril de pólvora. Bajo el pretexto de
que debe incorporarse en el acuerdo el "derecho de existencia del Estado
de Israel", Netanyahu ha relanzado una ofensiva para frustrar el
preacuerdo firmado en la ciudad suiza de Lausana (en cambio, el diario
israelí Haaretz habla de un buen acuerdo).
La relación de Obama con Teherán está lejos de ser idílica. Por caso,
la batalla por la recuperación de la ciudad iraquí de Tikrit abrió un
contrapunto entre las tropas yanquis e iraníes. Más aún, con el apoyo
logístico yanqui, Arabia Saudita dirige una coalición militar de las
monarquías árabes (excepto Omán) y Egipto que desarrolla una intensa
campaña de bombardeos para evitar el triunfo de la rebelión de los
hutíes en Yemen, que están ligados a Irán. Los bombardeos de la aviación
saudita han impedido la derrota definitiva del régimen yemení. La
rebelión de los hutíes, una vertiente del chiísmo, cuenta entre sus
aliados al ex presidente Saleh, que debió dejar su cargo durante las
movilizaciones de la Primavera Arabe. Los campos políticos que chocan en
Yemen no tienen ninguna progresividad política y apuntalan las
tendencias a la desintegración del país. Yemen es una vía de conexión
estratégica entre el Mar Rojo y el Océano Indico.
Junio
El 30 de junio es el plazo límite para arribar a una reglamentación del
convenio y a un acuerdo definitivo, que en términos generales establece
una postergación de las ambiciones atómicas de Irán a cambio de un
levantamiento de las sanciones económicas. No está claro cómo se
operativizará este bosquejo. Los iraníes quieren un levantamiento total e
inmediato de las sanciones, en tanto que las potencias occidentales
apuestan a levantarlas gradualmente, conforme Irán cumpla los
compromisos pautados. De esta manera, se reservan un grado de injerencia
a través del organismo internacional de la Energía Atómica (OIEA). En
Estados Unidos, un elemento doméstico puede enturbiar el proceso: los
republicanos dominan el Congreso, y anunciaron que "persistirán en
exigir un derecho de aprobación sobre cualquier acuerdo final con Irán.
Se trata de una propuesta de ley que obligaría al líder demócrata a
otorgar al Congreso este derecho" (ídem). Si esta iniciativa prospera, a
Obama le queda la vía del veto. En definitiva, la materialización del
acuerdo deberá pasar todavía la prueba de nuevas crisis políticas.
Yo temo que esto va a teminar como el memorandum , o sea jamas sera ratifocado el acuerdo por los iranies y jamas entrara en vigencia . No se van a levantar las sanciones y Arabia Saudita junto a Katar sera el promotor del fundamentalismo y terror sunnita mientras Iran el promotor del fundamentalismo y terrorismo chiita , digamos que entre Chiitas y Sunnitas mas el imperialismo yankee-israeli seguiran produciendo muertes por doquier en esa region del planeta
Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/1358/internacionales/estados-unidos-iran-un-acuerdo-que-augura-nuevas-crisis-politicas
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