Uno de los asistentes al encuentro con Altamira en Harvard pregunta:
—En caso de ser usted Presidente ¿cuál es el modelo de izquierda que tiene en la cabeza?
—La pregunta no es trivial, porque encierra muchos problemas
metodológicos (…) ¿Cuál es la posición de un candidato convencional?
Bueno, esto es lo que tenemos y vamos a navegar por acá, vamos a tratar
de hacer las cosas lo mejor posible. La política convencional, la
política tradicional, se ha derrumbado. No hay ninguna innovación,
ninguna idea (…) Nosotros presentamos medidas de fondo (…) la sola idea
de estatizar absolutamente todo nos parece por completo absurda, porque
la transición, no sólo la económica sino la transición histórica de una
sociedad dividida en clases, es muy grande. No se puede decretar el
socialismo. El socialismo es un proceso de transformaciones que tienen
por sujeto al trabajador. Lo que nosotros vamos a hacer es desplazar el
eje: vamos a discutir en asambleas, en congresos, en elecciones, qué
quieren los trabajadores, qué tienen como prioridades. Pero no
prioridades sociales, sino prioridades nacionales. Cambia la lógica del
mecanismo social, la tasa de beneficio… La iniciativa de una corporación
privada ya no será la ley que regula la sociedad, sino decisiones
económicas y políticas tomadas por los trabajadores. El resultado de ese
proceso, el resultado de esa transición, será una sociedad socialista,
que tendrá que formar parte de una experiencia internacional.
(…) nosotros entendemos que hay que nacionalizar integralmente el
sistema bancario para que el ahorro nacional, que se monetiza por medio
de los bancos, sea aplicado a la industrialización del país (…) nosotros
somos antiestatistas, y esto es interesante porque todo el mundo piensa
"si son de izquierda, son estatistas". No. La izquierda o el marxismo
tienen por finalidad la abolición del Estado. Somos más liberales que
los liberales norteamericanos, que critican al Estado pero cuando hay
que rescatar a un banco en quiebra recurren al Estado. Nosotros somos
antiestatistas ¿y cómo puede ser eso si nos proponemos nacionalizar los
bancos? Es una contradicción. Nosotros tenemos esa contradicción, pero
es una contradicción de la realidad, porque nosotros entendemos que esos
bancos deben ser nacionalizados bajo un sistema de gestión popular, no
bajo el poder coercitivo del Estado, en el que un burócrata decide en
lugar del trabajador y, además, su decisión es arbitraria porque no
corresponde a un plan de desarrollo…
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