23 de enero de 2016
La ilegal y reaccionaria detención de Milagro Sala le ha dado al PTS la
ocasión para reforzar su seguidismo al kirchnerismo. Decimos
“reforzar”, porque se trata de un proceso que registra importantes
antecedentes cuando aún Cristina Fernández estaba en el poder.
¿O acaso la campaña electoral de Del Caño no apuntó contra los “hijos
de Menem”, omitiendo toda delimitación y denuncia del kirchnerismo,
siendo retribuido, por ello, con el apoyo de los grupos mediáticos K
como el de Sergio Szpozky o Página/12? ¿O Bregman no suscribió una
declaración de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados
con todos los bloques patronales en favor de la “continuidad de la
política de Estado de DDHH”. Ahora, con Macri en la Casa Rosada, el PTS
ha cometido no sólo el `error` de concurrir a un acto kirchnerista en la
Plaza de Mayo reivindicatorio de la política y la trayectoria de
Milagro Sala, sino de firmar documentos y organizar delegaciones con
diputados del FPV.
Nosotros rechazamos la detención de Milagro Sala porque es una medida
reaccionaria contra el derecho a la protesta y a la movilización. Pero
eso no equivale a traficar ante los trabajadores su trayectoria
política. De ningún modo Milagro Sala es una “luchadora” (según afirma
Myriam Bregman en un texto), sino que ha sido una protagonista central
en la política de cooptación y represión estatal de las organizaciones
obreras y populares de Jujuy. Sala cogobernó la provincia junto con el
PJ, manejando una parte sustancial del presupuesto público, en función
de la superexplotación de la clase obrera e impuso –hasta dónde pudo-
una política represiva basada en patotas o el manejo de hecho de la
propia Policía. Se trata de una corriente para-estatal, no de una
organización popular “con la que tenemos diferencias”. Con la pérdida
del control del presupuesto la red de Milagro Sala se ha desarmado a la
velocidad del rayo, mostrando, ahora por la negativa, su carácter de
organización para-estatal.
Ante un hecho de tal característica lo que corresponde a la izquierda y
a las organizaciones combativas del movimiento obrero y popular es
movilizarse de manera independiente por la libertad de Milagro Sala, y
no ir detrás del kirchnerismo, que es una corriente de Estado que aplica
el ajuste allí donde gobierno con represión incluida. El PTS, así como
también otras fuerzas de izquierda, violaron este principio elemental al
concurrir a la Plaza de Mayo al acto montado por el kirchnerismo el 19
de enero pasado. Para el PTS se justifica diciendo que fue un “acto
unitario”, pero tal denominación sólo vale cuando se acuerdan las
condiciones de la propia acción política (consignas, oradores, palco),
algo que con el kirchnerismo por motivos políticos es imposible. ¿O el
PTS acordó la presencia en el palco de Agustín Rossi, ministro de
defensa de Milani, o del patotero Guillermo Moreno, jefe de la patota
contra los trabajadores del Indec para adulterar las estadísticas
oficiales?
El acto no sólo reivindicó a Milagro Sala, sino su condición de
diputada electa al Parlasur por la lista de Scioli, y desde ya al
gobierno de Cristina y Néstor Kirchner. El “vamos a volver” cantado al
final confirmó que la izquierda que concurrió le hizo de comparsa a una
fuerza política capitalista que controla una parte sustancial del
aparato del Estado.
Ante nuestra crítica el PTS nos responde embarrando la cancha, con el
único propósito de zafar del debate concreto. Por ejemplo, afirma que la
izquierda ha ido actos de la CGT sin participar de su organización.
¿Pero cómo confundir a una organización obrera, dirigida por la
burocracia sindical, de un acto del FPV con el Cuervo Larroque y Moreno?
Hay que estar muy asimilado al kirchnerismo para caer en tales
exabruptos. Luego dicen –siguiendo el recetario de chicanas del
kirchnerismo contra nuestro partido- que “el PO llegó hasta marchar con
el “ingeniero” Blumberg en 2006 en manifestaciones que solicitaban mano
dura y fortalecimiento del aparato represivo”, lo cual es falso por
completo. El PO y otras fuerzas de izquierda concurrimos a la marcha
convocada por Blumberg en el 2004, inmediatamente después de que se
conociera el asesinato de suhijo, en un hecho que involucraba a la
Bonaerense y la SIDE. Fue una marcha de decenas de miles de personas.
Se trataba de una manifestación producto de la descomposición del
aparato represivo del Estado, ante la cual la izquierda debía
intervenir. La marcha del 2006, en cambio, estaba encuadrada por
Blumberg con un planteo claramente represivo, al que el kirchnerismo
concedió todo votando en el Congreso cada una de las leyes que reclamaba
Blumberg. En el 2004, sin embargo, el PO no sólo concurrió con una
bandera central que decía “Disolución de la Bonaerense” sino que en un
momento determinado, en los Tribunales, dividió la marcha junto a otras
organizaciones para montar un acto independiente en Plaza de Mayo con
casos familiares de casos de gatillo fácil, enfatizando en la
responsabilidad del aparato represivo. El PTS, amparándose en la
filiación derechista de Blumberg, no movió un dedo ante una irrupción
masiva de la población contra los crímenes cometidos por el aparato
represivo del Estado.
¿El PTS fue a Plaza de Mayo por Milagro Sala para romper luego y armar un acto propio?
Ya sabemos que no, porque calificó al acto kirchnerista como “unitario”, con el canto de “vamos a volver” incluido.
La deriva kirchnerista del PTS llega a límites insospechados cuando nos
acusa por haber participado de las marchas contra el fraude en Tucumán,
porque de las mismas participaba la UCR, que se vio forzada a concurrir
ante la masividad de la protesta. El radical Cano, sin embargo, se bajó
rápidamente de toda denuncia de fraude, y antes que él se había bajado
el PTS, que se quedó en su casa avalando el fraude de Alperovich-Manzur.
Un bochorno.
A la luz de estas posiciones no debe extrañar que la firma del PTS
apareciera en documentos políticos rabiosamente democratizantes firmados
con el kirchnerismo. Uno de ellos –tardíamente desmentido bajo una
forma sinuosa, con una manito dada por sus amigos del Movimiento Evita-
reivindicando el “cumplimiento de la Constitución, el reconocimiento de
la división y autonomía de los poderes y la calidad institucional”. Y
otro, que reconocen haber firmado (¡dos desmentidas seguidas serían
demasiado!) suscripto por su legislador Patricio del Corro, junto a los
legisladores del kirchnerismo, que le chupa las medias al gobernador
Morales diciendo “confiamos en su voluntad de dialogar con los
representantes del pueblo, demostrando que su impronta de gestión será
la convivencia política y el respeto por las minorías que Ud. ha
manifestado a lo largo de su gestión en el Senado de la Nación”. Esta
reivindicación de la trayectoria de un represor como Morales,
funcionario del gobierno de la Alianza, es una adaptación inadmisible a
los gobiernos de turno.
Hace a la naturaleza de las cosas que siguiendo esta orientación
política el PTS no haya apoyado en Memoria Verdad y Justicia nuestra
propuesta de realizar una movilización independiente por la libertad de
Milagro Sala. De este modo se alinean detrás de un “frente único
antimacrista” con la oposición burguesa, rechazando la independencia
política de los trabajadores, que es el pilar fundamental del Frente de
Izquierda.
Gabriel Solano
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