Vamos a una fuerte campaña en el movimiento obrero
El decretazo de Macri sobre ganancias abrió un nuevo cuadro de crisis
en este punto, que oportunamente desató tres paros generales y numerosas
luchas fabriles.
Al develarse que más trabajadores y jubilados pagarán ganancias, que
las escalas de alícuotas no se tocaron y, por lo tanto, que rápidamente
todos pagarán el máximo del 35%, en los lugares de trabajo y gremios se
expandió el rechazo como reguero. Al punto que La Bancaria protagonizó
una combativa marcha al Congreso el día del discurso de Macri, por este
motivo y por 56 despidos en el Banco Central. El PO no estuvo sólo el 1º
de marzo en la calle, también lo hicieron los bancarios por esta
reivindicación.
La burocracia sindical que acompaña el conjunto del ajuste y asistió en
la persona de Moyano a la Rosada a saludar el decretazo, quedó offside.
La reacción ha sido notable: en lugar de convocar al paro, resolvieron
“dar batalla parlamentaria” con su puñado de diputados. Una soberbia
adaptación.
El que tomó la bandera de ganancias como parte de las negociaciones
para apoyar el “pacto buitre”, fue Massa. Como resultado de esta presión
Macri giró sobre el plan de discutir las escalas en 2017 y ahora pide
apurar el debate en el Congreso. El macrismo apunta a negociar una
reforma que deje en pie el esquema impositivo en vigencia.
La Clase capitalista argentina y sus partidos, ordenados por el pacto
con el capital financiero, no admite terminar con ganancias en el
salario. Piensa seguir recaudando por esta vía para pagarle a los
buitres, y sostener un sistema impositivo confiscatorio de los
trabajadores.
Por lo pronto, todos los cálculos que se han hecho hasta acá, que
pagarán 60 mil trabajadores más, 110 mil jubilados que no pagaban, son
anteriores a las paritarias, en una cuadro inflacionario que ampliará
esas cifras. Y que también resultará agudamente confiscatorio de los
monotributistas y profesionales que tienen un mínimo no imponible de
7.000 pesos.
El Partido Obrero ha actualizado su proyecto de abolición de ganancias
en los salarios de convenio, en las jubilaciones y para monotributistas y
con un mínimo no imponible de tres canastas familiares (57.000 pesos al
día de hoy) para profesionales independientes. El proyecto incluye una
actualización de la llamada escala de Machinea de 18 veces, que es la
inflación acumulada desde 1999, fecha desde la cual está congelada.
Plantea la actualización por costo de vida de todas sus cifras. Y
mantiene la cuarta categoría para directivos empresariales y
funcionarios fuera de convenio que fue el motivo de su creación.
El movimiento obrero debe discutir esta reivindicación para ponerse en
pie de lucha por ella junto a la lucha contra los despidos, por la
canasta familiar en paritarias, por el 82% móvil y contra la represión.
Están reunidas las condiciones objetivas para un paro nacional ante esta
situación.
Es el momento de impulsar una lucha para arrancar esta reivindicación, lo que asestaría un golpe a todo el plan ajustador.
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