El
representante de Sergio Massa volteó el Decreto de Necesidad y Urgencia
de ganancias en la comisión bicameral del Congreso. El revés macrista
expone la fragilidad de sus alianzas parlamentarias, pero mucho más las
contradicciones y limitaciones del Frente Renovador.
Massa había recibido, en un coqueto restaurante de Tigre, a tres
negociadores del gobierno para conseguir su apoyo al pacto buitre. Allí,
la victoria de los macristas fue total, consiguieron su apoyo a cambio
de una comisión para discutir el flujo de la devolución del 15% de
coparticipación en los cinco años que estableció Macri; o sea, nada.
Macri ha hecho entender a sus aliados que la rendición nacional al
capital financiero no es negociable, que para la clase capitalista es
una cuestión de Estado y que está sujeta a concesiones menores, pero nada que complique el presupuesto público que se destinará a los
compromisos de deuda y a sostener los subsidios al capital.
Así las cosas, quedó la promesa presidencial de tratar el impuesto a
las ganancias en el Congreso, pero que no tiene materialización alguna,
puesto que ni siquiera están constituidas las comisiones que tendrían
que tratarlo.
El voto negativo del massismo al DNU de ganancias en la bicameral no
suspende la vigencia del decretazo. Eso ocurriría de rechazarlo ambas
cámaras. Mucha agua correrá bajo el puente hasta que los DNU se traten
siquiera.
En tanto, el pacto buitre va para adelante a paso de vencedor. Y el
pacto buitre agravará el ajuste para garantizar el repago del
hipotecamiento nacional y de las provincias, y ajuste mediante, a
perpetuar el impuesto a las ganancias.
Massa entregó ganancias cuando aprobó el pacto buitre en el plenario de comisiones.
El movimiento obrero tiene que intervenir en la crisis para meterle al
gobierno un paro nacional para terminar con ganancias y contra el
conjunto del ajuste.
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