La intervención en Diputados de Néstor Pitrola fue una pieza de acción
revolucionaria en el parlamento. La comparación con el pacto
Roca-Runciman, de entrada, no pudo ser más oportuna, marcó su tono y su
alcance. Aquel, fue la pieza clave de la Década Infame: “éste pacto
buitre es un pacto colonial de rescate del capital financiero contra la
República Argentina, única agenda del gobierno Macri y de las fuerzas
que gobernaron para el pago de una deuda usuraria durante 40 años (…) En
el fondo hay una convergencia entre los K y el macrismo en el rescate
total de la deuda. La grieta no es entre macristas y kirchneristas, es
entre ajustadores y ajustados”, lanzó Pitrola a los medios, que
esperaban su opinión en el salón de Pasos Perdidos.
Pitrola polemizó con el kirchnerismo, denunciando que su votación en
contra representaba un fraude porque “votarán a favor en el Senado”, que
es donde está en riesgo la mayoría, “y porque su dictamen de minoría
propone pagarles sólo algo menos”, pero pagar al fin. Luego, relativizó
la supuesta quita, tan arengada por el macrismo, señalando que “el
proyecto de ley plantea el pago del 100% del capital y tres veces el
capital en intereses”; además, apuntó contra su artículo 4°, el cual
dice que el techo de pago es hasta el 100% de la sentencia de Griesa, lo
cual constituye un cheque en blanco para la deuda no arreglada todavía.
Al mismo tiempo, volvió a cargar contra los argumentos del
kirchnerismo, representados en el informe de Kicillof: “el oficialismo
arguye que el lucro cesante de los canjes 1 y 2, si en su momento
hubieran entrado estos bonistas, es equivalente a este acuerdo colonial.
Tienen razón (…) El canje 1 y 2 fue un negociado de rescate de deuda de
la misma magnitud que este pacto buitre. Este pacto buitre es el último
eslabón de una política que ejecutó el kirchnerismo: el Club de París,
los tribunales del Ciadi, la escandalosa indemnización a Repsol”. “Macri
completa la obra para la cual al kirchnerismo no le dio la nafta”.
Pitrola marcó que “la sentencia de Griesa, la no intervención de la
Corte norteamericana y la visita de Obama para bendecirla” forman parte
de una política del imperialismo a favor de la “rendición nacional” a la
que ligó más adelante las visitas de Hollande y De Renzis. Y allí
colocó una idea de fondo: “vienen a reforzar al gobierno de Macri en sus
debilidades, nosotros explotaremos esas debilidades para que el
movimiento obrero derrote el ajuste de Macri y los gobernadores, desde
Urtubey hasta Alicia Kirchner”.
Denunció la jurisdicción extranjera en que “volverán a incurrir después
de criticarla”, pero además, didácticamente, contrapuso el cumplimiento
de las sentencias del amo del norte con las de los “tribunales
previsionales y aún de la Corte Suprema argentina, contra las que se
apela hasta la muerte para no pagar los juicios de centenares de miles
de jubilados”. Luego, puso en evidencia el contraste del sistema
impositivo: “Paul Singer y su gente tampoco van a pagar impuestos, que
acá pagamos hasta en los salarios, porque este arreglo no tributa un
dólar de ganancias”.
En su discurso, Pitrola refutó las promesas macristas de bajas tasas de
interés, señalando que “ya la provincia de Buenos Aires suscribió deuda
a una tasa usuraria del 9,37%” y denunció: “a un plazo de diez años,
los bonos que se emitan nos van a costar 30 mil millones de dólares,
esto no lo escuché acá”, lo que representa el doble del acuerdo inicial.
La Banca Morgan ha sido un eje del negociado de las deudas. “Creo que
al ministro de Economía lo puso la Banca Morgan. Ha sido su carta
fuerte”, afirmó. La primera función del acuerdo es garantizar la fuga de
capitales, “de manera inmediata, automática, va a venir la suscripción
de deuda por los giros de utilidades pendientes que quedaron del cepo, y
ya tenemos de entrada otro gatillo de 20 mil millones de dólares de
deuda, que también son dólares que se van a ir del país”. Descartó la
lluvia de dólares para desarrollo alguno: “vendrán a refinanciar pasivos
y fuga de capitales.”
Pitrola anticipó que este acuerdo es la punta del ovillo para un nuevo
ciclo de endeudamiento y refutó que este acuerdo usurario evitaría un
ajuste. “La realidad es que en estos noventa días tenemos 110 mil
despidos y en noviembre, diciembre, enero y febrero, una inflación del
15%, que proyectada es un 50%anual; 38% las tasas de interés, que están
infartando la economía en la depresión; $4.900 pesos a los jubilados”.
“El ajuste que está en marcha, en verdad, es la precondición de este
pacto buitre”, señaló Pitrola: “un reporte de Standard & Poor’s
publicado por Ambito Financiero arrojó que la nueva calificación
dependería en gran medida de la capacidad del gobierno para implementar
su reforma económica (…)”, traducido al criollo: la capacidad que tenga
de aplicar el ajuste.
El discurso formuló una caracterización y un pronóstico: “No
coincidimos con CFK, quien dijo que si Macri arregla con los buitres
dura 12 años; mucho antes se va a topar con el movimiento obrero
argentino, que reaccionará incluso superando la burocracia sindical
comprometida en el ajuste”.
La agenda de los trabajadores
En su discurso, Pitrola planteó nuestra agenda: “El Frente de Izquierda
tiene una propuesta de ajuste: por ejemplo, no pagar los 68 mil
millones de pesos que el gobierno Macri reconoció del negociado de
Kicillof y Cristina Kirchner del dólar futuro”, levantó la voz Pitrola,
colocando los intereses de los trabajadores contra el rescate del
capital. Y siguió: “Segunda medida, investigación y suspensión del pago
de la deuda que sea considerada ilegítima en la República Argentina
-otro ajuste a los bancos, que han ganado como nunca en la etapa
precedente, y han ganado con títulos públicos”. “Miren si tenemos para
ajustar: a las mineras, a las petroleras; en cambio, a las mineras se
las premió con una rebaja de retenciones y a las petroleras se les paga
el doble del precio internacional del petróleo, que lo pagamos en los
surtidores con aumentos sistemáticos”.
Luego, explicó que nuestro dictamen de minoría plantea la formación de
una Comisión Investigadora, avalada en un Congreso de Trabajadores, con
delegados electos, para investigar toda la deuda, su carácter ilegítimo,
su carácter usurario, suspender el pago a excepción de aquellas
tenencias de jubilados o pequeños ahorristas, y que esas conclusiones
sean volcadas en un referendo nacional para tener un gran debate, de dos
meses, en todas las organizaciones populares.
Reivindicó todas las grandes luchas obreras del momento y colocó un
programa inmediato: “prohibición de despidos por un año, aumento de
emergencia a los jubilados, abolición de ganancias en los salarios, 40%
de aumento y un salario equivalente a la canasta familiar” y marcó “el
no pago de la deuda como eje de un plan económico alternativo, que
recupere el control soberano de banca, del comercio exterior, de los
recursos estratégicos”.
En el cierre Pitrola planteó que “el Frente de Izquierda se plantea
como una alternativa política contra este capitalismo, contra esta
organización social, que tiene a las deudas como un factor de opresión
nacional de los pueblos y nos vamos a apoyar en la lucha del movimiento
obrero para constituir una alternativa política que lleve a los propios
trabajadores al poder, para terminar con las guerras, con la expoliación
de las deudas, con el hambre, la miseria y la explotación del hombre
por el hombre”.
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